As¨ª ha perdido el Madrid el dominio del bal¨®n parado

Unas semanas despu¨¦s de perder contra el Real Madrid la final de la Champions de 2018 en Kiev, J¨¹rgen Klopp, inquieto con una laguna en el juego del Liverpool, llam¨® a un dan¨¦s que iba conduciendo con el tel¨¦fono apagado y le dej¨® un mensaje en el contestador. Cuando se detuvo en una gasolinera, Thomas Gronnemark, de 45 a?os, preparador especializado en saques de banda, encendi¨® el aparato, escuch¨® el mensaje y trat¨® de devolver la llamada, sin ¨¦xito. As¨ª que sigui¨® hacia casa. ¡°No llev¨¢bamos mucho tiempo conduciendo cuando son¨® el tel¨¦fono. Mi esposa lo mir¨®. ¡®?Es J¨¹rgen!¡¯. Me sal¨ª de la carretera y me met¨ª en un descampado, detuve el coche, respir¨¦ profundo y contest¨¦¡±, cont¨® en The Coaches¡¯ Voice.

El Liverpool hab¨ªa mejorado bajo la direcci¨®n de Klopp, pero hab¨ªa un aspecto que le preocupaba tanto como para encargarse personalmente de aquella llamada. ¡°Me dijo que era evidente lo malo que era el equipo en los saques de banda, y me invit¨® a una reuni¨®n para ver si era posible que yo prestara mi ayuda¡±, recuerda Gronnemark, a quien terminaron contratando.

Las jugadas a bal¨®n parado, como los saques de banda, las faltas y los c¨®rners, aparecen casi siempre en la lista de tareas de los entrenadores. Se trata de uno de los aspectos del juego menos ca¨®ticos y m¨¢s controlables a trav¨¦s de la repetici¨®n.

Adem¨¢s, resultan especialmente tentadoras para los t¨¦cnicos, porque sacar m¨¢s partido a esas jugadas no implica obtener menos del resto. Lo que se extrae de ese pozo siempre es un a?adido que se suma a lo que se produce a trav¨¦s del juego con el bal¨®n en danza. Tambi¨¦n es una de las facetas que m¨¢s frustraci¨®n provocan cuando no funciona del modo esperado, como le sucede a Carlo Ancelotti, entrenador del Madrid. ¡°Es verdad que no hemos marcado mucho¡±, rumiaba ya antes del ¨²ltimo partido de Liga previo al par¨®n de selecciones. ¡°Estamos organizando mejor el posicionamiento en el ¨¢rea de penalti contraria. Es un problema que tenemos, y que esperamos arreglar muy pronto¡±.

Pasado el primer tercio de la Liga, se ve que el Madrid ha perdido mordiente a bal¨®n parado. Se sit¨²a entre los equipos que dominan las principales Ligas europeas que menos amenazan en esa suerte: solo el 7% de sus goles provienen de estas jugadas, mientras que el Liverpool saca de ellas casi el 20% y el Bayern, casi el 18%. Esos eran precisamente los registros en los que se mov¨ªan los blancos la temporada pasada, cuando el bal¨®n parado les aport¨® el 18% de los goles, casi uno de cada cinco.

El cambio no es solo atribuible al azar, que en el f¨²tbol pesa siempre tanto en el instante final del gol. Por debajo de cu¨¢nto se marca se encuentra qu¨¦ tipo de ocasiones se generan, que depende menos del azar y es m¨¢s repetible. El curso pasado el Madrid era el equipo de la Liga que m¨¢s amenazaba a bal¨®n parado: produc¨ªa ocasiones que, seg¨²n los c¨¢lculos de Statsbomb, supon¨ªan 0,36 goles esperados cada 90 minutos, es decir, uno cada tres partidos. Tambi¨¦n era el equipo al que menos ocasiones le generaban con estas jugadas. Sin embargo, ahora sus n¨²meros lo colocan en la zona media de la Liga, en ataque y en defensa. Un equipo del mont¨®n, es decir, con margen para volver a explotar el pozo del bal¨®n parado, que ofrece un n¨²mero de opciones bastante constante: al Madrid, alrededor de una cada dos minutos en los ¨²ltimos a?os.

Sin embargo, la cantidad de ellas que consiguen que termine en un disparo se ha hundido: si en las cuatro ¨²ltimas temporadas rondaba las dos por partido, es solo una. Solo el Elche y el Levante han generado menos situaciones de este tipo, y ambos se encuentran en posiciones de descenso. ?Qu¨¦ ha sucedido?

Ancelotti se?alaba la disposici¨®n de los futbolistas en el ¨¢rea, pero se puede apuntar alg¨²n factor m¨¢s. Por ejemplo, la baja inicial de Toni Kroos, que se perdi¨® los primeros siete partidos de Liga por una lesi¨®n de pubis. El alem¨¢n aparece habitualmente entre los tres futbolistas de la Liga cuyos lanzamientos de falta o c¨®rner terminan m¨¢s veces en gol, al menos tres al a?o. Su influencia resulta tambi¨¦n extraordinaria en la producci¨®n de ocasiones: los ¨²ltimos cursos, sus saques terminaban en el tiro de un compa?ero unas dos veces por partido. Este a?o, de momento, solo una.

La explicaci¨®n seguramente sea una mezcla que incluye en parte a Kroos, en parte el posicionamiento del que habla Ancelotti y en parte el cambio de la pareja titular de centrales. Varane dominaba el juego a¨¦reo, del que ganaba alrededor del 75% de los duelos, mientras que Ramos, aunque iba perdiendo autoridad (del 70% se hab¨ªa ido acercando m¨¢s al 60%), manten¨ªa un raro olfato goleador. Su lugar lo ocupan ahora Milit?o, que ganaba casi el 80% de esas batallas y ha ca¨ªdo al 65%, y Alaba, acostumbrado a moverse en el 50% y que ahora se acerca al 60%.

El ejemplo del Liverpool

Sea cual sea la composici¨®n precisa de esa mezcla, el bal¨®n parado parece el ¨¢rea en el que el Madrid tiene margen para mejorar tanto su seguridad defensiva como su producci¨®n en ataque, donde ahora la punter¨ªa le permite marcar por encima de lo que los n¨²meros dicen que genera. ¡°El a?o pasado con el Everton marcamos muchos goles en esto [el 30% del total]. Los lanzadores eran buenos, como aqu¨ª. El posicionamiento de aqu¨ª tenemos que mejorarlo¡±, ha dicho Ancelotti.

Despu¨¦s de perder la final de la Champions de 2018, el Liverpool gan¨® la de 2019 al Tottenham en el Metropolitano. La victoria empez¨® a forjarse en la pizarra del bal¨®n parado de uno de los clubes con el departamento de an¨¢lisis de datos m¨¢s avanzado del mundo.

Instantes antes del saque inicial, Man¨¦, Firmino, Robertston, Fabinho y Wijnaldum se movieron hacia la izquierda y se agacharon tocando con los dedos la l¨ªnea del centro del campo. Henderson sac¨® atr¨¢s a Van Dijk, que envi¨® un pelotazo cruzado hacia el flanco izquierdo, por donde corr¨ªan los cinco velocistas de la divisoria. El bal¨®n acab¨® en Man¨¦, que se lanz¨® al ¨¢rea y, solo 23 segundos despu¨¦s del pitido inicial, sac¨® el penalti m¨¢s r¨¢pido de la historia de las finales de la Champions. Salah marc¨® el 0-1. Origi cerr¨® el marcador en el minuto 87 (0-2).

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