F¨²tbol contra el odio en las redes
Messi lidera las denuncias de los jugadores contra los insultos que reciben en diversas plataformas sociales
Atento a lo que pasa en las redes sociales, Leo Messi reaccion¨® ante el polvor¨ªn en Reino Unido. ¡°Hay que sumarse a esto¡±, afirm¨® el delantero del Barcelona cuando la Liga inglesa lider¨® un boicot contra los insultos y las amenazas en Twitter, Facebook e Instagram, y durante varios d¨ªas silenci¨® sus cuentas en estas plataformas. ¡°Elevemos nuestra voz para detener el abuso en las redes sociales. Da igual si somos an¨®nimos, famosos, deportistas, ¨¢rbitros o seguidores de un juego, incluso alguien ajeno a todo esto, da igual la raza, religi¨®n, ideolog¨ªa o g¨¦nero... Nadie se merece ser maltratado ni insultado¡±, public¨® el argentino.
El mundo del f¨²tbol eleva su voz contra la creciente ola de insultos y amenazas en las redes sociales, muchas veces bajo perfiles an¨®nimos. ¡°El volumen considerable de racismo, intimidaci¨®n y tortura mental que hay es demasiado t¨®xico como para ser ignorado¡±, afirma Thierry Henry, exjugador del Arsenal y del Barcelona, que cerr¨® sus cuentas, con cerca de 15 millones de seguidores en total, en Twitter, Facebook e Instagram. Wilfried Zaha, del Crystal Palace, ya no habla de hartazgo sino de miedo. ¡°Me asusta abrir los mensajes privados de Instagram. Las redes sociales no son divertidas para un futbolista negro. Nos podemos encontrar con cualquier barbaridad¡±, expone el delantero de Costa de Marfil. ¡°Yo no soy ni la mitad de importante que Wilfried y llegas a un campo y te dicen de todo. Imag¨ªnate en redes sociales. Hay jugadores a los que les da lo mismo, pero no es el caso de Zaha. Y hay que entenderlo y apoyarlo¡±, a?ade Vicente Guaita, portero espa?ol compa?ero de Zaha.
¡°Las redes sociales validan el discurso del odio desde el sof¨¢ de tu casa. Han servido para crear movilizaciones sociales tan importantes como necesarias como el #metoo o el Black Lives Matter, pero tambi¨¦n tiene la parte de la ira m¨¢s descarnada y descontrolada. Todo sirve, todo vale¡±, asegura el periodista Rub¨¦n Serrano, especializado en LGTBI y g¨¦nero, autor del libro No estamos tan bien.
¡°Antes se pod¨ªa justificar el insulto en el estadio como consecuencia de la p¨¦rdida de papeles. Pero el insulto en redes sociales es meditado, cercano al odio. Les desean lesiones, lo peor. La generaci¨®n actual lee y mira todo. Y puede ser un factor desequilibrante porque no solo sufren ellos, sino tambi¨¦n las familias¡±, argumenta el psic¨®logo deportivo Jos¨¦ Carrascosa. ¡°Ver toda esa violencia en tu ¨¢mbito de trabajo no es f¨¢cil. Y en parte del imaginario social, el deporte ha quedado relacionado con algo hostil¡±, subraya Serrano. Y a?ade: ¡°Todo responde a una t¨¦cnica de acoso de un sistema patriarcal, blanco y rico. Las personas que crearon ese espacio de poder responden a ese perfil dominador y no hay una empat¨ªa hacia otras realidades distintas de la suya. Y eso se ve reflejado en todos los discursos racistas y homof¨®bicos que hay en un campo de f¨²tbol y en las redes¡±.
La pandemia silenci¨® el insulto en los estadios: una hora y media de juego. Ocurre, sin embargo, que por ahora parece imposible callar a las redes sociales, 24 horas, los siete d¨ªas de la semana. Ya el a?o pasado, la Liga inglesa se compromet¨ªa a rastrear al autor de insultos y presentar una denuncia a la polic¨ªa. ¡°El comportamiento racista, el abuso y el acoso no tienen absolutamente ninguna cabida en nuestro servicio. Cuando identificamos cuentas que violan cualquiera de las reglas de Twitter, tomamos medidas¡±, explica un portavoz de esta red en Espa?a.
?Hay mecanismos para controlar los insultos en las redes sociales? ¡°S¨ª¡±, cuenta Lola Burgue?o, profesora e investigadora en ingenier¨ªa inform¨¢tica, ¡°pero es un proceso manual que lleva mucho tiempo y que es imposible tener tanta gente controlando. Hay algoritmos que intentan detectar si hay un mensaje que contiene un sentimiento furioso o de felicidad. Pero esto todav¨ªa est¨¢ en pa?ales. Y est¨¢ la libertad de expresi¨®n. Es complicado y no se ha abordado desde el plano legal ni desde el tecnol¨®gico¡±.
¡°Justificar la violencia bajo el amparo de la libertad de expresi¨®n nos acerca hacia un estado totalitario. Las empresas no tienen un inter¨¦s real en que esto se regule. Cuando m¨¢s tiempo est¨¦s en esa red m¨¢s informaci¨®n das a esas empresas. Esa informaci¨®n es parte de su beneficio¡±, se queja Rub¨¦n Serrano.
¡°Me gustar¨ªa que ustedes, las 200 millones de personas que me acompa?an, se pudieran convertir en los 200 millones de motivos que existen para hacer de las redes un lugar seguro y de respeto. Espero que me acompa?en y apoyen en esta cruzada¡±, pidi¨® Messi el d¨ªa que lleg¨® a los 200 millones de seguidores en Instagram. ¡°Si a alguien tan reconocido por todo lo que hizo en su carrera, adem¨¢s de prudente como es Leo, recibe insultos, debe ser dif¨ªcil imaginar lo que le puede pasar a otros deportistas¡±, explica Marcelo M¨¦ndez, director de comunicaci¨®n del rosarino. ¡°La acci¨®n de Messi es muy poderosa. Y que una persona como ¨¦l se implique as¨ª es un gran paso. Es levantar una bandera de hasta aqu¨ª hemos llegado¡±, remata Serrano.
El f¨²tbol juega su partido contra el odio.
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