Jon Rahm rescata al campe¨®n del US Open

Jon Rahm busca al campe¨®n. Est¨¢ ah¨ª, en alg¨²n sitio. A veces aparece, surge con el esplendor con el que gan¨® el a?o pasado el US Open, su primer grande, hito en un golf espa?ol que solo hab¨ªa probado la miel en el Masters y el Open Brit¨¢nico. Otras veces se esconde, como el sol detr¨¢s de las nubes en Brookline (Massachusetts), en la segunda jornada del tercer grande de la temporada. D¨ªa del corte para muchos, otro examen en las alturas para Rahm, que entrega una tarjeta de tres bajo el par en la ronda, -4 en el acumulado, y puja entre los mejores. Solo los estadounidenses Collin Morikawa y Joel Dahmen (-5) le mejoran. Tambi¨¦n con -4 andan Rory McIlroy, Hayden Buckley, Aaron Wise y Beau Hossler. Y con -3 progresa Scottie Scheffler, el n¨²mero uno del mundo. Los tres mejores del r¨¢nking (Scheffler, Rahm, McIlroy) est¨¢n en la pelea, adem¨¢s del s¨¦ptimo (Morikawa), un p¨®ster estupendo para el circuito americano en tiempos de guerra con la liga saud¨ª (Rahm comenzar¨¢ este s¨¢bado la tercera ronda a las 21.34, hora peninsular espa?ola, junto a Buckley; en Movistar Golf de 18.00 a 2.00). Sergio Garc¨ªa y Adri Arnaus no pasaron el corte.

Rahm encendi¨® la luz despejando cualquier nubarr¨®n sobre su juego. Si el jueves hab¨ªa cerrado el libro con un estupendo birdie en el hoyo 18 despu¨¦s del infantil robo de su bola, este viernes lo abri¨® en el 10 con un putt de cuatro metros para salvar el par y conservar entera la confianza. El juego corto se engras¨® desde entonces, le sac¨® de apuros cuando los tuvo y le dio alguna alegr¨ªa m¨¢s. El bogey en el 13, a remolque al perder la calle, lo remend¨® con un eagle de manual en el 14: ca?onazo de salida de 334 yardas (305 metros) y un tirazo a la plataforma superior donde descansa el green para embocar con el tercer impacto. Fue el acierto que le impuls¨® hacia arriba en la clasificaci¨®n y mand¨® un aviso a sus rivales: ah¨ª estaba el campe¨®n.

El cielo que amenazaba tormenta se calm¨®. Rahm atraves¨® el hoyo 17, donde el d¨ªa anterior se hab¨ªa salvado de una emboscada al visitar el rough, con otro par reparador, y del 18 sali¨® rozando el bingo. El aterrizaje en un b¨²nker le dio una bienvenida ¨¢spera al inicio de la segunda parte del recorrido. El desv¨ªo en ese hoyo 1 le cost¨® un golpe de recuperaci¨®n y el bogey, y de par en par se plant¨® en el ¨²ltimo golpe de ri?¨®n. Era el momento de rebuscar sus mejores golpes en la bolsa. Por ejemplo, una bomba con la que se pas¨® de bandera en el par cuatro del 5 para dejarse escrito el birdie. Otro misil (353 yardas, 322 metros) en el segundo par cinco, hoyo 8, para merodear el trapo con el segundo impacto y descontar otro n¨²mero rojo en el casillero: -4 (en esa estaci¨®n Morikawa fall¨® un putt de un metro para eagle).

¡°Ha sido una vuelta muy luchada, ha habido hoyos en los que he tenido que luchar bastante y eso me ha ayudado a mantener la comodidad en el campo. Es como uno desea jugar al golf en el US Open¡±, explic¨® Rahm despu¨¦s de la ronda, con la sonrisa de oreja a oreja, devorando una lata de agua fr¨ªa. ¡°Una vez que he hecho buenos swings, se ha notado la confianza. Los ¨²ltimos siete hoyos los he jugado no relajado, pero lo m¨¢s c¨®modo posible. Tengo sensaciones parecidas respecto al a?o pasado, en la confianza en mi juego. Cuando estoy en Torrey Pines, estoy tan c¨®modo que tengo un nivel extra de confianza, pero estoy todo lo bien que puedo estar¡±. Un precioso US Open se juega entre gigantes.

Clasificaci¨®n del US Open.

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