No es tan fiera la Premier¡ ?o s¨ª?
A pesar de solo tener un finalista europeo, la liga inglesa es la m¨¢s atractiva para aficionados e inversores
Con los resultados en la mano, no parece tan fiera la Premier como la pintan. Si fuera por los apostadores ingleses, en estos momentos tendr¨ªamos una final de la Champions puramente inglesa, entre el Liverpool y el Manchester City; el West Ham ser¨ªa el gran favorito para ganar la Europa League contra el Rangers (el gran renacido del f¨²tbol brit¨¢nico); y el Leicester ser¨ªa tambi¨¦n favorito para ganarle al Feyenoord la final de la Conference League. La realidad es que esos cuatro finalistas europeos que la Premier se promet¨ªa se han quedado reducidos a uno, el Liverpool, y durante 45 minutos dio la impresi¨®n de que hasta el energ¨¦tico equipo de J¨¹rgen Klopp estaba a las puertas de ser hundido por los torpedos del siempre minusvalorado Villarreal. Dadas las expectativas, la presencia del f¨²tbol ingl¨¦s en las finales es modesta y los partidarios de la multiculturalidad futbol¨ªstica lo celebrar¨¢n con grandes palmadas: en lugar de cinco brit¨¢nicos y un holand¨¦s entre los seis finalistas europeos del a?o nos encontramos con un equipo ingl¨¦s, uno espa?ol, uno escoc¨¦s, uno alem¨¢n, uno italiano y uno holand¨¦s. Por cierto, ?d¨®nde est¨¢ Francia?
Nada de todo esto permite sacar conclusiones demasiado tajantes. El f¨²tbol, como todos los deportes de equipo, depende de factores incontrolables. Thibaut Courtois, el verdadero h¨¦roe del Bernab¨¦u en el drama del mi¨¦rcoles pasado, salv¨® al Madrid de una derrota segura al desviar un bal¨®n de gol con la punta de la bota instantes antes de que Rodrygo (el h¨¦roe oficial) pusiera el partido patas arriba. Si el f¨²tbol se decidiera por puntos, el Real Madrid habr¨ªa perdido las eliminatorias ante el PSG, el Chelsea y el City. Pero se decide por goles, afortunadamente para los madridistas, pero tambi¨¦n para el f¨²tbol en general. El azar es un factor inevitable.
La Liga ha sido dada por muerta por muchos, sobre todo por esa gran masa global que considera que la Premier es muy superior y desprecia la realidad de la estad¨ªstica: la aplastante superioridad de la Liga en el palmar¨¦s europeo desde hace muchos, muchos, muchos a?os, y la incontestable superioridad espa?ola en los mano a mano entre la Liga y la Premier en general y en las finales en particular. Al menos, hasta ahora.
El relativo fracaso de la Premier, que aspiraba a la triple corona europea y se quedar¨¢ solo con la Champions o solo con la nada, tampoco deber¨ªa fomentar conclusiones demasiado dr¨¢sticas. La realidad es que la liga inglesa sigue siendo la m¨¢s atractiva de largo para los espectadores de medio mundo¡ ?y para los inversores internacionales! Tras la expulsi¨®n de Roman Abram¨®vich, el Chelsea va a ser adquirido por el empresario estadounidense Todd Boehly, que encabeza la plataforma de inversiones Eldridge Industries y es propietario del m¨ªtico equipo de la NBA de Los ?ngeles Lakers y del equipo de b¨¦isbol de Los ?ngeles Dodgers. La entrada de Boehly, que ha alcanzado un acuerdo con los gestores provisionales del Chelsea, ya solo depende de que reciba el visto bueno definitivo de la Premier League y del Gobierno brit¨¢nico. Desmintiendo los rumores de d¨ªas atr¨¢s, Abram¨®vich ha reiterado su voluntad de renunciar a recuperar la deuda de 1.750 millones de euros que el Chelsea tiene contra¨ªda con ¨¦l, lo que significa que el club londinense podr¨¢ poner en marcha sus planes de construir un nuevo Stamford Bridge para modernizarlo y ampliar sustancialmente su capacidad.
Con el retorno del Chelsea a la normalidad y la llegada de los petrod¨®lares a Newcastle, m¨¢s la fortaleza financiera de City, Liverpool, United, Tottenham y Arsenal, la Premier sigue ofreciendo una vitalidad econ¨®mica sin rival en Europa. El problema a largo plazo es que, como se ha visto con el Chelsea y se puede ver con los clubes directamente ligados a zonas del mundo que no respetan los derechos humanos, esa fortaleza puede ser m¨¢s fr¨¢gil de lo que parece, dependiendo de los humores pol¨ªticos del momento.
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