Johann Zarco se hace 900 kil¨®metros en moto desde Niza para disputar el GP de Arag¨®n

Johann Zarco siempre fue especial. Peculiar. Un tipo de respuestas largas y discurso profundo. Un deportista con menos escr¨²pulos de los que aparenta su cara de no haber roto un plato. Un dos veces campe¨®n de Moto2, hoy aspirante al t¨ªtulo de MotoGP, que mata sus ratos libres al piano. Con semejante carta de presentaci¨®n, no sorprende que haya decidido viajar desde Francia a Arag¨®n en moto. Todos sus rivales llegar¨¢n este jueves a Espa?a en avi¨®n, algunos, los que viven m¨¢s cerca, en alg¨²n punto del pa¨ªs o en Andorra, lo har¨¢n en coche. Pero a nadie m¨¢s que a Zarco podr¨ªa ocurr¨ªrsele hacer m¨¢s de 900 kil¨®metros en moto dos d¨ªas antes de empezar el GP de Arag¨®n en Alca?iz.

El piloto franc¨¦s, de 31 a?os, reside en Avi?¨®n, pero va a menudo a Niza a visitar a sus padres. Por eso sali¨® este martes desde Antibes, un pueblo de costa muy cerca de Niza, un municipio franc¨¦s de los llamados Alpes Mar¨ªtimos, donde reside su amigo Adrian Parassol, amante de las motos, probador para la revista especializada Moto et Motards, en Francia, y propietario de una Ducati 900 SS Darmah, de 1981. Esa es la moto que le ha prestado al piloto del equipo Pramac Ducati para su peculiar viaje: casi nueve horas de pilotaje bordeando la costa provenzal y pasando por la costa Brava, hasta alcanzar Barcelona y adentrarse hacia Alca?iz. Toda una muestra de pasi¨®n por las motos, no solo por la competici¨®n.

Zarco, puro desparpajo en la pista, casi un ermita?o cuando se aleja de los circuitos, protagoniza as¨ª esta semana una historia diferente en el ya hiperprofesionalizado mundo del motociclismo. Y se plantar¨¢ en Arag¨®n con una moto cl¨¢sica, un objeto de culto para muchos, como si fuera m¨¢s bien un aficionado. Es raro, por no decir casi imposible, ver a los pilotos de MotoGP llevando una moto de calle, m¨¢s si es lejos de la seguridad de un circuito de velocidad.

Ante la imposibilidad de prepararse para las carreras con las motos de competici¨®n, los pilotos se entrenan en motos de cilindrada peque?a en circuitos de asfalto, en m¨¢quinas de motocross o de dirt track en circuitos de tierra, y cada vez m¨¢s en bicicleta, de monta?a o de carretera. Pero nunca cogen motos grandes o de calle en sus ratos de ocio, ni para desplazarse. Entrenarse sin enfrentar demasiados peligros es su gran rompecabezas entre carrera y carrera.

Esta semana, por ejemplo, se hizo viral el v¨ªdeo en el que se ve¨ªa a Marc M¨¢rquez caerse al posar para la foto haciendo malabares con una mountain bike; la escena la capt¨® completa y con socarroner¨ªa su hermano ?lex, tambi¨¦n piloto, que le pon¨ªa voz de fondo al v¨ªdeo: ¡°Mira mam¨¢, sin manos; mira mam¨¢, sin dientes¡±. Todo ello para desespero de Marc, que todav¨ªa trabaja en recuperar su mejor estado de forma tras fracturarse el h¨²mero en julio de 2020.

Los riesgos son muchos cuando uno es piloto de MotoGP. Zarco lo sabe y lo asume. Le gusta sentirse un tipo normal que se gana la vida corriendo en moto. Y este gesto lo demuestra. Adem¨¢s de ser, de paso, tanto una declaraci¨®n de amor a la f¨¢brica que le fich¨® hace un a?o como una magn¨ªfica operaci¨®n de m¨¢rketing para Ducati.

Zarco, tercer clasificado de la general con una Desmosedici GP21, cuenta con cuatro segundos puestos este a?o en que ha so?ado con alcanzar y pelear por el t¨ªtulo con su compatriota Fabio Quartararo. Y busca estos d¨ªas recuperar la serenidad del inicio de la temporada. No sube al podio desde el GP de Catalu?a, cinco grandes premios atr¨¢s, y asume que le pudo la presi¨®n de verse tan cerca del liderato, de pensar en que pod¨ªa ganar el Mundial. ¡°Tengo que quit¨¢rmelo de la cabeza, porque me met¨ª demasiada presi¨®n al volver del verano; consciente o inconscientemente, es dif¨ªcil de decir. Quer¨ªa subir una marcha para competir con Fabio y esta marcha no se hace tan r¨¢pido. As¨ª que hay que saber a qu¨¦ aspirar, aunque no significa que se pierda la esperanza. Pueden pasar muchas cosas¡±, declara.

Los m¨¢s de 900 kil¨®metros en moto hasta llegar a Alca?iz le habr¨¢n ayudado a reflexionar.

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