El podio m¨¢s cosm¨¦tico de Vettel
Tras brillar en Bak¨², el de Aston Martin vuelve a la realidad en Francia, donde arrancar¨¢ 12?, lejos de la pole de Verstappen
De Lawrence Sheldon Strulovitch, m¨¢s conocido como Lawrence Stroll, se dice que la magnitud de su fortuna, estimada en unos 2.700 millones de euros seg¨²n los c¨¢lculos de Forbes, es proporcional a su exigencia con quienes trabajan para ¨¦l en el conglomerado de compa?¨ªas que posee. Este empresario canadiense de 61 a?os hizo crecer la fortuna de su padre, Leo, al capitanear el desembarco en Europa de la marca de ropa Ralph Lauren, adem¨¢s de invertir y popularizar otras firmas como Tommy Hilfiger y Michael Kors. Si el sector textil explica su ¨¦xito en los negocios, los coches son su fuente de divertimento, como le ocurre a mucha gente. Cualquier persona de a pie que comparta esta pasi¨®n buscar¨ªa la forma de adquirir un b¨®lido de carreras. Stroll, que ya posee una de las colecciones de Ferrari m¨¢s exclusivas del mundo, se compr¨® un equipo de F¨®rmula 1 en 2018, para que su hijo, Lance, pudiera correr a sus anchas en el campeonato sin la espada de Damocles que pende sobre las cabezas del resto de la parrilla.
Stroll compr¨® Force India (2018) y lo rebautiz¨® como Racing Point, que compiti¨® con ese nombre en 2019 y 2020, antes de hacerse con el 16,7% de las acciones de Aston Martin y repintar los monoplazas del verde corporativo con vistas a este 2021. Hace dos semanas, en Bak¨², Sebastian Vettel ase adjudic¨® su primer podio en dos a?os y el primero en la historia del constructor brit¨¢nico. Por m¨¢s que esa segunda plaza fuera fruto de uno de los grandes premios m¨¢s rocambolescos que se recuerdan ¨Ctras la neutralizaci¨®n se disput¨® una carrera a solo dos vueltas¨C, el resultado de Baby Schumi supuso la inyecci¨®n de moral que necesitaba una escuder¨ªa que, tras estar en la picota el curso pasado por la pol¨¦mica que suscit¨® la semejanza entre su prototipo y el Mercedes de 2019, atraviesa un periodo de indefinici¨®n fruto del choque de las dos realidades que cohabitan en su interior. ¡°Si rascas el un poco el polo verde de Aston Martin, encontrar¨¢s todav¨ªa el amarillo de Jordan ¨Cla base de la estructura desde 1991 y hasta 2005¨C. Muchas de las personas que hay trabajan aqu¨ª vienen de aquella ¨¦poca, y eso se nota cuando el objetivo es lograr seg¨²n qu¨¦ resultados¡±, cuenta a El Pa¨ªs una fuente de la escuder¨ªa, que este domingo, en Paul Ricard (15:00 horas, DAZN y Movistar F¨®rmula 1), ver¨¢ c¨®mo Vettel sale el 12? y Stroll, el pen¨²ltimo. Ambos comenzar¨¢n muy lejos de la ¡®pole¡¯ de Max Verstappen o de la quinta plaza de Carlos Sainz, y algo m¨¢s cerca de la novena posici¨®n de Fernando Alonso.
No hay nada peor para el rendimiento de un equipo de F1 que el intervencionismo de la pieza m¨¢s poderosa de su engranaje, o sea, su propietario, cuando el individuo en cuesti¨®n no es un especialista. Eso es lo que ocurre con Stroll, empe?ado seguir los pasos de Mercedes cuando Aston Martin no tiene ni los medios ni la materia gris (personal) que ha llevado al constructor de la estrella a acumular los ¨²ltimos siete t¨ªtulos consecutivos. De hecho, que la formaci¨®n de Silverstone sea cliente de la de Brackley (incorpora sus motores, cajas de cambio y otros componentes) le coloca en una clara posici¨®n de desventaja. Por ejemplo, tras un accidente en el que alguno de esos elementos quede tocado, el precio que Mercedes cobra por reparar la pieza en cuesti¨®n es muy superior al que le cuesta si la aver¨ªa es de uno de sus coches, al hacerlo ¡®en casa¡¯. Y eso, con la entrada en juego del l¨ªmite presupuestario, se ha convertido en un aspecto capital en la gesti¨®n del capital.
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