El Madrid resiste con oficio
El equipo de Zidane, mucho m¨¢s conservador que en la ida, aguanta las oleadas del Liverpool y enganchado a Courtois, Nacho y Milit?o alcanza la semifinal ante el Chelsea
De Kroos y Vinicius a Nacho y Milit?o. Nada que ver la ida con la vuelta, pero de ambas citas sali¨® triunfal el Madrid. Un Real redondo en el Di St¨¦fano y remitido a Courtois y sus centinelas en Anfield. De nada le sirvi¨® al Liverpool su brav¨ªa. En casa le sobr¨®. De lo que no va sobrado es de talento. Ha perdido tonelaje, ya no vibra como hace un par de cursos y le falta desequilibrio, m¨¢xime cuando tiene que articular el ataque y no puede volar. Un ejercicio de supervivencia ya tiene al Madrid en la semifinal, con el Chelsea en la sala de espera, y el Manchester City y el PSG en un posible horizonte final.
Una semana de diferencia y dos equipos irreconocibles. Ni el Liverpool era tan tosco y patoso como en el Di St¨¦fano ni el Madrid tan categ¨®rico como en la ida. Ni mucho menos.
De inicio, los blancos fueron cercados por los muchachos de Klopp, esta vez s¨ª un Liverpool con remangue y colmillo. En los primeros parpadeos del partido ya sufr¨ªa de lo lindo Valverde ¡ªimprovisado lateral¡ª, a Benzema le hab¨ªan reventado una bota, a Mendy la pelota le hab¨ªa hecho un par de mo?as burlonas... Y hasta Kroos parec¨ªa un pariente muy lejano de Kroos. Modric no emit¨ªa se?ales y Vinicius y Asensio solo remaban marcha atr¨¢s.
La ¨²nica versi¨®n fet¨¦n: Courtois. A los dos minutos, el belga desvi¨® con el pie izquierdo un tiro a bocajarro de Salah tras ganar Man¨¦ la espalda a Valverde y Milit?o. Y antes del cuarto de hora el portero madridista cogi¨® p¨¦rtiga para palmear un disparo lejano y con cicuta de Milner. Nada anclaba a un Real que se ve¨ªa a s¨ª mismo como un forastero. Hasta el distinguido escuadr¨®n medular ¡ªCasemiro, Kroos, Modric¡ª estaba varado.
El Liverpool, con otro ardor, iba por oleadas, pero ya no es ese cicl¨®n perpetuo de hace un par de temporadas. Ya no es una manada de cocodrilos. Siempre le gust¨® m¨¢s correr que jugar, pero ya no est¨¢ tan fino y hoy se siente vulnerable con un par de centrales ortop¨¦dicos.
En Valdebebas el Madrid aprovech¨® de maravilla el cr¨¢ter en la zaga red. No en el mudo Anfield. Lejos de querer explotar la veta de Kabak y Phillips, el conjunto de Zidane quiso que menguara el tiempo demasiado pronto. Un Real m¨¢s ocupado por las manecillas del crono que por mandar al garete lo antes posible a un adversario cosido con remiendos en la trinchera. Por momentos, el Madrid, demasiado conservador, logr¨® anestesiar el partido, darle un aire sosaina que rebajara el ¨¢nimo del rival.
El tiempo, gran aliado
Apenas una vez se estiraron los blancos antes de la tregua. Benzema aceler¨® tras una pifia de Phillips, central de pies anudados, y cuando citaba a Vinicius con un gol clar¨ªsimo el pase rebot¨® en Kabak y concluy¨® en el poste izquierdo de la porter¨ªa local de Alisson. No mucho m¨¢s se aventuraron Vinicius y Asensio, m¨¢s predispuestos para los primeros auxilios a Valverde y Mendy.
Sin trazo el Real Madrid, que no daba con quien le ilustrara, el Liverpool cerr¨® el primer acto con otro arre¨®n. Salah y Wijnaldum fallaron dos remates dentro del ¨¢rea. Y poco antes no acert¨® Firmino con una asistencia terminal a Alexander-Arnold. El Madrid estaba colgado con pinzas.
Al igual que en el primer periodo, en la continuaci¨®n no hubo aliado mejor del equipo de Zidane que el tiempo. El tic tac a su favor. En un juego tan juguet¨®n tirar los dados al aire siempre es un riesgo. Lo asumi¨® el Madrid, supeditado a su l¨ªnea menos familiar, la defensa.
Extra?amente, Kroos y Modric no abrigaban al equipo con la pelota. Y tampoco amenazaba Vinicius, el mismo que puso en jaque a la retaguardia inglesa en la ida. A una de las pocas carreras del brasile?o respondi¨® muy bien Alisson, arrojado a sus pies y luego a los de Benzema.
Klopp intervino a la hora. Toque de corneta para toda la caballer¨ªa. Thiago y Jota relevaron a Milner y Kabak. No le quedaba otra. El Madrid, reducido a su rancho, apret¨® la mand¨ªbula, con Nacho y Milit?o despejando a paladas con la escolta de Casemiro. Dos gigantes durante toda la eliminatoria. En el Liverpool, mucho revuelo de Man¨¦ y Salah y una bater¨ªa de centros de Alexander-Arnold y Robertson. No pes¨® Thiago en el juego. No acaba por cuadrar en un conjunto al que le va el heavy metal. El internacional espa?ol tiene otra cadencia.
Tambi¨¦n movi¨® fichas Zidane, con Odriozola por Kroos ¡ªValverde se fue al centro del campo¡ª y Rodrygo por Vinicius. Curioso, la pareja de baile de la ida (Kroos y Vinicius) a la tribuna. S¨ªntoma elocuente del giro entre la ida y la vuelta. El reloj fue mermando al Liverpool, que se diluy¨® hasta el final, bloqueado por los centuriones visitantes, ya sin ¨¢nimo y sin piernas. Aupado por el gran rival del primer partido, la resistencia de un Madrid mucho m¨¢s arrugado procur¨® a los de Zidane la semifinal contra el Chelsea. En el m¨ªtico Anfield le bast¨® con sobrevivir de entrada y tirar de oficio despu¨¦s.
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