Benzema es una ¨¦poca

Karim Benzema, un jugador fuera de serie, empez¨® a callar a Stamford Bridge cuando en su primera jugada descerraj¨® un taconazo limpio que hizo desaparecer a media plantilla del Chelsea, los que le persegu¨ªan y los que le miraban, y despu¨¦s de eso ech¨® la manta sobre el p¨²blico, lo durmi¨® a cabezazos y, cuando ya la afici¨®n de Londres so?aba con ¨¦l, le empez¨® a cantar la nana de los porteros, aquellos a los que aterroriza psicol¨®gicamente cuando se dirige a ellos, a veces con educaci¨®n, para pedirles la cartera. Fue una exhibici¨®n monstruosa, otra m¨¢s, del delantero m¨¢s determinante del f¨²tbol mundial. A?os y a?os mandando callar a parte de su afici¨®n en su propio estadio para terminar, recompensado, durmiendo a las aficiones contrarias.

Tiene 34 a?os y dosifica de tal manera su juego que de cada bal¨®n saca el ¨²ltimo oro l¨ªquido de la Champions, la perversi¨®n habitual del Madrid. Del taconazo construy¨® una ocasi¨®n clar¨ªsima que Vinicius estrell¨® en el palo. El primer gol lo invent¨® de la nada, mandando correr al brasile?o y rematando el centro con la punter¨ªa de los ni?os que juegan con un arma. Fue una obra maestra de seducci¨®n entre el maestro y el disc¨ªpulo. Empiezan a jugar sin mirarse, a golear de memoria. Juegan con la ubicaci¨®n en tiempo real puesta: no la del presente, sino la que les dice d¨®nde va a estar cada uno dentro de tres segundos.

En el segundo gol se asom¨® Modric, que siempre termina descorriendo las cortinas en el borde del ¨¢rea, para poner un bal¨®n en el aire que Benzema coloc¨® en maniobra milagrosa en un palo imposible que pareci¨® poner alguien all¨ª para que el 9 ajustase el tiro. Lo hizo porque no le quedaba m¨¢s remedio. Este jugador de 34 a?os que lleg¨® al Madrid hace 13, siendo un cr¨ªo, est¨¢ jugando como si una especie de designio divino le colocase en el lugar de la trama con el que los narradores desatascan la acci¨®n y levantan la historia para convertirla en leyenda. Se le ha buscado en todos estos a?os una definici¨®n para saber de qu¨¦ jugaba, para qui¨¦n jugaba y qu¨¦ dorsal deber¨ªa llevar; dilema resuelto: es una ¨¦poca. Una ¨¦poca impresionante del Madrid que empez¨® en 2009 con el primer desembarco de estrellas; s¨®lo queda ¨¦l en la alineaci¨®n titular y no como cualquier cosa: como el mejor del planeta en su puesto. Firma en un mes dos tripletes consecutivos ante el PSG y el Chelsea en Champions League.

Pudo marcar el tercero al final de la primera parte, pero una pisada del defensa le desequilibr¨® el disparo. Lo marc¨® m¨¢s tarde, nada m¨¢s empezar la segunda, cuando ya estaba dormido hasta el portero. Dej¨® ruta marcada en Londres, donde los fan¨¢ticos siguen siglos despu¨¦s el pasatiempo de buscar los escenarios de Jack el Destripador. En Stamford Bridge pueden organizar otra. Por aqu¨ª, donde nunca hab¨ªan ganado los blancos, pas¨® Karim Benzema. Como Ronaldo pas¨® por Old Trafford hace casi veinte a?os. El nuevo Ronaldo, le dijeron cuando lleg¨®. Pero era el viejo Benzema. Toda una ¨¦poca.

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