299 horas de pedaleo

De Henri Leclerc, nacido en Tribaldou, un pueblecito a las afueras de Par¨ªs, apenas se sabe nada. Nadie public¨® nunca una fotograf¨ªa de su estampa en bicicleta. Solo se conoce que fue un ciclista sin ¨¦xito, an¨®nimo, que particip¨® en el Tour de 1914 y que acab¨® ¨²ltimo, el 54?, aunque hab¨ªan partido en la primera etapa 145 corredores. Se puede decir que fue un resistente. Acab¨® a 99 horas 4 minutos y 45 segundos del ganador, el belga Philippe Thys.

Si las carreteras eran insufribles para todos, m¨¢s todav¨ªa para Leclerc, incapaz de aguantar el ritmo del pelot¨®n ya desde el primer d¨ªa, entre Par¨ªs y Le Havre, en una jornada terrible en la que abandonaron 26 ciclistas. Gan¨® Thys, y Leclerc perdi¨® m¨¢s de seis horas. La sangr¨ªa continu¨® en las siguientes etapas. Ni un d¨ªa pudo descansar como los dem¨¢s. Sigui¨® perdiendo tiempo sin control durante las siguientes jornadas. Ya en la sexta etapa era el ¨²ltimo, en el puesto 74?, y sigui¨® con el farolillo rojo hasta Par¨ªs, aunque la n¨®mina de participantes iba disminuyendo d¨ªa a d¨ªa. Leclerc, pese a sus penurias, resist¨ªa.

Los peri¨®dicos no hablaban de ¨¦l, claro. El duelo entre Thys y Pelissier era lo que importaba. Su nombre s¨®lo aparec¨ªa en las clasificaciones, y no siempre, porque a veces los diarios cerraban su edici¨®n horas antes de que llegara a la meta. El 14 de julio apareci¨®, por fin, su nombre en un p¨¢rrafo: ¡°Premios especiales: Leclerc, cinco francos ofrecidos por Mr. Dattand al ¨²ltimo corredor independiente que lleg¨® a Marsella¡±. Unos d¨ªas despu¨¦s recibi¨® id¨¦ntico premio, esta vez en la meta de Longwy, ¡°donado por un grupo de italianos residentes en Piennes¡±. Al menos, Leclerc iba haciendo caja. En Belfort recibi¨® 14 francos, la mitad de los 32 donados para los dos ¨²ltimos de la etapa.

Ese mismo d¨ªa, el peri¨®dico L¡¯Auto publicaba: ¡°El antiguo corredor del Tour, Andr¨¦ Blandet, nos avisa que a su regreso a Par¨ªs, Neboux y Leclerc ser¨¢n obsequiados con una buena cena en el caf¨¦ que regenta en el n¨²mero 82 de la calle de los M¨¢rtires¡±, qu¨¦ nombre m¨¢s adecuado. Y a?ad¨ªa: ¡°Y no perdonaremos la bodega¡±. El mismo peri¨®dico, el mismo d¨ªa que finalizaba la carrera, ped¨ªa una ovaci¨®n para Leclerc: ¡°Tanto los que compiten con su equipo, como los independientes, deben recibir la admiraci¨®n de la multitud. Desde Thys y Pellisier hasta Rott¨¦ y Leclerc por este mes de deporte extremo que nos acaban de regalar y que ser¨¢ recordado durante mucho tiempo¡±.

Los aplausos para Leclerc fueron escasos. Lleg¨® cuando la fiesta ya estaba acabando, cuatro horas y media despu¨¦s de Pelissier, el ganador de la etapa. La media de Thys, el ganador del Tour, fue de 27,28 kil¨®metros a la hora; la de Leclerc, que tard¨® en completar el Tour 299 horas, 33 minutos y 33 segundos, fue de 18,42. Pero avisaba Desgrange: ¡°?No se r¨ªan! Solo prueben a hacerlo en una etapa del Tour¡±. Agotado, Henri hac¨ªa sus primeras y ¨²ltimas declaraciones al peri¨®dico organizador. Su colega Alpini, natural de Niza, hab¨ªa asegurado: ¡°El Tour no fue tan duro. Lo volver¨ªa a hacer si me prometen una nueva recepci¨®n triunfal como la que recib¨ª en mi ciudad¡±. Leclerc replic¨®: ¡°Para un poco, camarada. Con 300 horas de pedaleo en las piernas durante 26 d¨ªas, tengo suficiente como para coger unas vacaciones¡±.

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