

La Supercopa de Europa obliga al Real Madrid
El Madrid se juega el primero de los seis t¨ªtulos a los que aspirar¨¢ esta temporada ante el Eintracht de Fr¨¢ncfort, zurrado hace unos d¨ªas por el Bayern y sin Kostic, su estrella

No hay tregua en el Real Madrid. Est¨¢ en la naturaleza del club: nada de complacencia, el hoy se impone por goleada al ayer, por muy reciente que est¨¦ el ¨²ltimo doblete. Ni siquiera una entidad con 97 t¨ªtulos puede rebajar la conquista del 98?. Toca la Supercopa de Europa, el primero de los seis t¨ªtulos a la vista. En el Real Madrid nada es superfluo, la divisa obliga, sea el cartel que sea, una Supercopa ¡ªen esta se probar¨¢ la se?alizaci¨®n semiautom¨¢tica del fuera de juego¡ª o un trofeo de la galleta. En Helsinki (21.00, Movistar+ Liga de Campeones) est¨¢ en juego un premio oficial, m¨¢s prestigio y una pedrea de ocho millones de euros. De no sellar la quinta Supercopa, el Real propiciar¨ªa cierto ruido. En el Madrid todo es poco.


En Helsinki la cita es con el Eintracht de Fr¨¢ncfort, equipo embrionario de la Bundesliga que despert¨® de a?os de modorra con su imprevista cumbre en la Liga Europa. Entre otros bingos, antes de descorchar la final ante el Glasgow Rangers, someti¨® al Bar?a en el terreno de juego y en las gradas del Camp Nou. En Helsinki, 10.000 seguidores alemanes por unos 2.000 madridistas. Este mi¨¦rcoles, no hay mayor marea popular que la del Eintracht, tan sonora y fragorosa como temida por las autoridades correspondientes.
Frente al s¨²per campe¨®n de Europa y de Espa?a, el conjunto alem¨¢n no tiene mejor dictado que una sobredosis de ¨¢nimo y esos s¨²bitos gui?os que a veces depara el f¨²tbol. El equipo que dirige el austriaco Oliver Glasner no ha pujado mucho en el mercado y, para colmo, no podr¨¢ contar con su mejor cromo. El zurdo serbio Filip Kostic est¨¢ a un cent¨ªmetro de la Juventus. ¡°Tenemos l¨¢grimas¡±, dijo ayer Glasner.
Un azote para el Eintracht tras el soponcio de su estreno en la Bundesliga: un gui?apo ante el Bayern de M¨²nich (1-6). Con el Real Madrid por el medio, imposible no remitirse a otra zurra hist¨®rica sufrida por el club de Fr¨¢ncfort. El 18 de mayo de 1960, en el Hampden Park de Glasgow, ante 127.261 espectadores, Di St¨¦fano (tres goles) y el ca?oncito Puskas (cuatro) fulminaron al Eintracht en la final de la quinta edici¨®n de la Copa de Europa (7-3), una de las mejores de la historia.
A los 63 a?os, con tanto recorrido, Carlo Ancelotti desconf¨ªa de todo rival. Tambi¨¦n del Eintracht. Quiz¨¢ porque no vio su espanto ante el Bayern del pasado viernes, el italiano atisba a un rival ¡°intenso y din¨¢mico¡±. El entrenador tiene en plenitud a los 24 de la plantilla. No hay madridista con un rasgu?o.
El Madrid mantiene su espinazo, con dos nuevos subalternos, el curtido R¨¹diger y el becario Tchouam¨¦ni, dos complementos para la defensa y el medio campo. Y qui¨¦n sabe si habr¨¢ un tercer fichaje, si Hazard por fin ilumina a Hazard. De momento, todo apunta a que en Helsinki el t¨¦cnico italiano tirar¨¢ de la alineaci¨®n de carrerilla que entroniz¨® al Real del ¨²ltimo curso, con Valverde de auxiliar para el medio campo y para Vinicius y Benzema. Con R¨¹diger y Tchouam¨¦ni ¡°tenemos mejor plantilla¡±, sostuvo Ancelotti, que puso en valor la ¡°alquimia¡± de la pasada temporada entre veteranos y noveles, reforzada ahora con el alistamiento del central alem¨¢n y el volante franc¨¦s. Un Real m¨¢s completo salvo en el territorio de Benzema, al que nadie cubre la espalda de forma clara. As¨ª lo ha querido el club, que para el doble ¨¦xito en la Liga y Europa no precis¨® de Mariano o Jovic, que nunca fueron ni siquiera secundarios.
Es hora de que el campe¨®n se abra paso en un curso tan exigente en el que no caben resacas que valgan. Es el Madrid.
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