Nada ni nadie podr¨¢ ensuciar a Federer
Roger ha trascendido su propia disciplina. Es un icono deportivo, no solo ten¨ªstico, que ha sabido extrapolar lo que representa dentro de la pista, fuera de ella
Est¨¢ claro que tanto para Roger como para Rafael, sus respectivas derrotas en Wimbledon y en Roland Garros son algo m¨¢s angustiosas que en cualquier otro escenario. Y, de ah¨ª el tono del suizo en la rueda de prensa que sigui¨® al partido contra el polaco Hubert Hurkacz, quien no solo lo elimin¨® del Grand Slam brit¨¢nico sino que lo hizo, adem¨¢s, con un contundente resultado.
A la pregunta de los periodistas sobre si aquel hab¨ªa sido su ¨²ltimo partido sobre la hierba de Londres, Federer no despej¨® las inc¨®gnitas. Manifest¨® su necesidad de valorar y pensar, y creo que hizo bien. Los que estamos en el mundo del tenis ya intu¨ªamos que, no solo por los 40 a?os que va a cumplir el suizo el pr¨®ximo 8 de agosto, sino sobre todo por la insuficiente preparaci¨®n que ha podido hacer en el ¨²ltimo a?o despu¨¦s de su larga lesi¨®n, le resultar¨ªa complicado hacer frente a un rival duro.
Yo creo que tanto ¨¦l, como Novak y Rafael, decidir¨¢n retirarse el d¨ªa que sientan que no tienen opciones de victoria. Y cuando Roger decida que ese d¨ªa ha llegado, ojal¨¢ lo haga despidi¨¦ndose uno por uno y, como m¨ªnimo, de los cuatro Grand Slams. Tanto ¨¦l como sus millones de seguidores se merecen otro encuentro en el que estos puedan dedicarle la ovaci¨®n y el homenaje que le corresponden por todo lo que ha supuesto para nuestro deporte. Nadie como ¨¦l ha sabido combinar una plasticidad y elegancia en su golpeo de la bola, y en sus desplazamientos en la pista, con una eficacia y brillantez dif¨ªciles de igualar.
Por todo esto y por mucho m¨¢s, Federer ha trascendido su propia disciplina. Es un icono deportivo, no solo ten¨ªstico, que ha sabido extrapolar lo que representa dentro de la pista, fuera de ella.
En distintas ocasiones, he escuchado argumentar que las grandes estrellas del deporte deber¨ªan retirarse cuando a¨²n son capaces de mantenerse en una posici¨®n elevada para, as¨ª, no manchar su buena reputaci¨®n. Yo no estoy de acuerdo con esta aseveraci¨®n, ya que jam¨¢s me he quedado con la imagen de un gran campe¨®n en el momento de su declive. Y a quienes los hacen, como m¨ªnimo, hay que se?alarles su desacierto.
Despu¨¦s de un somero repaso a la prensa de ayer, recojo los siguientes titulares: ¡°Hurkacz mete un rosco a Federer¡±, ¡°Federer expulsado del templo del tenis¡±, ¡°Federer se rompe en tres sets¡±, ¡°Hurkacz ech¨® al rey del c¨¦sped fuera de su reino¡±. Por supuesto, ya no segu¨ª leyendo ninguno de los textos.
Yo vi el partido en la Academia de mi sobrino en Manacor, junto con un grupo de ni?os que est¨¢n haciendo all¨ª su Summer Camp. Entre ellos hab¨ªa un chaval suizo de unos 13 a?os que, presa de los nervios, no pod¨ªa ver los derroteros que iba cogiendo el ¨²ltimo set. Suplicaba que Roger pudiera hacer alg¨²n juego porque no conceb¨ªa ver a su ¨ªdolo encajar un 6-0, como tampoco pod¨ªa concebir su derrota en Wimbledon como pre¨¢mbulo de una carrera que, de manera natural, en un tiempo tocar¨¢ a su fin. Cuando acab¨® el partido, el ni?o se ech¨® a llorar. Yo le dije que no le diera importancia, que se olvidara de aquel resultado, de la misma manera que lo iba a olvidar todo el mundo en muy breve tiempo. Un hecho as¨ª, solo puede ser meramente anecd¨®tico en la brillante carrera de uno de los mejores deportistas de todos los tiempos.
Sea como sea el fin de la carrera ten¨ªstica de Roger Federer, nada ni nadie podr¨¢ manchar el prestigio que el gran tenista suizo ha otorgado a la historia del tenis. Yo le deseo, por supuesto, un tiempo m¨¢s entre todos nosotros y, sobre todo, un tour de despedida para que los aficionados de los grandes torneos puedan demostrarle, una vez m¨¢s, su gran cari?o y admiraci¨®n.
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