La lenta revoluci¨®n
El Madrid tiene veteran¨ªa para manejar los partidos y juventud para desequilibrarlos. El Bar?a se ha hecho de nuevo en un a?o
El Real Madrid se toma su tiempo
El cl¨¢sico fue confirmatorio: el Madrid va sobrado. Un equipo que tiene firmeza defensiva, sabidur¨ªa en estado puro en Modric y Kroos, exuberancia f¨ªsica y futbol¨ªstica en Tchouameni, Valverde, Vinicius, Rodrygo¡ Veteran¨ªa para manejar los partidos, juventud para desequilibrarlos. Para eso hace falta un plan, inteligencia para llevarlo a cabo y paciencia para esperar resultados.
El tiempo fue haciendo su trabajo con Vinicius, escopeta de feria devenido en rifle de alta precisi¨®n; con Valverde, un t¨ªmido que necesit¨® de varias temporadas para dejar de pedir permiso; con Rodrygo, un crack que asom¨® poco a poco hasta hacerse con el Bernab¨¦u. Los tres casos mencionados necesitaron de dos condiciones indispensables: buenos resultados, que ayudan a esperar, y excelentes veteranos, que los supieron proteger. El equipo los fue acogiendo hasta hacerlos indiscutibles. Dentro de poco, estos j¨®venes ya estar¨¢n en condiciones de recibir a nuevos talentos para ayudarlos a integrarse. En tiempos tan urgentes, es bueno comprobar que la paciencia tiene premio.
El Bar?a tiene prisa
El Bar?a, en cambio, se hizo de nuevo en un verano. Pretender resultados inmediatos en un juego de h¨¢bitos como es el f¨²tbol es una estupidez. Pero una estupidez moderna, de modo que hablamos de una estupidez que se abre paso y se llena de raz¨®n.
Las consecuencias las est¨¢ pagando Xavi, al que se acusa de no saber administrar tanto talento. Pero ah¨ª donde el Madrid tiene a Modric (37 a?os) y Kroos (34), el Bar?a tiene a Pedri y Gavi, que, aun subi¨¦ndose al palco FIFA, siguen teniendo menos de 20 a?os. Ah¨ª donde el Madrid tiene en Vinicius una l¨ªnea recta hacia el ¨¢rea, el Bar?a tiene el talento serpenteante de Demb¨¦l¨¦, siempre en busca del gol de su vida. Ah¨ª donde el Madrid solo piensa en la presa, el Bar?a sigue queriendo justificarse en la caza, como si el estilo fuera m¨¢s eficaz que el resultado. Adem¨¢s, los muy buenos talentos que llegaron fueron los que marginaron a jugadores como Piqu¨¦ y Alba y los que dejaron solo como una isla a Busquets. As¨ª las cosas, el equipo se qued¨® hu¨¦rfano de liderazgo y eso contribuye a la falta de consistencia que est¨¢ mostrando. El cl¨¢sico mostr¨® dos ejemplos: uno de estabilidad (el Madrid) y otro de inestabilidad (el Bar?a). El an¨¢lisis hay que empezarlo por ah¨ª.
El d¨ªa que Benzema les gan¨® a todos
Benzema recibi¨® el Bal¨®n de oro con 34 a?os. Qu¨¦ gran d¨ªa, qu¨¦ gran caso. Hablamos de un jugador exquisito que tuvo que aguantar durante a?os la acusaci¨®n de ser exquisito. Tan exquisito que no ten¨ªa sangre, ni ambici¨®n goleadora. Lo segundo lo condenaba como delantero y lo primero como madridista. Desde fuera (periodismo y afici¨®n) y desde dentro del club, vivi¨® bajo sospecha, sin que se tuviera en cuenta su descomunal talento. No miren para otro lado: eran muchos miles los que desconfiaban de Benzema. El salto de calidad y de personalidad que lo llev¨® a la cumbre, Benzema se lo debe a Benzema, que fue creciendo al nivel de las dificultades y de las faltas de respeto que tuvo que salvar.
Pero creo que su madurez futbol¨ªstica encontr¨® en el camino al mejor aliado posible: Florentino P¨¦rez. Si en el primer punto de este art¨ªculo habl¨¦ de la paciencia y en el segundo de la estabilidad, en este quiero poner en valor la confianza. Mirando hacia dentro, Benzema tuvo la valent¨ªa de imponer su car¨¢cter en la adversidad, pero si alargamos la mirada creo que, sin Florentino, no se hubiera coronado con este Bal¨®n de oro y hasta dudo que hubiera llegado a ese d¨ªa con la camiseta del Real Madrid.
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