Mondo Duplantis vuela por fin sobre los 6,19m
Al 51? intento en tres a?os, el prodigioso atleta sueco logra en Belgrado batir por un cent¨ªmetro su r¨¦cord del mundo de salto con p¨¦rtiga
Un ¨¢ngel juguet¨®n, travieso y escurridizo, parece Mondo Duplantis, dicen, casi extasiados, quienes gozan vi¨¦ndolo correr liviano, aparentemente fr¨¢gil, y los tobillos como por arte de magia apenas se clavan en la pista sint¨¦tica, como si flotaran, y corre a toda velocidad con una p¨¦rtiga de seis metros de largo amarillo vertical en las manos, solo una veintena de pasos y alcanza los 10 metros por segundo de velocidad, 36 kil¨®metros por hora, cuando la clava en el cajet¨ªn, y la dobla y como una catapulta le impulsa y ¨¦l se eleva, vuela. Sobrepasa el list¨®n f¨¢cil de subida y solo al caer los roza un poco con las rodilla, y el list¨®n tiembla pero no cae, y a¨²n sigue temblando cuando el atleta angelical, la melena rubia flotando, corre disparado a las gradas, a abrazarse con su padre, con su entrenador, con su novia¡ Era el tercer ensayo de la tarde de saltar 6,19m, era el 51? intento en los ¨²ltimos tres a?os sobre una altura que antes nunca nadie ha saltado. Una persecuci¨®n que comenz¨® en febrero de 2020, al d¨ªa siguiente de que ¨¦l mismo, el sueco prodigio, dejara el r¨¦cord del mundo en 6,18m.
¡°Y no saben qu¨¦ bien sienta conseguirlo¡±, dice feliz Duplantis, que naci¨® en Lafayette, Luisiana (Estados Unidos), hace solo 22 a?os, y all¨ª vive. ¡°Nunca una altura se me hab¨ªa resistido tanto, he tenido que luchar duro para conseguirlo¡±. Despu¨¦s de buscar los 6,19m en peregrinaci¨®n monotem¨¢tica por las pistas cubiertas, los pabellones y los estadios al aire libre de Li¨¦vin, Clermont Ferrand, D¨¹sseldorf, Rouen, Belgrado, Torun, Hengelo, Oslo, Estocolmo, Tokio, Par¨ªs, Bruselas, Z¨²rich, Karlsruhe, Berl¨ªn, Uppsala y Birmingham, los encuentra, finalmente, en el pabell¨®n Stark de Belgrado, el mismo escenario que dentro de 10 d¨ªas acoge los campeonatos del mundo en pista cubierta. Y all¨ª, evidentemente, Duplantis intentar¨¢ saltar 6,20m, y, ya liberado de la mochila casi obsesiva de los 6,19m, probablemente lo consiga, lo que no saciar¨¢ su sed. Como otros atletas ¨²nicos que, despu¨¦s de Usain Bolt, han coincidido en el tiempo para placer de los aficionados, que disfrutan de una era ¨²nica; como el keniano Eliud Kipchoge, el dios del marat¨®n que solo lucha contra el tiempo; como Yulimar Rojas, la triplista venezolana para quien la tierra es la obsesi¨®n, la distancia, Duplantis no compite contra otros deportistas sino contra el aire, con llegar m¨¢s alto cada d¨ªa, con trepar cent¨ªmetro a cent¨ªmetro. Buscan una forma de trascendencia casi m¨ªstica aun tan muscular, veloz, humana. Son la perfecci¨®n, y est¨¢n ah¨ª mismo, y la expectaci¨®n que despiertan convierte cada competici¨®n de atletismo en una oportunidad maravillosa de asistir a algo nunca visto. En Belgrado le espera a Duplantis como gran rival en norteamericano Chris Nilsen, que el pasado s¨¢bado fue feliz porque bati¨® el r¨¦cord de Estados Unidos con 6,05m, una altura que ronda las pen¨²ltimas que intenta Duplantis antes de quedarse solo ante el list¨®n a 6,19m.
¡°Mondo es tremendamente regular, tiene buena cabeza, unas cualidades ¨²nicas y prepara perfectamente los campeonatos. Llega a ellos siempre en su mejor forma¡±, dice el t¨¦cnico Jon Karla Lizeaga, quien se qued¨® con la boca abierta vi¨¦ndolo en los Juegos de Tokio. ¡°Despu¨¦s de asegurarse la medalla de oro con un salto de 6,02m, Mondo intent¨® saltar 6,19m, y super¨® la altura ampliamente, pero al bajar roz¨® el list¨®n con el pecho y derrib¨®, pero es el salto m¨¢s espectacular que he visto en mi vida¡±.
En la capital serbia, el lunes, Duplantis salta a la primera 5,61m, 5,85m y 6,00m. Despu¨¦s, a la tercera, los 6,19m del r¨¦cord del mundo. ¡°Cuando una altura se resiste tanto y se convierte en obsesi¨®n y quita el sue?o, el atleta normalmente se frustra, y se deja llevar por la ansiedad, y se echa a perder. Se precipita en la carrera, que ya no es fluida, sino brusca, se acorta el m¨²sculo¡±, explica Lizeaga, que entren¨® a Naroa Agirre, la plusmarquista nacional. ¡°Pero lo extraordinario es que ello no ha afectado a Mondo, quien siempre hace lo que hay que hacer, correr muy r¨¢pido de movimientos y muy amplio, y de esa combinaci¨®n de velocidad y amplitud nace la potencia. Y de eso se trata¡±.
Es la cuarta vez que Duplantis, el Mozart de la p¨¦rtiga tocado por la varita ¨²nica, el Jonathan Edwards, el talento puro y la belleza del gesto t¨¦cnico, la limpieza, la fragilidad, salta con p¨¦rtiga m¨¢s alto que nadie. En Roma, en el verano de 2020, salt¨® 6,15m, la plusmarca al aire libre, un cent¨ªmetro m¨¢s alto que lo que vol¨® nunca el ucranio Sergu¨¦i Bubka. Antes, en dos semanas de febrero de 2020, en Torun (Polonia), 6,17m, y en Glasgow, 6,18, bati¨® dos veces seguidas los 6,16m con que el franc¨¦s Renaud Lavillenie hab¨ªa superado en febrero de 2014, los 6,15m que hab¨ªa saltado Bubka en febrero de 1993.
Tanto Lavillenie como Bubka, el atleta opuesto en estilo a Duplantis, todo m¨²sculo de acero y dureza hasta en la mirada, perfecci¨®n helen¨ªstica, lograron sus r¨¦cords en el santuario de la p¨¦rtiga, el pabell¨®n de Donetsk, la ciudad natal de Bubka, un recinto devorado por el fuego en 2014, cuando la primera invasi¨®n rusa de la ciudad, un lugar que, probablemente, no ver¨¢ nunca volar a Duplantis.
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