Dejarse entrenar
Este concepto, con el que Scariolo se ha referido a la selecci¨®n espa?ola en el Eurobasket parece simple, pero est¨¢ fuera de las tendencias, fuera de todo aquello que no es el espect¨¢culo

Se lo he le¨ªdo a Sergio Scariolo referido a su grupo para el Eurobasket: ¡°A partir del tercer o cuarto d¨ªa siempre tuve la sensaci¨®n de confianza, de disciplina y de respeto. Y de dejarse entrenar por todos los jugadores¡±.
La primera parte de la declaraci¨®n es importante, porque desvela un grupo de jugadores que valoran y entienden su llamada para este evento deportivo de m¨¢xima exigencia y la responsabilidad que ello exige, adem¨¢s liderados por un seleccionador de elevado prestigio, de una selecci¨®n espa?ola asociada al ¨¦xito y en plena transici¨®n. El ying y el yang. Riesgo y oportunidad. Pero es la segunda parte la que me ha llamado mas la atenci¨®n: ¡°Dejarse entrenar¡±.
Ya, ya s¨¦ que usted considerar¨¢ que esa es una condici¨®n necesaria, aunque no suficiente, en cualquier deportista de ¨¦lite que quiere alcanzar sus m¨¢ximos logros, en cualquiera que se pone en manos de una persona que va a marcar sus designios, sus logros y los pasos para alcanzarlos. Pero, amigos futboleros, he de decirles, que este concepto que parece simple y, casi banal, est¨¢ muy demod¨¦, fuera de las tendencias, fuera de todo aquello que no es el espect¨¢culo. Vamos que el entrenamiento solo es interesante si genera y produce contenidos audiovisuales que puedan ser puestos en las redes, puedan ser producidos como contenidos exclusivos que podamos luego vender o paquetizar para, de esa manera, generar contenidos exclusivos, ¨²nicos y, de tan ¨²nicos, absolutamente controlados.
Claro, que esto puede generar un grave problema ya que de tanto llenar los 365 d¨ªas del a?o con partidos del siglo, de derbis incre¨ªbles, de giras imprescindibles, de torneos de selecciones ineludibles, hemos dejado, para eso que Sergio Scariolo, y con ¨¦l la mayor¨ªa de entrenadores, consideran un valor diferencial, un tiempo m¨ªnimo, escueto, reducido, un tiempo que en el f¨²tbol se dedica m¨¢s a la recuperaci¨®n que al puro entrenamiento, haciendo que el entrenamiento invisible del que hablaba el m¨ªtico Luis Aragon¨¦s sea hoy en d¨ªa m¨¢s importante que el trabajo en el campo. Y que todo el acompa?amiento en lo audiovisual permita al jugador entrenarse sentado en la silla de la sala de v¨ªdeo.
Pero la declaraci¨®n de Scariolo me habla de otra cara de este asunto. Esa que detecta a los jugadores que quieren ser entrenados, aquellos que saben, detectan, conocen, sienten que no tienen todas las respuestas porque las preguntas son infinitas y que necesitan a alguien que les gu¨ªe en ese laberinto. S¨ª, claro que tienen, los que ganan sueldos importantes, un equipo de profesionales que trabajan para ellos, de forma individual, de forma personal, pero todos esos profesionales saben que su salario depende de que su jefe, el jugador, est¨¦ contento con ellos. Y eso, claro, condiciona, aunque no deber¨ªa, los debates y discusiones.
Pero yo les hablo de ese tiempo que el jugador pasa junto a sus compa?eros, ese tiempo en el que lo colectivo es m¨¢s importante que lo individual, ese tiempo en el que el entrenador debe poner el nosotros por delante del yo y que debe demandarme para mejorar aquello de lo que todav¨ªa carezco o desarrollar aquello que tengo, pero que todav¨ªa puede crecer. Aquello que se puede entrenar y que, mejorando lo m¨ªo, mejora lo colectivo. O que mejorando lo colectivo, mejora lo m¨ªo.
Claro que este showbusiness en el que se ha metido el f¨²tbol tiene otra soluci¨®n (tambi¨¦n la describe Scariolo en su entrevista), de que si el jugador no evoluciona por s¨ª mismo se va al mercado, a ese inmenso mundo de las expectativas, y se ficha, cambia, transfiere, cede o lo que haga falta para tener una cara nueva, un nuevo talento, un nuevo producto para que la rueda siga funcionando.
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