El equipo de los hermanos Gassama
El padre, que lleg¨® desde Senegal hace 40 a?os, estuvo una d¨¦cada sin papeles en Espa?a y hoy sus cuatro hijos progresan en el deporte
Issaga Gassama est¨¢ a punto de cumplir 60 a?os, 40 de ellos en Espa?a, adonde lleg¨® procedente de Senegal. Ahora no para de viajar para visitar a sus cuatro hijos deportistas: Francia, M¨¢laga, Portugal¡ donde toque. ¡°A lo mejor no estoy ni una semana en casa. Estos d¨ªas me he venido a Lisboa¡±, apunta al otro lado del tel¨¦fono. Un traj¨ªn muy satisfactorio siguiendo a Mamadou, Sekou, Kaba y Goundo que contrasta con el relato de su vida previa, toda una secuencia de penalidades.
Las primeras horas en Espa?a, cuenta, las pas¨® en un taxi recorriendo Matar¨® de madrugada para ver si ve¨ªa a ¡°alg¨²n negro por la calle¡± y le pod¨ªa preguntar por un conocido suyo que deb¨ªa vivir all¨ª. Hasta las seis de la ma?ana no dio con uno y, para entonces, todos los ahorros hab¨ªan volado. Por suerte para ¨¦l, aquel an¨®nimo le condujo hasta esa persona, que le cedi¨® un sof¨¢ durante seis meses. Los nueve primeros a?os los pas¨® sin papeles, primero ganando 80 pesetas a la hora en el campo, luego 13.000 a la semana en otra finca y, en medio, pasando alguna noche en el calabozo por no estar regularizado. El permiso de residencia le lleg¨®, tras mucho insistir, con un empleo de vigilante de parques en Granollers. Once a?os estuvo a cuenta del Ayuntamiento, hasta que se march¨® a la f¨¢brica de Bimbo, donde el peso que cargaba le termin¨® devorando la espalda y le tuvo hospitalizado, tres a?os de baja y a raz¨®n de 13 pastillas diarias. ¡°Ahora ya tomo tres o cuatro, y me hacen infiltraciones¡±, puntualiza.
As¨ª fue echando ra¨ªces en Espa?a el apellido Gassama, protagonista, despu¨¦s de tantas calamidades, de un hecho muy poco habitual: los cuatro hijos de Issaga y Foune Cissokho, con la que se emparej¨® tras volver a Senegal nada m¨¢s obtener los papeles, se dedican al deporte. Tres de forma profesional y la peque?a (Goundo, 16 a?os), de camino porque ya ha sido convocada por las categor¨ªas inferiores de la selecci¨®n de balonmano. El mayor, Mamadou, de 28, juega en el Sporting de Portugal de balonmano. El segundo, Sekou, 26, es delantero del M¨¢laga. Y Kaba, 24, disputa estos d¨ªas con las Guerreras el Mundial femenino de balonmano.
En la tele de su casa de Granollers siempre hab¨ªa puesto algo de deporte y sus padres les animaron a practicar alguno. Kaba se miro en el espejo de ¡°el Mamadou¡±, aunque sus dos grandes referentes tuvieron connotaciones m¨¢s sociales que familiares: Marta Mangu¨¦ (m¨¢xima goleadora de la selecci¨®n, 638 dianas) y su actual compa?era Shandy Barbosa. Ambas negras. ¡°No son pivotes como en mi caso, pero, cuando ve¨ªa partidos, no hab¨ªa gente negra en la ¨¦lite. Me fijaba mucho en ellas por eso y tambi¨¦n por su desparpajo. Yo no pensaba que pudiera llegar a las Guerreras, pero s¨ª me influyeron para dedicarme a esto¡±, apunta con timidez Kaba, que afirma haber sufrido episodios de ¡°microrracismo¡±. ¡°Los hay. Quien diga que no, miente¡±, a?ade la jugadora del Fleury, franc¨¦s, antes del Nantes y el Granollers, y ahora presente en su primer gran torneo internacional.
¡°Mis referentes fueron Marta Mangu¨¦ y Shandy Barbosa. No hab¨ªa negros en la ¨¦lite y ellas lo son¡±Kaba, jugadora de las Guerreras
A la peque?a del hogar, Goundo (de nombre igual que su abuela materna), le gustar¨ªa ser como ella. ¡°Con la Kaba, u?a y carne. Quiero seguir sus pasos, empezando desde la base¡±, advierte con un tono m¨¢s en¨¦rgico, m¨¢s adolescente, esta estudiante de cuarto de ESO y con la determinaci¨®n de estudiar Dise?o y Patronaje. Se inici¨® de pivote, como su hermana, aunque desde los 12 se instal¨® en la porter¨ªa. De momento, progresa adecuadamente porque las Guerreras Promesas (tercer escal¨®n de las inferiores) le han llamado en cuatro de las cinco convocatorias posibles. Lo que debe mejorar, sugiere su referente, es la capacidad de aceptar las cr¨ªticas. ¡°Hay que dec¨ªrselo de otra manera, no de una forma tan directa¡±, explica comprensiva Kaba. ¡°Yo soy la que m¨¢s paciencia tengo con ellos¡±, salta Goundo, que asume tener un car¨¢cter fuerte, pero positivo, de los que ayudan.
A la hora de hablar de balonmano dentro del clan, probablemente con quien mejor se entiende Kaba es con ¡°el Mamadou¡±, extremo y m¨¢s ligero que ella. ?l se dedic¨® a este deporte, y no le va nada mal, aunque lo que quer¨ªa de peque?o era ser futbolista. Sin embargo, la econom¨ªa dom¨¦stica lo sac¨® del c¨¦sped. ¡°Era delantero y me iba bien, pero en casa no hab¨ªa dinero para pagar la ficha y lo tuve que dejar. Estuve seis meses sin hacer ning¨²n deporte, hasta que me met¨ª en el balonmano, que era gratis. Aquello me frustr¨®, era un chaval¡±, recuerda desde Lisboa. ¡°Cuando quieres hacer algo y no puedes por dinero, es una mierda. No s¨¦ si hubiera llegado a futbolista profesional, porque es un mundo complicado, pero bueno¡ Tampoco en el balonmano ha sido f¨¢cil. Yo no deslumbraba, me lo he tenido que currar¡±, desarrolla. Tras siete campa?as en el Granollers, este jugador de 1,90 fich¨® el pasado verano por el Sporting de Portugal, que hace dos cursos compiti¨® en Champions. Ahora, sin hueco en los Hispanos, medita unirse a Senegal para poder aspirar al Mundial que ya tiene Kaba.
¡°En casa no hab¨ªa dinero para pagar la ficha del f¨²tbol y me fui al balonmano. Me frustr¨® mucho¡±Mamadou, extremo del Sporting de Portugal
El futbolista de la familia es Sekou, propiedad del Valladolid, pero cedido en el M¨¢laga tras pasar tambi¨¦n por el Fuenlabrada. ¡°Estuve en la cantera del Bar?a de los nueve a los 11 a?os. All¨ª coincid¨ª con Beller¨ªn, Samper y Keita Balde. Pero no segu¨ª, me echaron¡±, se?ala el delantero. ¡°Al principio no quer¨ªa jugar al f¨²tbol, fue un empe?o m¨ªo¡±, advierte su padre. ¡°De peque?o met¨ªa muchos goles y lo fich¨® el Barcelona, pero las cosas le salieron un poco mal. Se qued¨® hundido. Volvi¨® al Atl¨¦tico Vall¨¨s y la gente dec¨ªa: ¡®?Del Bar?a al Vall¨¨s?¡¯. Pues s¨ª. Lo importante es que le guste¡±, a?ade Issaga. ¡°Mi padre es quien m¨¢s me ha influido porque nunca me ha dicho que todo bien. Siempre me ha exigido, y lo sigue haciendo¡±, se?ala Sekou.
A los cuatro les anim¨® a hacer deporte y los cuatro han acabado con un bal¨®n entre las manos o los pies, un caso muy singular. ¡°Ahora los hemos retirado. Los tres mayores intentamos ayudarles porque las pasaron canutas¡±, cierra Mamadou. De aquel taxi dando vueltas de madrugada por Matar¨® hace 40 a?os a un Mundial.
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