Pecados de una primera vez
Berrettini ten¨ªa las armas, pero cometi¨® demasiados errores y, en ese sentido, Djokovic apenas se equivoca. Un precio dif¨ªcilmente asumible para alguien menos experimentado
Las horas previas a una primera final de Grand Slam son muy complicadas. Recuerdo la tensi¨®n m¨¢xima que vivimos cuando Rafael iba a disputar la del primer Roland Garros que gan¨®, con tan solo 19 a?os. Uno podr¨ªa pensar que la juventud juega a favor, pero la verdad es que cuando se presenta la oportunidad, uno desconf¨ªa de que puedan llegar m¨¢s y busca la tranquilidad de anotarse uno de los grandes. Mi primer pensamiento cuando mi sobrino le gan¨® el ¨²ltimo punto a Mariano Puerta aquel ya lejano domingo 5 de junio de 2005 fue: ?Qu¨¦ alivio!
Matteo Berrettini sab¨ªa que ganar Wimbledon pod¨ªa cambiar su trayectoria ten¨ªstica. Levantar un gran trofeo es la meta m¨¢s codiciada por cualquier tenista. Y, aunque seguramente el joven italiano tendr¨¢ m¨¢s oportunidades para lograrlo, debe ser consciente de la ocasi¨®n que se le ha escapado.
Despu¨¦s de la primera semana de competici¨®n coment¨¦ que Denis Shapovalov y ¨¦l eran los dos jugadores m¨¢s capaces de crearle problemas al actual n¨²mero uno, aunque tambi¨¦n a?ad¨ª que no es lo mismo encarar a Novak en las primeras rondas que en la final del torneo, cuando ya entran en juego otros factores tan importantes como la administraci¨®n del temple y la gesti¨®n de los nervios para afrontar los momentos decisivos. Queda claro que, en este sentido, Djokovic era mucho m¨¢s maduro y experimentado.
Berrettini ten¨ªa las armas para el choque: un gran saque y el drive m¨¢s r¨¢pido del circuito. Es un jugador con gran facilidad para crear golpes ganadores, 57 hizo en la final, aunque tambi¨¦n es verdad que le falt¨® algo de consistencia y cometi¨® 48 errores no forzados, muchos de ellos con su golpe de rev¨¦s. Y esta fue, creo yo, la clave del partido.
Novak no encaden¨® tantos winners como el italiano, 31 en total, pero su consistencia fue, en todo momento, superior. Solo cometi¨® 21 errores no forzados. Y, claro, al final el tenis es un juego de repetici¨®n en el que las grandes jugadas valen lo mismo que los errores no forzados. En este sentido, el serbio es con toda probabilidad el mejor del mundo. Apenas comete equivocaciones. A pesar de haber empezado con break arriba y de perder luego esa ventaja y tambi¨¦n el primer set, su capacidad de concentraci¨®n, su calidad y su experiencia le permitieron no bajar la intensidad ni dejar de creer firmemente en sus posibilidades.
Berrettini, por su parte, cometi¨® el mismo error que impidi¨® a Stefanos Tsitsipas coronarse en Par¨ªs. Despu¨¦s de anotarse la primera manga (en el caso del griego fue m¨¢s grave, la ventaja era de dos), baj¨® un poco la guardia en vez de hacer justo lo contrario: intentar mantener la intensidad y m¨¢xima concentraci¨®n para consolidar la ventaja. A medida que se acerca el final del partido, la tensi¨®n es mucho mayor. Un precio dif¨ªcilmente asumible para un jugador menos experimentado.
Pienso que el nivel actual de Djokovic no es el mismo de 2011 o 2015, pero ha quedado demostrado que el serbio sigue estando un paso por delante de la nueva generaci¨®n de jugadores. Ha derrotado a tres de esos tenistas emergentes en las tres ¨²ltimas finales de Grand Slam. Recordemos que tambi¨¦n gan¨® a Daniil Medvedev en el Open de Australia.
Pero esta victoria en Wimbledon viene a demostrar algo m¨¢s. El balc¨¢nico parece ser, en estos momentos, el que lleva mejor inercia para proclamarse ganador en la lucha por anotarse el mayor n¨²mero de Grand Slams. Dentro de un mes y medio se va a disputar el US Open y all¨ª tendr¨¢ una primera oportunidad de adelantarse en el marcador. Aunque tambi¨¦n es verdad que Rafael luchar¨¢ por la suya, y si algo no he perdido jam¨¢s es mi inquebrantable fe en ¨¦l.
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