Dejemos que Carlos Alcaraz escriba su propia historia
Todos deseamos disfrutar con grandes campeones, pero no nacen de la noche a la ma?ana. Las etapas hay que quemarlas a su debido tiempo
Este US Open ser¨¢ recordado por la presentaci¨®n en sociedad de Carlos Alcaraz. El murciano, uno de los jugadores con m¨¢s proyecci¨®n del circuito, nos maravill¨® a todos con su escalada hasta los cuartos de final en Flushing Meadows. Es imposible no esbozar una sonrisa al ver esa valent¨ªa repleta de juventud, esa sonrisa p¨ªcara del que consigue aquello que desea con toda su alma.
Carlos no es ning¨²n desconocido para quienes llevamos tiempo en este mundo. Desde la etapa j¨²nior ha sido uno de los jugadores m¨¢s destacados de su generaci¨®n y siempre ha despertado esa atenci¨®n al saltar a pista. Su desparpajo es tremendo, tiene una energ¨ªa diferente y es muy atrevido al atacar la pelota. Tiene la extra?a virtud de hacerte disfrutar al verle jugar, desprende una garra y una actitud irreprochable. Algo no muy com¨²n en deportistas de su edad.
Lo que m¨¢s destacar¨ªa de ¨¦l es su mentalidad. En Espa?a estamos acostumbrados a las comparaciones, parecen inevitables. Pero, cuando eso sucede, el joven normalmente sale perdiendo. Cada uno debe hacer su propio camino, ning¨²n deportista viene a ocupar el lugar de nadie, y eso Carlos parece tenerlo muy claro. El deportista es el primero que conoce sus propios pasos. No necesita que nadie le repita d¨®nde puede llegar ni cargar con las expectativas de terceros. Carlos sabe que juega bien. Sabe que, si se lo propone, con trabajo y disciplina, puede tener la oportunidad de hacer realidad muchos de sus sue?os.
En ocasiones es complicado aislarse de los comentarios del entorno. Especialmente a d¨ªa de hoy, cuando el mundo est¨¢ completamente comunicado. El deportista debe guiarse por sus propias sensaciones y dejarse guiar por su equipo. Carlos tiene un grupo muy profesional a su alrededor. Su entrenador, Juan Carlos Ferrero, sabe el camino por el que est¨¢ pasando y las expectativas que pululan alrededor. Sabe de triunfos y de derrotas, conoce lesiones y presi¨®n medi¨¢tica. Tener ese apoyo a diario es una gran ventaja respecto a otros tenistas de su generaci¨®n.
Si echo la mirada atr¨¢s, recuerdo la experiencia de alcanzar los cuartos de final en mi primer Roland Garros. Ten¨ªa apenas 19 a?os, ven¨ªa de la fase previa y apenas me asomaba al circuito. Tanto la prensa como los aficionados buscaban a la siguiente Arantxa, una sucesora de Conchita. Eso, sencillamente, no existe. Notas c¨®mo a tu alrededor se genera una expectaci¨®n enorme y ah¨ª necesitas ser fuerte. Si no te endureces o no est¨¢s preparado para escuchar seg¨²n qu¨¦ cosas, tu evoluci¨®n puede verse afectada.
En el deporte, como en la vida, todo tiene un proceso. Cada persona es capaz de asimilar las realidades a un ritmo diferente. Hay que entender y respetar al deportista, dej¨¢ndole espacio para crear su propio camino. Todos deseamos disfrutar con grandes campeones, pero ellos no nacen de la noche a la ma?ana. Nos entran las prisas por ver triunfar a los nuestros, pero las etapas hay que quemarlas a su debido tiempo.
Personalmente, algunos de mis mejores resultados en Grand Slam llegaron en la parte inicial de mi carrera. Mi familia y mi equipo me ayudaron a mantener la cabeza fr¨ªa en ese momento. Aunque parezca sencillo, este mundo no lo es en absoluto. Tuve una evoluci¨®n favorable y en ning¨²n momento dej¨¦ que los comentarios de fuera afectaran a mi rendimiento.
Carlos ha llegado a cuartos de final en su primer US Open. Hemos le¨ªdo infinidad de datos sobre su precocidad en el circuito y eso solamente tiene un eslab¨®n: el siguiente entrenamiento. Estoy segura de que, si trabaja con orden, disfrutar¨¢ de su d¨ªa a d¨ªa y construir¨¢ un bonito camino.
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