Goles y balas
En ¡®Cuero contra plomo¡¯, Alberto Ojeda propone una vuelta al verano de 1982 en el que Espa?a organiz¨® el Mundial de f¨²tbol bajo la sombra del terrorismo
Los grandes eventos deportivos tambi¨¦n pueden servir para que las sociedades avancen. Econ¨®mica, social o pol¨ªticamente. Unos Juegos Ol¨ªmpicos o un Mundial de f¨²tbol son acontecimientos que empiezan mucho antes de que arranquen las competiciones ¡ªorganizaci¨®n, construcci¨®n de infraestructuras, adecuaci¨®n de las sedes¡¡ª y que, de alguna forma, unen a las sociedades que los acogen en torno a la idea de un beneficio com¨²n y de una ilusi¨®n transitoria por ofrecer una buena imagen del pa¨ªs en cuesti¨®n. A veces, incluso, est¨¢ en juego mucho m¨¢s: la democracia o el inicio del fin del terrorismo.
Espa?a acogi¨® el mundial de 1982 con una democracia reci¨¦n estrenada y, por tanto, fr¨¢gil. Con ETA asesinando a casi un centenar de personas en el a?o anterior. Con los GRAPO activos. Con la ultraderecha buscando el sitio que hab¨ªa perdido. Las esperanzas de que la competici¨®n sirviera de reclamo para la paz saltaron por los aires apenas una hora despu¨¦s de la ceremonia inaugural. La picassiana paloma de la paz que se form¨® con figurantes sobre el c¨¦sped del Camp Nou y la entra?able imagen de un ni?o vestido con el uniforme de la selecci¨®n espa?ola y un bal¨®n en la mano del que posteriormente saldr¨ªa una paloma real dejaban clara la importancia que el pa¨ªs le daba en ese momento a la violencia. Poco despu¨¦s de terminar la gala, ETA asesinaba en Pasajes al Guardia Civil Jos¨¦ Luis Pernas.
En Cuero contra plomo (Altamarea), Alberto Ojeda propone una vuelta a aquel verano de hace cuatro d¨¦cadas. Y lo hace reconstruyendo el camino paralelo que siguieron Italia y Espa?a. Con muchas m¨¢s similitudes de las que pudiera parecer ¡ªla violencia, la inestabilidad¡¡ª y una trayectoria que se separ¨® con el f¨²tbol: la inesperada victoria de Italia ayud¨® a unir al pa¨ªs y marc¨® el principio del fin de los a?os de plomo. Espa?a, en contra de muchos pron¨®sticos, logr¨® demostrar al mundo que estaba de vuelta en la liga de los pa¨ªses democr¨¢ticos, aunque el terrorismo estaba a¨²n lejos de ser derrotado. Una parte clave de la historia de ambos pa¨ªses contada a trav¨¦s del f¨²tbol. Con el inolvidable Paolo Rossi. Con Naranjito como icono. Con aquel Italia-Brasil de Sarri¨¤. Con el sonido de las balas como m¨²sica de fondo.
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