De la llegada del Mago HH a Xavi

S¨®lo la llegada de HH al Bar?a fue comparable en dificultad e ilusi¨®n a la de Xavi. En verano de 1958, el Bar?a empezaba a estar desesperado. Tras empezar los cincuenta gan¨¢ndolo todo, se encontraba con que las cuatro ¨²ltimas ligas las hab¨ªan ganado por este orden dos el Madrid, una el Athletic y de nuevo el Madrid. A peor, hab¨ªa nacido la Copa de Europa. El Madrid hab¨ªa ganado las tres primeras ediciones. En la segunda jug¨® tambi¨¦n el Athletic de Bilbao, como campe¨®n de la Liga 55-56. En la tercera entr¨® el Sevilla, subcampe¨®n de Liga, porque el Madrid iba como campe¨®n de Europa, lo que daba plaza y permit¨ªa que fuera el segundo de Espa?a. Y lo mismo cara a la 58-59: el Madrid repet¨ªa como campe¨®n de Europa y el Atl¨¦tico acud¨ªa por la plaza de Espa?a, como subcampe¨®n de Liga.

De modo que el Atl¨¦tico iba a ser el cuarto representante espa?ol en la Copa de Europa y a esas alturas el Bar?a a¨²n no la hab¨ªa catado. Esa nueva competici¨®n, adem¨¢s, estaba haciendo del Madrid una especie de mito nacional e internacional. La Copa de Ferias, nacida al mismo tiempo, ya hab¨ªa quedado muy rezagada respecto a la Copa de Europa en el sentir de la afici¨®n. La primera edici¨®n tard¨® tres a?os en completarse, enfrentaba a ciudades, m¨¢s que equipos, y aunque la gan¨® el Bar?a (con el escudo de la ciudad) no compensaba la ausencia del campeonato principal.

As¨ª que el presidente, Mir¨® Sans, busc¨® con desesperaci¨®n el entrenador que pudiera cortar la racha y pens¨® en Helenio Herrera, el genio de la ¨¦poca, aunque hombre de car¨¢cter independiente y endiablado. Hab¨ªa llegado a Espa?a hac¨ªa 10 a?os a trav¨¦s del Valladolid, con el que hizo gran tarea. Luego le dio dos ligas al Atl¨¦tico y tras sendos breves pasos por el M¨¢laga y el Depor hab¨ªa pasado al Sevilla, al que meti¨® en la Copa de Europa. Para entonces ya toda la prensa y la afici¨®n se refer¨ªan a ¨¦l como El Mago. Pero al fallecer S¨¢nchez Pizju¨¢n, el gran presidente hist¨®rico del club, tuvo fuertes choques con el sucesor, Francisco Graziani, y sus directivos. Le quedaban dos a?os de contrato y no consigui¨® que se los rescindieran. Lleg¨® a detestar tanto al nuevo presidente que en sus memorias explica con sencillez: ¡°Entonces comprend¨ª por qu¨¦ hab¨ªa polic¨ªa. Si no existiera, yo hubiera matado a ese hombre¡±.

Se march¨® a Os Belenenses de Portugal, ignorando su contrato con el Sevilla. La Federaci¨®n Espa?ola le declar¨® en rebeld¨ªa. En el verano de 1958 recibe la oferta del Bar?a. A Os Belenenses les convenci¨® por la v¨ªa r¨¢pida, seg¨²n cuenta en sus memorias: ¡°Si me quedo, me quedar¨¦ a disgusto y har¨¦ que perdamos partidos. Si me dejan ir, podr¨¢n tener una compensaci¨®n¡±. Una oferta que no pod¨ªa rechazar Os Belenenses, que obtuvo 200.000 pesetas y el compromiso de una visita del Bar?a para un amistoso. Lo de aqu¨ª qued¨® en manos del Bar?a, que tuvo que convencer al Sevilla y a la Federaci¨®n. El Sevilla cobr¨® un mill¨®n y la Federaci¨®n las 50.000 pesetas de la multa al entrenador por su fuga.

Esa cantidad, 1.250.000 pesetas, podr¨ªa parecer irrelevante frente a las que se manejan hoy, pero no es as¨ª. El valor del dinero ha cambiado mucho. Se puede tomar como referente el pase un a?o m¨¢s tarde de Did¨ª del Botafogo al Madrid por cinco millones. Did¨ª hab¨ªa sido campe¨®n del Mundial 58 con Brasil, patr¨®n del equipo desde el medio campo y c¨¦lebre lanzador de faltas. M¨¢xima figura del campe¨®n del mundo en ese tiempo en que Pel¨¦ y Garrincha todav¨ªa estaban despegando. El Mago cost¨® una cuarta parte que Did¨ª.

Al Bar?a le compens¨® desde el primer d¨ªa. En la primera jornada gan¨® 6-0 al Valencia, en su primera visita al Espanyol gan¨® 0-3, en la primera visita del Madrid al Camp Nou gan¨® 4-0. En la 58-59 gan¨® la Liga, adem¨¢s de la Copa, y as¨ª se clasific¨® por fin por primera vez al Bar?a para la Copa de Europa, que entraba en su quinta edici¨®n. En la siguiente repiti¨® la Liga y gan¨® una segunda Copa de Ferias, pero cay¨® en las semifinales de la Copa de Europa ante el Madrid tras una marcha triunfal, con sonoras goleadas sobre el Mil¨¢n en octavos y el Wolverhampton en cuartos. La exhibici¨®n en el campo ingl¨¦s (2-5) provoc¨® que los rivales hicieran pasillo al equipo al salir.

Pero aquella ca¨ªda ante el Madrid hizo que la directiva le dejara marchar al Inter, donde seguir¨ªa su leyenda. El Bar?a no volver¨ªa a ganar la Liga hasta la 73-74.

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