Nadal, cada vez m¨¢s Nadal
Tras un arranque de gira irregular, el espa?ol atrapa su 12? God¨® con una demostraci¨®n de fuerza en la espl¨¦ndida final ante Tsitsipas: 6-4, 6-7(6) y 7-5 (en 3h 38m). Es su primer t¨ªtulo de la temporada
Son doce finales, y otros tantos t¨ªtulos en Barcelona. Ninguno, en todo caso, como este ¨²ltimo God¨® que llega con 34 a?os y despu¨¦s de una final inolvidable, el¨¦ctrica y vol¨¢til. De t¨² a t¨². Aroma a Grand Slam: por juego, por quilates, por extensi¨®n. Son 3h 38m de frenes¨ª y descargas, de alternativas hasta que Rafael Nadal, inmenso entre las arenas movedizas, sortea un match point, reduce finalmente a Stefanos Tsitsipas (6-4, 6-7(6) y 7-5) y eleva su primer trofeo de esta temporada, el 87? de su carrera. Son ya 61 en tierra batida, 18 cursos seguidos alzando al menos uno. Efectivamente, Nadal ya est¨¢ aqu¨ª. Ven¨ªa el griego como una bala, con Montecarlo en el zurr¨®n, nueve triunfos en serie y sin ceder una sola manga. Pero se top¨® con la ley del m¨¢s fuerte.
Fue un cara a cara frontal, sin median¨ªas. Caretas fuera desde el principio. Puro disfrute para la grada, unas 1.000 personas. Tsitsipas sab¨ªa que Nadal iba a buscarle descaradamente el rev¨¦s, y que si resist¨ªa desde ese perfil y no perd¨ªa demasiada pista tendr¨ªa muchos n¨²meros para salirse con la suya; el espa?ol, por su parte, era consciente de que sus opciones pasaban por gobernar con el drive, darle altura a la bola y arrinconar al rival hacia el murete. As¨ª de simple, as¨ª de complejo. As¨ª de hermoso. Cartas boca arriba y a pecho descubierto.
El resultado fue un primer parcial fabuloso, de poder a poder. Nadal abri¨® con un juego en blanco, pero dio un paso en falso al servicio y concedi¨® un break (2-1) que le obligaba a remar a contracorriente, ante un adversario que no ofrec¨ªa rendijas, confiado. Lanzado iba Tsitsipas, al que se le empieza a poner cara de tenista importante. Si controla el nervio, el griego es dinamita. Tiene un f¨ªsico imponente, fuerza y piernas y m¨¢s piernas; sobre todo, aquello que quiz¨¢ le permita desmarcarse de sus compa?eros de generaci¨®n: las agallas suficientes, hambre de verdad.
Titubeante otra vez con el saque, Nadal tir¨® de oficio para compensar el d¨¦ficit que arrastra desde Montecarlo. Sud¨® de lo lindo para sacar adelante el quinto juego, tras cometer dos dobles faltas, y tuvo paciencia para encontrar su momento. A la que olfate¨® que Tsitsipas dudaba, dio un mordisco an¨ªmico a la tarde. Despu¨¦s de fallar una volea clara, de esas que rar¨ªsima vez perdona, se sostuvo y arre¨® un sopapo de los que duelen al devolver la rotura (4-4), abortar acto seguido tres bolas de break y redimensionarse para ponerle el lazo al set con otra dentellada. Ahora s¨ª, los liftados funcionaban.
As is tradition...
— Tennis TV (@TennisTV) April 25, 2021
Yet another Barcelona pool jump for @RafaelNadal ?
(with his socks on ?) pic.twitter.com/kpjr3qZnft
Nadal, cada vez m¨¢s Nadal. No desencadenado, pero s¨ª en su salsa. Creciente. La historia se le pon¨ªa de cara, pero ah¨ª hab¨ªa un pero, tara a enmendar: 30% de segundos en esa primera manga. Fue afin¨¢ndose, y a¨²n as¨ª volvi¨® a partir en desventaja en el segundo set, break arriba el griego (2-1) y apretando fuerte otra vez. Sin embargo, Tsitsipas dej¨® pasar varios trenes. Se le esfumaron varias oportunidades para abrir brecha y se le volvi¨® a torcer el guion, cada vez m¨¢s adverso el duelo para ¨¦l. La fluctuaci¨®n se repet¨ªa. Nadal fue con todo y no solo equilibr¨® (3-3), sino que puso el turbo con la determinaci¨®n habitual, incisivo, hiriente con el drive. Se agrandaba, menguaba el griego. O eso parec¨ªa. Un trampantojo de media tarde, en realidad.
El espa?ol lo tuvo a su merced, a un solo un toque con la yema de los dedos para derribarlo. Dos pelotas de partido. A un tris de la estocada final. Pero resulta que Tstistipas no es de los que se arruga, y de repente se sac¨® de la manga un smash y una volea que desactivaron la luz roja, que no la emergencia porque Nadal le hurg¨® en la mente levant¨¢ndole primero un 0-40, y embisti¨¦ndole despu¨¦s en el tie-break, 4-2 a su favor y saque. Pero no atin¨®, resbal¨® con una doble falta y el ateniense volvi¨® a la carga, al igual que hiciera hace dos meses en Melbourne, en aquella muerte s¨²bita que le devolvi¨® a la vida ese d¨ªa.
No ocurri¨® esta vez en Barcelona. Sin contemporizar, ambos se enzarzaron en un cuerpo a cuerpo espectacular. Nada de especulaci¨®n, las dos derechas a fuego y riesgos por los cuatro costados. Un igualad¨ªsimo ejercicio de fuerzas que resolvi¨® el balear a su manera, escapando de una situaci¨®n l¨ªmite, de esa zona terminal que seguramente domina como ninguno. Cuando a los dem¨¢s les entra el tembleque, ¨¦l da un paso al frente; donde el resto sufre, ¨¦l se multiplica. Nadal, en su m¨¢xima expresi¨®n. Su aliada la m¨ªstica. La cinta le ech¨® una mano en un intercambio tremendo ¨Croce y hacia adelante, benditas revoluciones¨C y evit¨® el triunfo de Tsitsipas. Despu¨¦s, ya se sabe: zarpazo, triunfo, gloria. Sobre la arena, ¨¦l es el rey.
¡°Este t¨ªtulo, con casi 35 a?os, significa much¨ªsimo para m¨ª¡±
La r¨²brica de Nadal lleg¨® tras la final a tres sets m¨¢s larga desde 1991. Y vino acompa?ada de un fotograma inusual, con el balear lanzando su raqueta a la tierra de la pista que lleva su nombre. Luego, como las 11 veces previas que gan¨®, atraves¨® el camino de los recogepelotas y se dio un chapuz¨®n.
¡°En el tercer set hubo cosas positivas y a nivel mental fue importante. Adem¨¢s, resist¨ª. Se ha decidido por dos o tres bolas. Necesito dar un paso adelante y esta victoria me puede ayudar¡°, expres¨® el ganador durante el parlamento final.
¡°Estar aqu¨ª, con casi 35 a?os, era algo impensable hace 10. Este t¨ªtulo significa much¨ªsimo para m¨ª, sobre todo por haber podido jugar con p¨²blico despu¨¦s del a?o que llevamos¡±, continu¨® el de Manacor, que hoy recupera el n¨²mero dos en el ranking al desbancar al ruso Daniil Medvedev y que se desplazar¨¢ a Madrid para abordar su pr¨®ximo torneo.
Tsitsipas, mientras, lament¨® haberse quedado tan cerca del premio final. ¡°He aprendido que el partido nunca se termina hasta el ¨²ltimo punto¡±, afirm¨®; ¡°realmente, me he quedado a dos cent¨ªmetros de ganar. No he visto a nadie luchar en una pista como ¨¦l lo hace¡±.
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