El jaque mate de Tuchel a Pep y a un jeque y medio

En una final de Champions siempre se resuelven duelos reales o imaginarios. En la final de Oporto, el gran duelo era el que enfrentaba a Pep Guardiola, el entrenador estrella de la ¨²ltima generaci¨®n, con uno de sus admiradores, Thomas Tuchel. No hay duda de que Tuchel le hizo jaque mate al Gran Maestro Guardiola.

A Pep pareci¨® sobrarle tiempo para preparar la final. Quiz¨¢ se estruj¨® demasiado la cabeza pensando en por qu¨¦ el Chelsea le hab¨ªa derrotado en sus dos ¨²ltimos enfrentamientos: uno, un encuentro intrascendente con la liga ya resuelta; el otro, sin embargo, las semifinales de la Copa de Inglaterra, uno de los trofeos m¨¢s apreciados por Pep y que parec¨ªa destinado al City, que so?aba con el cuarteto. Pero de la cabeza de Guardiola acab¨® saliendo una idea que no hay cronista que no le haya reprochado: la de jugar sin mediocentro, algo que solo se hab¨ªa dado una vez en toda la temporada, contra el Olimpiacos en eliminatoria de Champions.

Para Thomas Tuchel, la victoria tuvo gloria y media. La gloria fue ganar la Champions por primera vez al tiempo que se convert¨ªa en el primer entrenador que jugaba dos finales consecutivas con dos equipos distintos. El a?o anterior hab¨ªa llevado a la final al PSG (que perdi¨® 1-0 frente al Bayern), pero fue despedido en diciembre por el presidente del club catar¨ª, Nasser Al-Khelaifi, que no es un jeque pero lo parece. Al-Khelaifi no solo se qued¨® sin Champions: tuvo que tragar con que la ganara su antiguo empleado. Despedido de Par¨ªs en diciembre, Tuchel aterriz¨® en enero en el Chelsea y cumpli¨® la tradici¨®n de que los entrenadores que llegan a media temporada lo llevan a la final de la Champions. Lo hizo Avram Grant en 2008 pero la perdi¨® por penaltis frente al Manchester United (1-1 en el partido). En 2012, Roberto di Matteo la gan¨® ante el Bayern (tambi¨¦n por penaltis despu¨¦s de un 1-1). Ni Grant ni Di Matteo siguieron en el banquillo.

Esta vez s¨ª se espera que Tuchel firme un nuevo contrato y se quede porque el s¨¢bado, el propietario del Chelsea, Roman Abramovich, no solo gan¨® la Champions sino el duelo de multimillonarios con el jeque Mansour bin Zayed. El oligarca ruso gan¨® al jeque petrolero. Una batalla en la cumbre que representa el cambio de tercio que vive el f¨²tbol europeo. Y ese cambio no es solo el final de toda una era marcada por el duelo entre Messi y Ronaldo, sino la confirmaci¨®n de que el f¨²tbol dominado por los millonarios y los clubes-Estado ha tomado el poder. Con la excepci¨®n de la final Oporto-M¨®naco de 2004, es la primera vez en 30 a?os que en la final no est¨¢ uno de los grandes de Europa (Real Madrid, Barcelona, Bayern, Milan, Juventus, Liverpool, Manchester United). Y la primera vez en 24 a?os que no la gana uno de esos equipos con la excepci¨®n precisamente del Chelsea (2012), del Inter (2010) y del citado Oporto (2004).

El cambio de guardia est¨¢ tambi¨¦n en las individualidades. Aunque la lista de jugadores formidables es muy amplia, ni City ni Chelsea tienen futbolistas del carisma de Messi o Ronaldo, pero s¨ª j¨®venes talentos que apuntan muy alto. La gran atracci¨®n era el duelo entre Mason Mount y Phil Foden. Foden no tuvo las oportunidades que suele tener pero a punto estuvo de cambiar por completo el partido en la primera parte, cuando R¨¹diger le rob¨® el bal¨®n en el ¨²ltimo instante en lo que parec¨ªa gol o gol. Mount, en cambio, fue el autor del pase magistral que permitir¨ªa al alem¨¢n Havertz marcar el ¨²nico gol del partido.

Tuchel le gan¨® a Guardiola y a Al-Khelaifi. Abramovich abati¨® al jeque Mansour. Mount dej¨® en la sombra a Foden. Londres le pudo a M¨¢nchester. Y el nuevo f¨²tbol puso una pica en el coraz¨®n de los viejos clubes.

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