Alemania 1974
La novela gr¨¢fica ¡®La patria de los hermanos Werner¡¯ captura a trav¨¦s del f¨²tbol unos a?os clave para Europa en el pa¨ªs germano
Uno de los principales y m¨¢s adictivos componentes del f¨²tbol es su alto grado de azar. Se disputa en un espacio lo suficientemente extenso y con una parte del cuerpo ¡ªlos pies¡ª lo suficientemente imprecisa como para generar esperanzas de que suceda lo inesperado. Esa es la parte que m¨¢s engancha a los hinchas. Y la que menos gusta a los dirigentes.
El 22 de junio de 1974 se enfrentaban la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA) y la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA). Partido de la primera fase del Mundial. Disputado en Hamburgo. El gol que J¨¹rgen Sparwasser anot¨® en la porter¨ªa de Sepp Maier le vali¨® la victoria al equipo de este. Poca gente hubiera apostado por ese resultado. Se habl¨®, incluso, de una victoria del comunismo frente al capitalismo. El destino quiso que esa derrota allanara al camino hacia el t¨ªtulo de la RFA: los cruces resultaron m¨¢s sencillos desde la segunda posici¨®n del grupo.
La patria de los hermanos Werner (Ponent Mon) es una novela gr¨¢fica que gira en torno a aquel partido para captar unos a?os clave en la historia de Alemania. Es obra de Philippe Collin y de S¨¦bastien Goethals. Narra la peripecia vital de Andreas y Konrad, hermanos que se quedan hu¨¦rfanos en el Berl¨ªn de 1945. Su historia es el reflejo de una ¨¦poca: en 1951 hab¨ªa censados en Alemania dos millones de hu¨¦rfanos.
Captados por la Stasi, Andreas y Konrad se convierten en esp¨ªas. Las misiones los separan ¡ªuno es destinado a la RFA¡ª y el Mundial los vuelve a unir ¡ªel otro viaja con la selecci¨®n para evitar fugas¡ª. El reencuentro en Hamburgo generar¨¢ muchas contradicciones en ellos. Los estilos de vida, las dudas, los sentimientos, el amor, el miedo o los inescrutables caminos del f¨²tbol y de la vida se mezclan en una historia en la que tambi¨¦n hay espacio para el humor. Como en esa guardia en la que, a?os antes de ser esp¨ªas y vigilando la frontera, los hermanos se cuentan un chiste sobre unas personas que estaban esperando para atentar contra Hitler. Ten¨ªan informaci¨®n sobre su itinerario. Los minutos van pasando y el dictador nazi no aparec¨ªa. Cansado de esperar, uno le dice a otro: ¡°Pues espero que no le haya pasado nada¡±. Andreas y Konrad se r¨ªen a carcajadas.
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