Federer y la crisis francesa
El tenis se aleja cada vez m¨¢s del sentido est¨¦tico y en el modelo actual impera la velocidad. Esto est¨¢ claramente re?ido con la elegancia de los galos, que est¨¢n pagando la factura
Por lo menos durante la primera semana de Roland Garros, los aficionados del mundo entero hemos tenido la suerte de poder volver a ver a Roger Federer en muy digna acci¨®n. Tan grata noticia para el mundo del tenis hab¨ªa llegado a ponerse en duda despu¨¦s de que su lesi¨®n en la rodilla y su obligado paso por el quir¨®fano pareciera ir demorando su regreso m¨¢s de lo esperado.
Fue precisamente Guy Forget, el director actual del grande parisino, quien en febrero de 2020 anunci¨® con pesar la ausencia del suizo en el torneo. Se estimaba que la intervenci¨®n y posterior recuperaci¨®n lo mantendr¨ªa fuera de la competici¨®n por un espacio de tiempo que rondar¨ªa los tres meses. En efecto, su reaparici¨®n se hizo esperar pero finalmente, despu¨¦s de renunciar al Open de Australia, el jugador de Basilea volvi¨® a la competici¨®n el pasado 10 de marzo en el torneo de Doha, un a?o y dos meses despu¨¦s de su baja. Como es natural, despu¨¦s de tan larga inactividad perdi¨® en su segundo partido contra Nikoloz Basilashvili, pero colm¨® la expectaci¨®n de muchos de sus seguidores.
En su segundo torneo, en cambio, cay¨® prematuramente en su primer partido contra el espa?ol Pablo And¨²jar, en Ginebra, y empezaron a surgir algunos temores sobre la recuperaci¨®n de un nivel que hiciera honor a su nombre. Pero esta semana, como iba diciendo, Federer nos ha vuelto a deleitar con un muy aceptable nivel en los tres partidos que ha disputado contra Denis Istomin, Marin Cilic y Dominik Koepfer. Y, lo que es m¨¢s importante, nos ha hecho presagiar que, lo mismo que lo han disfrutado en directo los aficionados franceses, lo podr¨¢n seguir haciendo los del resto del mundo en los pr¨®ximos meses.
Lo curioso y menos agradable, sin embargo, es que esos mismos aficionados franceses que est¨¢n asistiendo al torneo de Par¨ªs, de manera in¨¦dita y por primera vez en su historia no han tenido ning¨²n representante de su pa¨ªs en la tercera ronda de la emblem¨¢tica competici¨®n. ?Cu¨¢l puede ser la causa de que un pa¨ªs donde el tenis sigue manteniendo gran estatus deportivo, que cuenta con una federaci¨®n adinerada, con miles de licencias en vigor y que ha dado figuras de la talla de Am¨¦lie Mauresmo, Marian Bartoli, Yannick Noah o el mencionado Guy Forget haya llegado a sufrir la actual carencia y el temor de que no se d¨¦ un cambio de tendencia a corto plazo?
Explicar las causas es aventurado, y podr¨ªa deberse simplemente a un acontecer circunstancial, pero tiendo a pensar que hay una raz¨®n de fondo que he explicado ya en otras ocasiones: el cambio conceptual que va sufriendo nuestro deporte a?o tras a?o y que est¨¢ afectando al estilo franc¨¦s, en m¨¢s medida que a alg¨²n otro.
El tenis se aleja cada vez m¨¢s del sentido est¨¦tico y t¨¢ctico de anta?o y en el modelo actual imperan, sobre todo, la velocidad y la resoluci¨®n r¨¢pida de los puntos, el factor determinante sin el que es muy dif¨ªcil destacar en el juego actual. Esto est¨¢ claramente re?ido con el concepto de elegancia que los franceses siempre han procurado no sacrificar, lo mismo que en todos los ¨¢mbitos de su vida, y lamentablemente est¨¢n pagando la factura.
Y es que lograr aunar efectividad, elegancia y, por supuesto, la velocidad imperante es tarea pr¨¢cticamente imposible, a no ser que te llames Roger Federer. Desgraciadamente, ser¨¢ dif¨ªcil repetirlo.
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