Un portero de medio siglo
El meta Diego Moyano vuelve a la m¨¢xima divisi¨®n del balonmano con 50 a?os, longevidad superior a las marcas en f¨²tbol y baloncesto
Diego Moyano tiene 50 a?os, cuatro meses y 130 d¨ªas. A su edad y con su dedicaci¨®n, portero de ¨¦lite de balonmano, importan hasta los minutos para poner en valor su ejemplo de longevidad. Hace dos semanas volvi¨® con el Antequera a la m¨¢xima categor¨ªa y su intenci¨®n y la del club es continuar otra temporada. Se enfrent¨® en la plenitud f¨ªsica a estrellas como Talant Dujshebaev u Oleg Kisselev, y en los ¨²ltimos tiempos lo ha hecho a los hijos de estos. ¡°Al principio, los j¨®venes te miran con demasiado respeto. Se les agarrota el brazo, con una especie de miedo por si te dan un pelotazo. Pero eso dura una semana. Les intento transmitir confianza y que estoy para aconsejarles. Si se dejan... Yo lo que quiero es seguir jugando, hacer lo me gusta desde una perspectiva m¨¢s relajada¡±, comenta al otro lado del tel¨¦fono.
Nadie ha disputado la Asobal a esas alturas de la vida. Jota Hombrados, el gran referente, todav¨ªa activo en el Guadalajara, se encuentra en los 49. En otras pr¨¢cticas de equipo, el r¨¦cord en f¨²tbol recae desde la prehistoria y de forma casual en un ingl¨¦s, Harry Lowe, un entrenador de la Real Sociedad de la d¨¦cada de los treinta que decidi¨® salir al campo con 48 a?os y 226 d¨ªas tras la lesi¨®n de un jugador. Y en el baloncesto lo ostenta desde 2011 el estadounidense Darryl Middleton, con 44 a?os y nueve meses, defendiendo la camiseta del Valencia.
Moyano no hace muchas cuentas. La ¨²ltima vez que estuvo en la Asobal, en 2018, ya se convirti¨® en el abuelo de la competici¨®n y ahora con m¨¢s raz¨®n. Se lo toma todo con tranquilidad. ¡°A esta edad no hay que pasarse con el entrenamiento. Busco un equilibrio entre el punto de forma y el posible cansancio. Me regulo para llegar bien a los partidos y evitar lesiones. Durante las vacaciones s¨ª que estoy bastante activo con otros deportes como el tenis, la nataci¨®n o el p¨¢del¡±, explica. Tampoco hace dietas. ¡°No cometo excesos, pero no me privo de nada. Si juego a las seis de la tarde, no me meto un cocido a las 14.30, sino un plato de pasta y ya est¨¢. Pero el cocido puede ser el domingo, y que no falte¡±, dice. La receta, de momento, es efectiva. Hay aspectos f¨ªsicos que inevitablemente languidecen, como la potencia o el volumen, pero advierte de que otros se pueden llegar a mejorar, como la elasticidad. ¡°Es una caracter¨ªstica del m¨²sculo si se trabaja de forma continua¡±, asegura.
¡°Me retir¨¦ a los 45 y estuve un a?o y medio sin jugar. Pero el Cangas me insisti¨® para volver. Entrenaba en Alicante y el fin de semana volaba a Galicia para competir¡±
Su historia de longevidad aumenta cuando cuenta que se retir¨® a los 45 y que estuvo un a?o y medio sin tocar la porter¨ªa. En el verano de 2016, tras su etapa en el Benidorm, decidi¨® que hasta ah¨ª hab¨ªa llegado. Sin embargo, a principios de 2018, el Cangas lo persigui¨® con insistencia. ¡°Ellos estaban en una situaci¨®n cr¨ªtica y me quer¨ªan para la segunda vuelta. Yo viv¨ªa fuera de Alicante, mi mujer trabajaba y me ten¨ªa que hacer cargo de los ni?os. Les dije que no dos veces y, al final, buscaron una f¨®rmula. Entrenaba de lunes a mi¨¦rcoles en el San Juan, que estaba en Segunda, al lado de mi casa, y el jueves me iba a Galicia. A mediod¨ªa aterrizaba, entrenaba, el viernes tambi¨¦n, el s¨¢bado jugaba y el domingo me volv¨ªa. As¨ª estuve esa media temporada. Ellos ten¨ªan m¨¢s fe en m¨ª que yo. Me cost¨® dos o tres semanas coger las sensaciones, pero luego bien. Me sorprend¨ª¡±, afirma.
Tres d¨¦cadas en la clase media
Y, de nuevo bajo palos, despu¨¦s lleg¨® el Antequera para prolongar a¨²n m¨¢s la carrera con la posibilidad de trabajar en una empresa de fabricaci¨®n de quinoa. ¡°Nunca planifiqu¨¦ mi vida en el balonmano¡±, apunta. Tanto que su primera decisi¨®n fue decirle no.
¡°Con 18 a?os me llamaron de un equipo de Asobal y lo rechac¨¦. Me fui a estudiar a Granada. All¨ª empec¨¦ a jugar en la tercera categor¨ªa y terminamos subiendo¡±
¡°Me llamaron del Helados Alacant, que estaba en el Asobal, pero me march¨¦ a estudiar Educaci¨®n F¨ªsica a Granada. Ll¨¢malo destino o lo que quieras. Con 18 a?os no est¨¢s seguro de tus posibilidades y en Alicante tampoco me hab¨ªan dado muchas oportunidades. Adem¨¢s, en aquella Liga los ¨²nicos que cobraban de verdad eran los extranjeros. El resto era semiprofesional¡±, relata Diego Moyano. Sin embargo, en Granada quiso seguir compitiendo por pura diversi¨®n y se apunt¨® al Universidad de Granada, en la tercera categor¨ªa nacional. ¡°Y subimos, pero el equipo desapareci¨®. Cogi¨® su plaza el Hu¨¦tor y, cuatro a?os despu¨¦s, conseguimos ascender a la Asobal. Ah¨ª empez¨® mi viaje por el balonmano¡±, exclama.
Un trayecto por casi 15 equipos de clase media, con la fugaz presencia en la selecci¨®n espa?ola en los Juegos del Mediterr¨¢neo de 1997 y protagonista ¨²nico de todas las ¨¦pocas de este deporte en Espa?a en estas tres d¨¦cadas. Del semiprofesionalismo a la gran explosi¨®n con pies de barro de los noventa, agarrados al bum inmobiliario, hasta esta larga traves¨ªa de estrecheces donde el ¨²nico objetivo es resistir, y m¨¢s en estos tiempos de covid. ¡°Perdimos una oportunidad de hacer las cosas bien. Ahora hay que pelear con lo que tenemos para volver a tenerla¡±, zanja el portero alicantino. De momento, ¨¦l sigue ah¨ª.
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