Saint Andrews rejuvenece a Tiger Woods

Antes que Augusta, Saint Andrews. Por mucho que el Masters sea su jard¨ªn, el campo preferido de Tiger Woods es la pradera escocesa que desde este jueves acoge un 150? Open Brit¨¢nico para la historia. En la casa del golf se han citado los mejores golfistas del planeta en la lucha por una Jarra de Clarete m¨¢s resplandeciente que nunca. Al c¨®nclave no pod¨ªa faltar el campe¨®n de 15 grandes por mucho que a los 46 a?os le cruja la carrocer¨ªa. Con cinco operaciones de espalda, cinco de rodilla y una pierna destrozada en un accidente de tr¨¢fico el a?o pasado, Tiger escribi¨® otro milagro con su regreso en el ¨²ltimo Masters. Pero en el quebrantahuesos de Augusta al mito le fallaron las piernas. El examen no estaba en su juego, sino en soportar cinco horas de caminata en una monta?a rusa.

El Tigre termin¨® 47? y cojo. Luego se sumergi¨® durante horas en hielo y volvi¨® a competir en otro grande, el Campeonato de la PGA. El motor revent¨®. Despu¨¦s de una tercera vuelta de 79 golpes, Woods se retiraba por lesi¨®n por primera vez en un major. Y descart¨® el US Open para guardar reposo ante este Open Brit¨¢nico de Saint Andrews. All¨ª donde venci¨® en 2000 y 2005 regresa ahora con la esperanza de que un recorrido mucho m¨¢s plano como este le permitir¨¢ aguantar de una pieza hasta el domingo.

¡°Si el a?o pasado me preguntan si volver¨ªa a jugar, mis m¨¦dicos hubieran dicho que no. Durante la rehabilitaci¨®n yo solo esperaba volver a caminar, tener una vida normal y tal vez jugar al golf con mi hijo. Pero aqu¨ª estoy. Una vez que vi que pod¨ªa volver, mi objetivo era estar en Saint Andrews y jugar el Open m¨¢s hist¨®rico que hemos tenido. No me lo pod¨ªa perder¡±, expres¨® este martes Woods.

Treinta y tres grandes se unieron el lunes sobre el famoso puente de Swilcan que cruza el ¨²ltimo hoyo del Old Course, el campo m¨¢s antiguo del mundo (siglo XV). Jack Nicklaus y sus 18 grandes abrazaban a Tiger y su colecci¨®n de 15. El Oso Dorado volv¨ªa a Saint Andrews por primera vez desde 2005, nombrado ciudadano honor¨ªfico en una ceremonia en la que Jos¨¦ Mar¨ªa Olazabal fue distinguido Honoris Causa por la Universidad de esta localidad que desprende historia.

En la casa del golf ya se hizo eterno Tiger. Complet¨® el Grand Slam (los cuatro grandes) en 2000 y repiti¨® ciclo en 2005, y ahora sue?a con ser el ¨²nico jugador con tres coronas en la meca de su deporte. ¡°No s¨¦ si voy a volver a jugar aqu¨ª. Quiero ser capaz de dar al menos una vuelta m¨¢s a un alto nivel. Mi cuerpo puede mejorar, pero siendo realistas, no mucho. Ha pasado por muchas cosas, y a los 46 a?os no te curas tan bien como a los 26. Es lo que hay. No s¨¦ c¨®mo va a ser mi futuro. Como ya he dicho, no voy a volver a jugar un calendario completo. Mi cuerpo no me lo permite¡±.

Tiger es cliente del Hotel Old Course, en el coraz¨®n del campo. A las nueve de la noche baja de su habitaci¨®n, camina hacia uno de los greens y da unos golpes. Siente el Tigre que hoy es ¡°mucho m¨¢s fuerte¡± que en ese Masters de Augusta en que desafi¨® a las leyes de la l¨®gica. Ya no es el f¨®rmula uno que corr¨ªa sin frenos sino que debe pasar por chapa y pintura en su casa, convertida en taller y centro de entrenamiento. Las excursiones son cada vez m¨¢s escasas. Una no se la quer¨ªa perder por nada del mundo. Saint Andrews, 150? Open Brit¨¢nico.

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