Carrasco y el VAR culminan la ¨¦pica del Atl¨¦tico
El equipo de Simeone se impone con diez jugadores al Espanyol, gracias a una actuaci¨®n estelar del belga y un penalti en el ¨²ltimo suspiro revisado por el videoarbitraje
Una mano en el ¨²ltimo suspiro de Ra¨²l de Tom¨¢s, se?alada tras previa revisi¨®n de VAR, le dio al Atl¨¦tico un triunfo tan ag¨®nico como ¨¦pico ante el Espanyol. Con diez desde el minuto 70 por expulsi¨®n de Kondogbia, que vio la segunda amarilla por manos procedentes de un rebote, el equipo de Simeone se rehizo al consiguiente gol de falta de De Tom¨¢s y a esos minutos en inferioridad num¨¦rica. Tuvieron premio los rojiblancos con la conversi¨®n de Carrasco de ese penalti en el minuto 100 que puede valer la participaci¨®n en la Champions.
Simeone emprendi¨® una emotiva carrera para felicitar al belga. Fue uno de esos finales de partido que disparan la euforia del preparador argentino y elevan su mito como t¨®tem de la hinchada. Si la primera mitad fue un tost¨®n, la segunda, con ese final taquic¨¢rdico, fue vibrante. Pudo ganar cualquiera, porque los dos equipos tuvieron ocasiones para ello. Las del Espanyol las detuvo Oblak, imperial en disparos a Darder y De Tom¨¢s, pese a que pudiera hacer m¨¢s en el duro lanzamiento de falta de este ¨²ltimo que signific¨® el empate.
El mayor m¨¦rito del Atl¨¦tico fue rebelarse contra tanta contrariedad. Con diez atac¨® m¨¢s que el Espanyol y encontr¨® la victoria en la perseverancia de Carrasco, que ya se hab¨ªa hecho notar desde que entr¨® tras el descanso con el gol que abr¨ªa el marcador. Su zancada y su uno contra uno rompieron al Espanyol. Su ¨²ltima jugada, la que propici¨® el saque de esquina que precedi¨® al penalti, fue memorable. Pele¨® una pelota hasta la l¨ªnea de fondo, la gan¨®, encar¨® y solt¨® un zurdazo que Diego L¨®pez pudo despejar con el pie. El c¨®rner, peinado en el primer palo por Griezmann, termin¨® por impactar en la mano de De Tom¨¢s, como el mismo delantero espa?olista admiti¨® ante los micr¨®fonos de Movistar.
La locura se desat¨® en el Metropolitano, que por segunda vez en cuatro d¨ªas ha despedido a su equipo en pie. Si contra el City la parroquia agradeci¨® que tuvo al equipo de Guardiola contra las cuerdas, en el duelo de este domingo gratific¨® el derroche extenuante y la fe para ganar un partido al que una vez m¨¢s le sobr¨® la primera parte.
Jug¨® el Atl¨¦tico con un ritmo pastoso, demasiado pendiente de no cometer errores. Pareci¨® atenazado por todo lo que se juega en este tramo final de Liga. Sin posibilidad ya de rascar un t¨ªtulo, no se despleg¨® con la urgencia de obtener esa vital plaza en la pr¨®xima Liga de Campeones. El Espanyol le cerr¨® los caminos por dentro y por fuera. Solo Marcos Llorente tuvo un arranque acorde con lo que demandaba el encuentro. Fue el equipo de Vicente Moreno el primero en fabricar una amenaza seria. Fue un cabezazo limpio de Cabrera, sin marca alguna, que oblig¨® a Oblak a su primera parada decisiva de la tarde. La soltura con la que remat¨® el central argentino delat¨® esa entrada ramplona del Atl¨¦tico que le acompa?¨® en todo el primer tiempo. Solo un desplazamiento largo de Kondogbia, controlado y empalmado alto por Jo?o F¨¦lix a la carrera, inquiet¨® a Diego L¨®pez. La necesidad de ganar oblig¨® a Simeone a dejar en el banco a Vrsaljko para meter a Cunha y las lesiones de Lemar y de Jo?o F¨¦lix a dar entrada a Griezmann y a Carrasco. El impacto de estos dos fue grande. El franc¨¦s le dio volumen al juego y el belga, desborde. Con todo, se salv¨® el Atl¨¦tico del 0-1 con una internada de Aleix Vidal finalizada por Darder armando el disparo en un visto y no visto. Oblak ejerci¨® de salvador y de esa jugada naci¨® el contragolpe que puso por delante al Atl¨¦tico. Cunha le filtr¨® la pelota a Carrasco y el belga, tras recortar a Aleix Vidal, super¨® a Diego L¨®pez con un derechazo que entr¨® tras tocar en el cuerpo del meta.
No se arrug¨® el Espanyol, que se encontr¨® con esas manos de Kondogbia en la frontal, la expulsi¨®n y el zurriagazo de De Tom¨¢s que se trag¨® Oblak. Con el empate y con diez, naci¨® la epopeya rojiblanca que abander¨® y culmin¨® Carrasco.
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