Peter Sagan consigue en la Vuelta a Suiza su primera victoria del a?o

¡°Sagan ha vuelto¡±, grita Bryan Coquard en la meta de Grenchen, y el sprinter franc¨¦s no puede esconder la alegr¨ªa que le produce pronunciar esas palabras, aunque el regreso victorioso de Peter Sagan, ganador de la tercera etapa del Tour de Suiza, le suponga a ¨¦l el segundo puesto, la derrota. Y la alegr¨ªa de Coquard, y de medio pelot¨®n de la Vuelta a Suiza, que se para y choca los cinco con el eslovaco feliz se extiende por las redes como una ola y desborda, y la afici¨®n la goza. Es la 120? victoria de su carrera, la 18? en la Vuelta a Suiza, su prueba fetiche, la primera con los colores del equipo franc¨¦s Total Energies, la primera en 13 meses. Tiene 32 a?os. Lleva en el WorldTour desde 2010, y cada a?o ha ganado al menos una carrera.

Y a los que le aclaman con ese grito alegre de ¡°Sagan ha vuelto¡±, el triple campe¨®n del mundo (2015 a 2017), ganador de Flandes y de Roubaix, y siete veces maillot verde del Tour, m¨¢s que nadie en la historia, responde con su voz grave y su tono siempre ir¨®nico, rozando el sarcasmo. ¡°Es bueno estar de vuelta¡±, dice antes de regalar otra frase a la enciclopedia del saganismo. ¡°Pero tampoco he sufrido tanto, estoy acostumbrado a perder y estoy acostumbrado a ganar, ?eh?¡±

Aunque su regularidad extraordinaria (termin¨® entre los tres primeros, sin ganar, las cuatro etapas) le dio la victoria de la general de la pasada Vuelta a Eslovaquia, hace nueve meses, y aunque se hubiera impuesto en su campeonato nacional hace un a?o, Sagan, el ciclista m¨¢s popular de la d¨¦cada pasada, no ganaba una carrera internacional desde su victoria en la d¨¦cima etapa del Giro de 2021, hace 13 meses.

El oto?o pasado y estos invierno y primavera, en los que cambi¨® del Bora, su equipo de los ¨²ltimos a?os, por el Total Energies franc¨¦s, Sagan entr¨® en un bache de forma que le imped¨ªa no solo luchar por la victoria de las carreras sino ni siquiera aguantar el ritmo del pelot¨®n. Convencido de que se trataba de un covid persistente, se someti¨® a decenas pruebas y tratamientos buscando recuperar su ser. Y mientras ¨¦l penaba, su hueco en el coraz¨®n de la afici¨®n lo ocupaban los reci¨¦n llegados Mathieu van der Poel y Wout van Aert, los sagan de la d¨¦cada. Y solo a ellos, sus peleas sin tregua, se esperaba para convertir en d¨ªas extraordinarios la serie de etapas ordinarias, las del viento, el pav¨¦s, las llanuras sin horizonte ni fin, del pr¨®ximo Tour. Ahora ser¨¢n tres.

Que se preparen el belga y el neerland¨¦s, quienes seguramente est¨¦n repasando en bucle el ¨²ltimo kil¨®metro del sprint de Grenchen: Sagan, quinto a la rueda de Pidcock; curva a la izquierda, interior de Pasqualon, del Intermarch¨¦ con su Kristoff a rueda; Sagan, habil¨ªsimo, se cuela por un hueco imposible y se pone a rueda del noruego; Pidcock, descolocado, y tambi¨¦n Aranburu, el guipuzcoano del Movistar que toma esa curva por fuera, y tambi¨¦n la siguiente, y se desgasta para intentar mantenerse en la corriente. Pero la corriente est¨¢ lejos. La corriente es Sagan, el¨¦ctrico, que desborda a Kristoff por la izquierda a 200 metros de la meta, una d¨¦cima de segundo antes de que el noruego inicie su aceleraci¨®n. Sagan gana. Coquard, que remonta desde lejos, segundo. Kristoff, tercero. Aranburu, quinto, tras Pidcock.

El regreso del eslovaco, a la competici¨®n (no corr¨ªa desde marzo), a la victoria, a la exhibici¨®n de su estilo, anuncia que buscar¨¢ su octavo maillot verde en el Tour, la prenda por la que tambi¨¦n suspiran Van der Poel y Van Aert, y genera una nueva emoci¨®n, y una alegr¨ªa, en la grande boucle, que comienza dentro de 16 d¨ªas, el 1 de julio, en Copenhague.

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