¡®Abuela la la la¡¯: el hit viral de Argentina protagonizado por una mujer de 76 a?os

Hay una esquina en Buenos Aires que ha sido rebautizada durante este Mundial como la de la ¡°Abuela la la la¡±. La protagonista del homenaje no tiene nietos ni tampoco hijos pero ha sido adoptada como abuela por los hinchas argentinos durante las celebraciones mundialistas. Hace dos semanas, la grabaron en un v¨ªdeo subido a Tik Tok que se hizo viral y cada paso dado por la selecci¨®n hacia la final ha acrecentado su fama. Mar¨ªa Cristina, que prefiere no desvelar su apellido, se ha convertido en una celebridad en el barrio porte?o de Liniers. Su canci¨®n se ha expandido por todo el pa¨ªs y se ha convertido en un himno pegadizo dedicado a las personas de la tercera edad.

Es viernes por la tarde y Mar¨ªa Cristina atiende a medios locales e internacionales en la vereda donde se cruzan las calles Caaguaz¨² y Andalag¨¢. Sigue sin entender demasiado la locura que se ha generado a su alrededor y de la que ya han nacido camisetas, tazas y otros objetos de merchandising con la imagen y el esl¨®gan de ¡°Abuela la la la¡± ¡°Es incre¨ªble. La verdad, no s¨¦ por qu¨¦ es tan novedoso que la gente salga a festejar¡±, asegura, sentada en una silla y custodiada por ¡°los pibes de Villa Luro¡±, la banda de amigos que la rode¨® e invent¨® el hit mundialista que ahora todos tararean.

Todo empez¨® el 31 de noviembre, despu¨¦s de la victoria de Argentina contra Polonia que permiti¨® que la selecci¨®n capitaneada por Messi se clasificase a octavos de final como primera de grupo. ¡°Yo no vi el partido porque me pongo muy mal, estaba viendo una pel¨ªcula, pero escuch¨¦ los goles y el festejo¡±, recuerda.

Contagiada por el entusiasmo que se colaba por las ventanas de su casa, agarr¨® una peque?a bandera argentina y sali¨® a la calle. En la esquina estaba el vecino con sus amigos. Saltaban de alegr¨ªa y cantaban el tema favorito de la afici¨®n argentina en Qatar: ¡°Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar / quiero ganar la tercera, quiero ser campe¨®n mundial¡±. Mar¨ªa Cristina se acerc¨® y en ese momento los hinchas la rodearon y comenzaron a cantar ¡°Abuela, la la la, Abuela la la la¡±, una versi¨®n improvisada del tema Go West, de los Pet Shop Boys.

La ins¨®lita celebraci¨®n fue registrada por el tel¨¦fono de uno de los hinchas, la subi¨® a las redes y explot¨®. Cuando Argentina gan¨® a Australia se repiti¨® el festejo, pero el n¨²mero de aficionados se hab¨ªa duplicado. Tras el pase a semifinales frente a Pa¨ªses Bajos ya eran m¨¢s de cien. Tras el decisivo partido contra Croacia, cuya victoria meti¨® a Argentina en una nueva final despu¨¦s de ocho a?os, a los vecinos de las cuadras cercanas se le sumaron curiosos de otros barrios y medios de comunicaci¨®n. El c¨¢ntico se repiti¨® alrededor de mujeres mayores que salieron a festejar en otros rincones del pa¨ªs.

¡°Gracias por tan lindos mensajes, la vida no me dio la oportunidad de tener nietos. Un mensaje amoroso de esta ma?ana dec¨ªa que soy la abuela de muchos argentinos. Estoy muy emocionada¡±, escribi¨® Mar¨ªa Cristina en la cuenta de Twitter que le abri¨® su sobrina d¨ªas atr¨¢s. La cuenta se acerca ya a los 30.000 seguidores. ¡°Deseo que todos los abuelos de Argentina puedan tener tanto cari?o como el que estoy recibiendo. Vamos Argentina¡±, agreg¨® la Abuela la la la.

La fama hizo que una agencia se ofreciese a llevarla hasta Qatar con un acompa?ante, todo pago, pero la distancia la hizo desistir. ¡°Si fuese Brasil hubiese dicho que s¨ª¡±, plantea esta jubilada, quien trabaj¨® toda su vida como oficinista.

Como todos los argentinos, espera ansiosa el domingo, cuando la Albiceleste se juega la Copa del Mundo frente a Francia, la vigente campeona. ¡°Desde ayer tengo una angustia y unos nervios.... Encima jugamos m¨¢s temprano. Viene mi familia y no s¨¦ d¨®nde me voy a poner para no verlo¡±, anticipa.

En 1978 y en 1986, los dos mundiales conquistados por Argentina, Mar¨ªa Cristina se acerc¨® hasta el Obelisco a celebrar. Advierte que, en caso de victoria, esta vez no le dar¨ªa el cuerpo para repetir el ritual. Quienes la rodean saben que no ser¨¢ necesario: si la selecci¨®n gana, la esquina de su casa se transformar¨¢ en el epicentro de la fiesta m¨¢s grande jam¨¢s imaginada ah¨ª.

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