Putin har¨¢ ol¨ªmpico a Chaikovski

Un d¨ªa de finales del a?o 2000, decepcionado y frustrado porque consideraba que sus deportistas triunfadores en los Juegos Ol¨ªmpicos de Sidney no pod¨ªan gozar enteramente de la experiencia de su victoria, el presidente Vladimir Putin decidi¨® que hab¨ªa que cambiar el himno de Rusia. La canci¨®n patri¨®tica, de Mija¨ªl Glinka, adoptada como himno por su antecesor Boris Yeltsin solo 10 a?os antes, carec¨ªa de letra, lo que imped¨ªa a los campeones expresar plenamente su alegr¨ªa y su patriotismo desde lo m¨¢s alto del podio, as¨ª que Putin rescat¨® el himno sovi¨¦tico de Sasha Aleks¨¢ndrov que estuvo en vigor hasta la perestroika, orden¨® a su letrista, Sergu¨¦i Mijalkov, que compusiera unos nuevos versos y desde entonces, los rusos pod¨ªan gritar a todo pulm¨®n con la medalla de oro al cuello su Rusia, nuestra patria sagrada, Rusia nuestro amado pa¨ªs.

Pero el himno oficial, y la experiencia que le acompa?a, les estar¨¢ vetado en los Juegos de Tokio, que comienzan el 23 de julio, como castigo a sus pr¨¢cticas dopantes generalizadas y sus trampas en los Juegos de Invierno de Sochi 2014. Como el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) le permit¨ªa elegir una m¨²sica de sustituci¨®n, el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Ruso (ROC) decidi¨® que en el podio sonara Katusha, canci¨®n de amor en tiempos de guerra, lo m¨¢s patri¨®tico y ruso que pueda haber. Tan rusa, tan himno popular, tan sentida es su letra, que el TAS no la autoriz¨®. Y actuando as¨ª el tribunal suizo, tan grande como el posible perjuicio causado a los deportistas rusos quiz¨¢s sea el favor que hace a los o¨ªdos de los pocos espectadores que podr¨¢n asistir a los estadios ol¨ªmpicos y a los miles de millones que los ver¨¢n por televisi¨®n, pues Rusia ha elegido como m¨²sica definitiva el concierto para piano n¨²mero uno que Piotr Illich Chaikovski compuso en 1874, una de las cumbres de la m¨²sica rom¨¢ntica.

Ser¨¢ el soberbio inicio de las trompas en fanfarria descendente el que invada el estadio y lo inunde del inconfundible e intenso, como el caf¨¦, aroma a Rusia, y no el ritmo tan parecido al kazachok de Katusha. Y no sonar¨¢ pocas veces en los Juegos de la XXXII Olimpiada. Tanto en Londres 2012, con 20 medallas de oro, como en R¨ªo 2016, con 19, Rusia ocup¨® el cuarto puesto en el medallero general. Y en la capital japonesa competir¨¢ como mejor composici¨®n cl¨¢sica con el himno alem¨¢n, con m¨²sica compuesta por el austriaco Franz Joseph Haydn en 1797 para honrar en su cumplea?os al emperador Francisco.

Aunque las condiciones fijadas por el TAS en diciembre pasado para permitir la participaci¨®n de deportistas rusos incluyen la prohibici¨®n de usar el nombre de Rusia justamente (el equipo no representar¨¢ nominalmente a Rusia pa¨ªs, sino a su comit¨¦ ol¨ªmpico, y figurar¨¢ como ROC en los resultados y medallero), el escudo y la bandera (sustituida por la ol¨ªmpica en las ceremonias), la habilidad de los mandatarios de Mosc¨² lograr¨¢ que el tricolor nacional blanco, azul y rojo sea omnipresente en desfiles y competiciones. Lo har¨¢ gracias al sutil arte de convertir a los propios deportistas en banderas andantes, pues eso simulan los ch¨¢ndales y camisetas que vestir¨¢n en Tokio y que fueron presentados el 14 de abril.

La presencia de Rusia ser¨¢ as¨ª extra?a, pero muy sonora y colorida en unos Juegos cuya celebraci¨®n y desarrollo es a¨²n una inc¨®gnita a tres meses de su inicio debido a la pandemia de la covid. Justo este domingo, el primer ministro japon¨¦s, Yoshihide Suga, declar¨® el estado de emergencia hasta el 11 de mayo en Tokio debido a un rebrote de casos. Las medidas de prevenci¨®n, aumentadas porque del 29 de abril al 5 de mayo transcurre la llamada Semana Dorada, vacaciones de primavera en Jap¨®n, incluyen la celebraci¨®n a puerta cerrada, sin p¨²blico, de todas las actividades deportivas, comenzando por la Liga de b¨¦isbol, y la prohibici¨®n de servir alcohol en bares y restaurantes.

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