La Real Sociedad es una roca
Dos goles de Merino y Januzaj, ante un Osasuna t¨ªmido, rubrican otra s¨®lida victoria del l¨ªder
La Real, definitivamente, se ha transformado. Ha pasado de ser un equipo que jugaba bonito pero a veces se perd¨ªa en adornos, a convertirse en un grupo eficaz, s¨®lido, con pocas fisuras y que sabe interpretar cada partido como se necesita. No da sensaci¨®n de superioridad, pero acaba siendo superior. Frente a Osasuna, otra vez, el conjunto de Imanol Alguacil sum¨® los tres puntos y se consolida en la cabeza de la clasificaci¨®n. Desde la defensa al ataque, los donostiarras son un equipo solidario y que sabe lo que debe hacer en cada momento.
En medio de la pasi¨®n que suele acompa?ar a los partidos entre Osasuna y Real -dos formas de ver el f¨²tbol separadas, o tal vez unidas, por la autov¨ªa de Leizaran, que abrocha Gipuzkoa con Navarra-, ambos equipos adoptaron un perfil demasiado acad¨¦mico, muy fr¨ªo para lo que se pod¨ªa esperar, as¨¦ptico. Osasuna, tal vez para evitar que frente a un rival capaz de abrir las costuras de cualquier rival a la menor ocasi¨®n, se le revolucionaran las neuronas que suelen provocar que a veces se pase de frenada en El Sadar, donde ha perdido m¨¢s que ganado. Y la Real Sociedad, porque pese a los cambios en la alineaci¨®n llegaba de darse un buen tute europeo el jueves pasado, adem¨¢s, sin conseguir ganar y esas cosas pueden pasar factura f¨ªsica, an¨ªmica o las dos.
Por todos esos condicionantes, la pasi¨®n qued¨® a un lado, y la sangre no fue tan caliente como la de la grada, sino fr¨ªa como la temperatura ambiente. Por mucho que David Silva intentara calentar a su equipo con un par de movimientos de cadera que le dejaron solo ante Herrera, que neutraliz¨® su disparo, la iniciativa fue osasunista. Arrasate, que sabe lo que se cuece en Zubieta, trat¨® de ahogar al l¨ªder en los primeros metros.
Pegajosos en la salida con la pelota, los rojillos recuperaron un sinf¨ªn de balones en la primera parte, aunque no anduvieron diestros para manejarlo despu¨¦s en las inmediaciones del ¨¢rea de Remiro. Un disparo de David Garc¨ªa desde lejos y una petici¨®n un¨¢nime desde la grada de un presunto penalti sobre Kike Garc¨ªa fueron los momentos calientes de una primera parte congelada. Barrenetxea tuvo la opci¨®n para los donostiarras, pero su disparo lo sac¨® Unai Garc¨ªa. Hab¨ªa poca chicha en el juego ofensivo de los dos equipos. Las defensas estaban m¨¢s l¨²cidas en ambos bandos.
A Osasuna le falt¨® esa chispa que suele incendiar los partidos, seguramente porque le sobr¨® cautela ante una Real capaz de robar la cartera de su adversario en cualquier descuido. No fue, el navarro, el conjunto aguerrido que se lanza al abordaje con cada bal¨®n que roba.
Nada cambi¨® en el inicio del segundo parcial, aunque Isak lo quisiera animar con un robo en medio campo, su posterior carrera y el disparo fuerte pero desviado. Tampoco Darko Brasanac cumpli¨® su objetivo ante la porter¨ªa de Remiro, que le gan¨® el duelo al que se enfrentaron despu¨¦s de un gran pase de Rub¨¦n Garc¨ªa.
Pero a Osasuna se le descontrol¨® el partido despu¨¦s de una p¨¦rdida en medio campo, un accidente que en principio no pareci¨® que pudiera acabar en nada, pero termin¨® en gol. La Real amas¨® la jugada con Silva movi¨¦ndose de lado a lado. Al final la pelota termin¨® en Merino. Su disparo golpe¨® en David Garc¨ªa y despist¨® a Herrera. El autor del tanto pidi¨® perd¨®n a su antigua parroquia, in¨²til consuelo para la grada osasunista, porque el martillo donostiarra ya hab¨ªa comenzado a funcionar. Puede que no d¨¦ la sensaci¨®n de ser mejor que su rival, pero siempre acaba si¨¦ndolo, al menos eso rezan los resultados.
Con el marcador cuesta abajo y el rival desconcertado, un Unai Garc¨ªa despendolado derrib¨® a Januzaj en el ¨¢rea. El penalti lo transform¨® el futbolista belga para alcanzar un marcador inasumible para Osasuna, incapaz de acercarse con peligro a la porter¨ªa de Remiro.
Los casi mil seguidores realistas que siguieron la ruta paralela del antiguo tren del Plazaola, que un¨ªa San Sebasti¨¢n con Pamplona, para acudir a el Sadar, regresaron por la autov¨ªa, hinchados de satisfacci¨®n, con su equipo una semana m¨¢s en lo m¨¢s alto de la clasificaci¨®n y con un ¨²nico tropiezo liguero, del que ya casi nadie se acuerda.
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