Van Vleuten gana la primera Lieja femenina para el Movistar
La ciclista neerlandesa, de 39 a?os, se impone en solitario en el monumento belga despu¨¦s de dos duros ataques en La Redoute y en la Roca de los Halcones
Como todas las campeonas, y los campeones, Annemiek van Vleuten busca la soledad. Pedalea hacia Lieja por los caminos de Valonia, sol, viento de cara, cuestas verdaderas, cuestas falsas como falsos son los llanos. El camino es dif¨ªcil. Tambi¨¦n lo son las rivales que la rodean, que esperan sus movimientos, agazapadas. Est¨¢n Elisa Longo y Marta Cavalli, las italianas que este a?o no la dejan ni respirar, que la han derrotado en la campa?a de las cl¨¢sicas; est¨¢ Vollering, la compatriota que el a?o pasado la dej¨® segunda. Est¨¢n todas las importantes, muy fuertes, y ella est¨¢ feliz.
¡°Cuanto m¨¢s dif¨ªcil, mejor para m¨ª. Es lo que me ha ense?ado la experiencia¡±, dice Van Vleuten, de 39 a?os, la madurez, y acelera en La Redoute, la cuesta s¨ªmbolo de las Ardenas y de la Lieja, una cinta de asfalto recta, recta, inundada de pintadas dedicas al h¨¦roe del lugar, a Phil, Philippe Gilbert, que naci¨® y vive en Remouchamps, el pueblo de la ladera, y all¨ª aprendi¨® a pedalear. Y all¨ª, la carga de Van Vleuten, tenaz, perseverantes, continua, dispersa a todas las que est¨¢n con ella como una carga policial. Solo resiste Reusser, la campeona suiza, tremenda rodadora que se pega a su rueda, que intenta minar la confianza de la campeona, su resistencia. Que despierta su inteligencia. Por detr¨¢s organizan la persecuci¨®n.
Quedan a¨²n 27 kil¨®metros para la meta. Demasiados hasta para ella, ¨²nica. Van Vleuten levanta el pie. Se deja cazar. Le queda otra oportunidad, le queda la fe en sus posibilidades.
¡°Cuantos m¨¢s esfuerzos tenga que hacer yo, m¨¢s oportunidades tendr¨¦ para irme sola¡±, dice despu¨¦s, en las calles de Lieja, conquistadas la soledad y la victoria tras un nuevo ataque. La Roca de los Halcones. La ¨²ltima cuesta. La m¨¢s dura. Una parte empinada, un peque?o descenso, un falso llano traicionero y el viento de cara. Y un esfuerzo sostenido desde el primer metro como solo ella es capaz de sostenerlo. Constante. Dinamita de explosi¨®n lenta, progresiva, una aceleraci¨®n mantenida durante m¨¢s de tres minutos para la primera parte, 1.300 metros al 11 por ciento; alargada durante la segunda parte, a c¨¢mara lenta contra el viento, que destroza la resistencia de las dem¨¢s, su capacidad para regresar, para alcanzarla y rebelarse. Condenadas a luchar por la segunda plaza, persiguen y vigilan. Van Vleuten gana. Casi un minuto despu¨¦s, la australiana Grace Brown derrota a Vollering en el sprint por la segunda plaza. Dos espa?olas terminan entre las 20 primeras a menos de tres minutos: Mavi Garc¨ªa, 13?, y Ane Santesteban 17?.
¡°Ha sido la confianza, el saber que pod¨ªa quedarme sola si segu¨ªa intent¨¢ndolo, lo que me ha dado la victoria¡±, dice Van Vleuten.
Es la segunda Lieja para la ciclista neerlandesa, la primera que consigue con la M del Movistar en el pecho. Interrumpe la gran primavera del ciclismo femenino italiano y env¨ªa una se?al a su compa?ero de equipo Valverde, compa?ero tambi¨¦n en la experiencia y en la tenaz b¨²squeda de la soledad de los campeones, que cuando ella levanta los brazos en el muelle del Ourthe, bulevares de Lieja, poco despu¨¦s del mediod¨ªa (en horario casi clandestino, la carrera femenina comenz¨® a las 8.40 de la ma?ana), pedalea bien rodeado por los caminos de Valonia hacia la misma meta, en busca de escribir otro elogio de la madurez.
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