Ryan Crouser lanza el peso a 23,37 metros: cae un r¨¦cord que parec¨ªa eterno e imposible

En los tiempos en los que r¨¦cords de fondo, de marat¨®n, 5.000m o 10.000m, parecen escritos sobre el hielo, y en un plispl¨¢s dejan de gritar se sobrescriben nuevas marcas sobre ellos, duran apenas horas, en las tablas del atletismo perviven r¨¦cords que parecen grabados en la piedra, imposibles de borrar, r¨¦cords de otros tiempos, de otros h¨¢bitos. Como el r¨¦cord mundial de lanzamiento de peso que fij¨® un d¨ªa de mayo de 1990 el norteamericano Randy Barnes en una pista de Los ?ngeles. Sus 23,12m han permanecido lejan¨ªsimos e intocables durante tres d¨¦cadas en las que los mejores del mundo suspiraban felices son solamente rozar la barrera de los 22m. A los 23 metros nadie so?aba con acercarse siquiera. Ni siquiera el propio Barnes, quien fue suspendido 27 meses por dopaje unas semanas despu¨¦s de su r¨¦cord, y en su regreso a la competici¨®n gan¨® el oro en los Juegos de Atlanta 96 para ser suspendido a perpetuidad poco despu¨¦s por un nuevo dopaje.

Y entonces lleg¨® Ryan Crouser, quien, 31 a?os despu¨¦s, dej¨® el r¨¦cord mundial en 23,37m.

En el panorama de una especialidad que, en los tiempos actuales, los de los controles antidopaje m¨¢s estrictos, sustituy¨® los anabolizantes que daban fuerza y velocidad extras por mejores entrenamientos y una nueva t¨¦cnica, la rotatoria, en la que el atleta gira en el c¨ªrculo casi como un lanzador de disco, apareci¨® un gigante (en todos los sentidos: 2,02 metros de altura; 142 kilos de peso; 28 a?os) de Portland, Oreg¨®n, que lleva dos a?os haciendo que pasar de los 22m parezca tan sencillo como respirar (133 veces ha pasado en su carrera de esa distancia: entre todos los dem¨¢s lanzadores del mundo lo han hecho en 39 ocasiones) y acelerando sin parar, anunciando lo inevitable, hasta un 2021 en el que todo le cuadra.

En enero, Crouser dej¨® en 22,82m el r¨¦cord del mundo en pista cubierta en mayo pas¨® por primera vez de los 23m, por un cent¨ªmetro, hasta alcanzar por fin su grial la noche del viernes 18 de junio en el hist¨®rico estadio, y vecino para ¨¦l, de Hayward Field, en Eugene, Oreg¨®n, en la primera jornada de los trials ol¨ªmpicos de Estados Unidos. Tras tres largu¨ªsimos lanzamientos por encima de 22,50m, en el cuarto sinti¨® Crouser que los planetas se conjuntaban. ¡°Sent¨ª que la fuerza y la potencia estaban ah¨ª, dentro de m¨ª¡±, dijo despu¨¦s Crouser, el campe¨®n ol¨ªmpico de R¨ªo 16, un lanzador para quien el mayor sacrificio es lograr meterse en el cuerpo diariamente las miles de calor¨ªas que necesita para mantener el peso. ¡°Solo necesitaba transmit¨ªrselas a la bola [7,26 kilos], as¨ª que lo hice con calma y en el momento en el que la bola abandon¨® mi mano supe que ah¨ª estaba, y ya empec¨¦ a celebrar¡±. La medici¨®n tom¨® poco tiempo y certific¨® lo que le dec¨ªan sus sensaciones: 23,37m, 25 cent¨ªmetros m¨¢s lejos que la plusmarca por siempre sospechosa de Barnes. ¡°He estado persiguiendo tanto tiempo este r¨¦cord¡±, dijo Crouser. ¡°Que he sentido como si finalmente me quitara un peso de encima¡±.

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