Ligas, jugadores e hinchas, contra la FIFA y la UEFA
Las Ligas Europeas, el sindicato mundial de futbolistas y las agrupaciones de aficionados se unen para exigir participar en el gobierno del f¨²tbol
La Biblioteca Solvay, el recinto bruselense donde Albert Einstein postul¨® los principios de la era at¨®mica, sirvi¨® el martes pasado de escenario para la formalizaci¨®n de un frente com¨²n entre la patronal que agrupa a las ligas europeas, el sindicato mundial de futbolistas profesionales, y las confederaciones de hinchas. Entre todos se propusieron desencadenar un cambio radical en el gobierno del f¨²tbol. Lo hicieron mediante la publicaci¨®n de un manifiesto. ¡°Este documento representa la nueva era en la que queremos entrar; las consultas ya no son suficientes. Ahora necesitamos participar en los acuerdos de gobierno¡±, proclam¨® Jacco Swart, director ejecutivo de las Ligas Europeas, organizaci¨®n que abandera a la Liga, la Premier, la Serie A o la Bundesliga.
Animados por la cerveza, los espumantes, las croquetas, el foie gras y el salm¨®n, una ola de aplausos se levant¨® desde los sillones que ocupaban los sindicalistas. Destacaban David Aganzo, Damiano Tommasi, Joaquim Evangelista, y dem¨¢s l¨ªderes nacionales integrados en FIFPRO, la confederaci¨®n mundial que defiende los derechos de m¨¢s de 38.000 futbolistas, y que organiz¨® el acto.
¡°Est¨¢ claro que la ¨²nica raz¨®n por la cual la Superliga fue derrotada por la mayor¨ªa de la industria fue porque los aficionados se manifestaron y los futbolistas se sumaron a la protesta¡±, dijo Jonas Baer-Hoffmann, presidente de FIFPRO. ¡°Ser¨ªa raro negarle a estos actores la posibilidad de dar forma a algo que ellos han defendido. El f¨²tbol necesita un nuevo tipo de liderazgo, m¨¢s inclusivo, con un impacto m¨¢s humano¡±.
Conscientes de su poder tras haber reflotado a la industria despu¨¦s del apag¨®n m¨¢s grave de su historia, durante la pandemia de coronavirus, est¨¢n convencidos de encarnar la esencia del juego y se han propuesto entrar en los ¨®rganos de gobierno de la UEFA y la FIFA. De momento, las instituciones plurinacionales que dirigen el f¨²tbol mundial hacen o¨ªdos sordos. Pero las sucesivas intentonas de establecer una Superliga secesionista y un Mundial cada dos a?os han extendido la sensaci¨®n de que las viejas estructuras de poder han perdido legitimidad en la medida en que procuraban aumentar sus ingresos a trompicones sacando tajada de un pastel limitado.
El negocio global del f¨²tbol produce en torno a los 25.000 millones de euros anuales, de los cuales los torneos organizados por la UEFA y la FIFA en el ¨¢mbito de clubes y selecciones se sit¨²an en el umbral de los 5.000. Los futbolistas cobran de los clubes, principales catalizadores de una riqueza que los viejos reguladores ahora aspiran a disfrutar. Como dijo un asistente al concilio: ¡°La tarta econ¨®mica global es la que es; y no aumentar¨¢ por organizar un Mundial cada dos a?os¡±.
¡°Necesitamos un ¨®rgano en donde todas las partes interesadas podamos acordar el futuro del f¨²tbol¡±, se?ala Mathieu Moreuil, delegado de la Premier
¡°Esto es solo el comienzo; estamos viendo la punta de iceberg¡±, se?al¨® Loukas Anastasiadis, de Supporters Direct Europe. Su agrupaci¨®n es una de las organizaciones de aficionados con m¨¢s representatividad. La semana pasada alcanz¨® un acuerdo con Ligas Europeas que sienta las bases para la participaci¨®n de los hinchas en la regulaci¨®n de los torneos.
¡°Queremos ir de la mano para cambiar la gobernanza¡±, dice Javier Morente, responsable de relaciones internacionales de LaLiga. La celebraci¨®n del Mundial de Clubes cada dos a?os a partir de 2028 y el nuevo formato de la Champions a partir de 2024 son detonantes que, seg¨²n todos los asistentes al acto en Bruselas, amenazan con colapsar la industria.
Est¨¢ en juego el equilibrio financiero lo mismo que la salud de los futbolistas. Seg¨²n un informe de FIFPRO, el porcentaje de minutos que los jugadores de m¨¢ximo nivel compiten sin gozar de intervalos m¨ªnimos de cuatro d¨ªas de recuperaci¨®n ¡ªm¨¦dicamente recomendados¡ª, ha ascendido del 61% al 67% desde 2018. El caso paradigm¨¢tico, seg¨²n FIFPRO, es el de Pedri Gonz¨¢lez, lesionado tras disputar 78 partidos.
Mathieu Moreuil, director de relaciones internacionales de la Premier, propone la creaci¨®n de un nuevo marco institucional en donde los clubes, los jugadores y los aficionados no tengan un papel meramente consultivo. ¡°Necesitamos un ¨®rgano en donde todas las partes interesadas podamos acordar el futuro del f¨²tbol¡±, declar¨®. ¡°En la UEFA tienes el Comit¨¦ de F¨²tbol Profesional y el Comit¨¦ de Competiciones de Clubes, que re¨²ne a las partes interesadas, pero no a los hinchas, que tambi¨¦n deber¨ªan estar. Estos comit¨¦s no tienen competencia para alcanzar acuerdos en materia de competiciones europeas de clubes, y esto nos afecta directamente. Las cosas no se pueden resolver de un d¨ªa para otro sin un proceso de discusi¨®n. ?Por qu¨¦ no podemos sentarnos a discrepar? No es tarde para cambiar esta cultura¡±.
Bobby Barnes, el presidente del PFA, el sindicato de futbolistas de Inglaterra, se al¨ªa con su patronal para se?alar la naturaleza est¨¦ril de la relaci¨®n que mantienen con la UEFA en paneles en donde solo se les consulta. ¡°La negociaci¨®n sin capacidad de influir es una forma de mendicidad¡±, sentencia. ¡°El plan del Mundial cada dos a?os debi¨® discutirse antes de que Ars¨¨ne Wenger lo presentara en los medios de comunicaci¨®n. Fueron hechos consumados, como la Superliga, un fen¨®meno que propici¨® que la gente se hiciera escuchar. Hasta ahora ni los futbolistas ni los hinchas han estado acostumbrados a ejercer su poder para hacerse o¨ªr¡±.
¡°En el transcurso de cinco meses hemos asistido a la presentaci¨®n de una Superliga y un Mundial cada dos a?os¡±, dice Jonas Baer Hoffmann, presidente del sindicato mundial de jugadores. ¡°Si nos cruzamos de brazos, este tipo de conflictos seguir¨¢n reproduci¨¦ndose como incendios
El Comit¨¦ de Competiciones de Clubes de la UEFA es uno de los objetivos a reformar, seg¨²n declararon varios de los presentes en el congreso. El organismo m¨¢s influyente de la UEFA tras el Comit¨¦ Ejecutivo, con fuerza para decidir sobre formatos de competiciones y distribuci¨®n econ¨®mica, est¨¢ compuesto por los tres miembros que lo presiden, 12 presidentes de clubes de la Asociaci¨®n Europea de Clubes (ECA), y un solo representante de las ligas nacionales agrupadas en European Leagues. La asimetr¨ªa es evidente. Mientras que la ECA, liderada por Nasser Al-Khelaifi, presidente del PSG, abandera los intereses de 220 clubes, principalmente los m¨¢s ricos, las ligas nacionales europeas engloban hasta 1.500 clubes profesionales.
¡°Los clubes que participan en las competiciones de la UEFA suponen menos del 5% de la industria; sin embargo, ese 4% est¨¢ representado en un panel que toma decisiones que afectan el 95% restante¡±, lamenta el agente de una Liga. Otro de los asistentes al foro de Bruselas va m¨¢s lejos: ¡°El nuevo formato de la Champions no es m¨¢s que una versi¨®n de la Superliga con el sello de ?eferin; es la respuesta a las demandas de los grandes clubes¡±.
Baer-Hoffmann hace una advertencia serena. ¡°En el transcurso de cinco meses hemos asistido a la presentaci¨®n de una Superliga y un Mundial cada dos a?os¡±, dice el jefe de FIFPRO. ¡°Si nos cruzamos de brazos, si no asumimos nuestra responsabilidad y dejamos de construir algo para incorporar a los afectados a la toma de decisiones, este tipo de conflictos seguir¨¢n reproduci¨¦ndose como incendios y nos van a estrellar contra un muro¡±.
Baer-Hoffmann habla de incendios. El manifiesto conjunto apela a salvaguardar un ecosistema: ¡°La estructura de gobernanza actual basada en procesos de consulta debe convertirse en un modelo de gobernanza sostenible en el que las partes compartan una responsabilidad pero tambi¨¦n una influencia adecuada para encontrar acuerdos juntos, ya sea de forma colectiva o bilateral¡±.
La pandemia empuj¨® al negocio del f¨²tbol a un desierto. El peligro oblig¨® a sus m¨¢ximos responsables a plantearse modos de supervivencia extremos. No faltaron propuestas can¨ªbales. En Bruselas, los jugadores, las ligas y los hinchas se unieron como nunca antes para plantear soluciones menos cruentas.
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