Djokovic y el lado cruel del deporte
En la competici¨®n nada te va a regalar nada, los rivales van a morir por lo que t¨² deseas, as¨ª que m¨¢s vale olvidarse de caminos c¨®modos
Al deporte venimos a sufrir. ?nicamente permanece en ¨¦l quien sabe hacerlo. El ¨¦xito de cada entrenamiento depende de tu voluntad para salir vac¨ªo. Dar el m¨¢ximo implica pasarlo mal, aceptar un agobio mental y psicol¨®gico. Ser consciente de que el dolor va a llegar y que, cuando as¨ª sea, debes aceptarlo como un fiel compa?ero. El deporte tiene un lado cruel. En la competici¨®n nada te va a regalar nada, los rivales van a morir por lo que t¨² deseas, as¨ª que m¨¢s vale olvidarse de caminos c¨®modos.
Cuando escuchen que el deporte es una escuela de vida, una fuente de valores, no es por las victorias, por la fama, ni por el potencial econ¨®mico. Es por todo lo anterior.
Y hemos vivido un Abierto de Australia como un gran ejemplo. En uno de los cap¨ªtulos m¨¢s emocionantes en la historia del tenis, Novak Djokovic ha logrado levantar su 10? Abierto de Australia. Para quienes hemos conocido el d¨ªa a d¨ªa del circuito, simplemente decir que este tipo de gesta es inimaginable. Algo fuera de lo com¨²n, que va mucho m¨¢s all¨¢ del talento. Se necesita una ambici¨®n desmedida y una dedicaci¨®n absoluta para siquiera pensar en algo as¨ª.
El triunfo ha permitido al serbio igualar la carrera hist¨®rica con Rafa Nadal, situando el techo del tenis masculino en los 22 Grand Slam que ahora ostentan ambos. El horizonte de Roland Garros se vive ya con una emoci¨®n con pocos precedentes en nuestro deporte. Par¨ªs ser¨¢ escenario de un momento cumbre, con ambos tenistas buscando el trono de todos los tiempos.
La victoria de Novak en Melbourne ha sido excepcional por la realidad que ha rodeado su haza?a. Doce meses atr¨¢s le fue denegada la entrada al pa¨ªs, no pudo disputar el torneo que ha levantado su leyenda y tuvo que regresar a casa debido a los protocolos de vacunaci¨®n que protagonizaron la vida reciente en el circuito. Las im¨¢genes de su reclusi¨®n a la espera de la deportaci¨®n definitiva fueron una de las historias de 2022.
Sin entrar a valorar las convicciones propias de cada persona, centr¨¦monos en lo puramente deportivo. Imag¨ªnense por un momento ese episodio dentro de una mente nacida para competir, viendo como la opci¨®n de escribir la historia era el peaje a pagar en ese momento. El a?o fue complicado, no pudo jugar en Australia ni en Estados Unidos, donde se celebran muchos de los grandes torneos de nuestro deporte.
Por si fuera poco, Nadal complet¨® un inicio de temporada estelar. Ganando en Australia y en Roland Garros, su m¨¢ximo rival hist¨®rico tomaba un impulso en esa carrera por la eternidad que ambos mantienen.
Al reescribir la historia, Novak consider¨® el triunfo de este a?o como una de los m¨¢s especiales de toda su carrera. Le vimos superado por las emociones sobre el suelo de su box, hundido sobre la toalla entre l¨¢grimas, y acompa?ado por unas molestias f¨ªsicas que lo acompa?aron desde el inicio del torneo.
Es ese dolor que coment¨¢bamos al inicio. Con motivos suficientes para bajar los brazos, los m¨¢s fuertes encuentran un impulso. Razones para exprimirse todav¨ªa m¨¢s donde tantos otros habr¨ªan frenado sus pasos. El serbio ha demostrado ser uno de los competidores m¨¢s completos en la historia del deporte, con una capacidad de sufrimiento y de superaci¨®n ante los obst¨¢culos que en pocos deportistas he visto.
La rivalidad entre Novak y Rafa, para m¨ª, es la m¨¢s potente del deporte moderno. En mayo, si la salud lo permite, podemos asistir a uno de los torneos m¨¢s atractivos de siempre. Ambos tienen potencial suficiente para volver a la final, para pelear por el trofeo en Par¨ªs y extender ese pulso eterno que seguimos viviendo.
Sus triunfos est¨¢n plagados de pasi¨®n, la alegr¨ªa se desata en todo el mundo, pero la semilla en ambos es com¨²n. Entrar en una pista dispuestos a morirse dentro.
Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.