Holger Rune, el socio ¡®vikingo¡¯ de Alcaraz
El dan¨¦s, de 19 a?os y compa?ero de quinta del murciano, elimina en los octavos a Tsitsipas (7-5, 3-6, 6-3 y 6-4) y abrillanta su progresi¨®n: del 313? al 40? en un a?o
A Holger Rune le entusiasma la pasta a la bolo?esa, le gustar¨ªa ser James Bond y la asignatura con la que m¨¢s disfruta en el instituto es el Espa?ol. Sin embargo, sus facciones n¨®rdicas le delatan. ¡°S¨ª, estamos haci¨¦ndolo bien; definitivamente, vamos en la buena direcci¨®n. Tenemos a Casper [el noruego Ruud, al que se enfrentar¨¢ en los cuartos] y tambi¨¦n a Mikael Ymer [sueco]. Nunca hab¨ªamos tenido un tenista dan¨¦s ni uno noruego, as¨ª que estamos creciendo¡±, dice. Lo hace despu¨¦s de hacer historia y despachar, nada m¨¢s y nada menos, que al n¨²mero cuatro del mundo y finalista el curso pasado, el griego Stefanos Tsitsipas: 7-5, 3-6, 6-3 y 6-4 (en 2h 31m).
¡°S¨ª, todo el mundo siente presi¨®n ante una situaci¨®n as¨ª¡±, responde cuando se le recuerdan los nervios del final, a la hora de cerrar el duelo de los octavos. ¡°Pero contra Casper ser¨¢ un nuevo partido, un nuevo ambiente, as¨ª que veremos que ocurre¡±, dice con la serenidad propia de sus ra¨ªces, combinada con el apetito de quien sabe que tiene las facultades y puede llegar lejos. Tal vez muy lejos. Hace un a?o era el 313? del mundo y ahora, independientemente de lo que suceda estos d¨ªas, figurar¨¢ a corto plazo entre los 30 m¨¢s fuertes del circuito. Es la consecuencia de su notable recorrido en Par¨ªs y, sobre todo, el despegue en esta gira de arcilla.
¡°El partido contra Zverev en M¨²nich [segunda ronda] me ayud¨® mucho a creer en m¨ª mismo¡±, explica ante los periodistas, a los que no esconde su ambici¨®n. As¨ª se expresa la ¨²ltima hornada. Mientras a la denominada Next Gen ¨Clos Tsitsipas, el propio Zverev, Rublev, Medvedev, Khachanov, Tiafoe¡¨C se le hac¨ªa un nudo en la garganta cada vez que se les interrogaba sobre el futuro y sus posibilidades, a la ¨²ltima generaci¨®n no le tiembla en absoluto el pulso para hablar sobre su proyecci¨®n. ¡°Mi objetivo final es ser el n¨²mero uno, no voy a ocultarlo; lo es y lo ha sido siempre¡±, reconoce.
¡°S¨¦ que hay un largo camino, pero estoy cada vez m¨¢s cerca y creo en m¨ª mismo. Creo que puedo ganarles a los grandes jugadores y no solo una vez, sino tambi¨¦n en un Grand Slam¡±, a?ade Rune, entrenado por su t¨¦cnico de siempre, Lars Christensen, y que ingres¨® en la ¨¦lite hace dos a?os despu¨¦s de foguearse en los challengers e ir madurando su tenis en los torneos menores. Diestro, buena planta (1,88); sin grandes destellos pero tambi¨¦n sin fisuras. Siempre apunt¨® maneras.
Conquist¨® M¨²nich (tierra, bajo techo) hace un mes y ahora es el primer dan¨¦s que alcanza los cuartos del grande franc¨¦s. El ¨²ltimo que lo consigui¨® queda lejos, Jan Leschly en el US Open de 1967, al margen de la Era Abierta (1968). Y ¨¦l se posiciona. Mientras empieza a abrirse definitivamente una nueva ¨¦poca, Carlos Alcaraz encuentra un potencial compa?ero de viaje. El nombre de ambos figura en el cartel de los cuartos y, por primera vez, habr¨¢ dos menores de 20 a?os en la antepen¨²ltima ronda desde que el ucraniano Andrey Medvedev y el alem¨¢n Hendrik Dreekmann progresasen en el Roland Garros de 1994.
¡°Se merece toda la atenci¨®n [Alcaraz] que est¨¢ recibiendo. Est¨¢ haciendo cosas incre¨ªbles, como ganar a Novak o a Rafa. Prefiero no compararme con ¨¦l. Quiero construir mi propio camino y voy a mi ritmo. Cada uno tiene su trayecto¡±, concluye mientras la generaci¨®n 2003 ya pega duro. Nacieron con apenas cuatro d¨ªas de diferencia. Deslumbra Carlitos, y por ah¨ª se asoma en el horizonte un vikingo. Se llama Rune.
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