Alejandro Valverde busca su hueco al sol del pelot¨®n ciclista

?beda, Baeza, en febrero, Machado, ¡°estos d¨ªas azules y este sol de la infancia¡±, y Alejandro Valverde, que fue, podr¨ªa decirse, el sol del pelot¨®n, y sigue siendo un ni?o, su mirada ilusionada siempre, un exciclista camino de los 43 a?os que sube una tarde a cinco corredores j¨®venes en su coche en Murcia y los lleva hacia los olivos cont¨¢ndoles historias de ciclismo sin parar, y sale en bicicleta con ellos, recorre los caminos, y sigue hablando. Y est¨¢ tan bien, le ven tan fuerte, tan fino, que le dicen, pero, Bala, tendr¨ªas que correr t¨², seguro que ganabas, total hace nada estabas ah¨ª.

¡°Hace tan poco, jeje. No os voy a decir que estoy mal, esa es la verdad¡±, responde, riendo, Valverde, campe¨®n del mundo en el 18, ganador de una Vuelta, de cuatro Liejas, de cinco Flechas, 133 victorias en 20 a?os de profesional, y en el ¨²ltimo a?o, hasta el ¨²ltimo d¨ªa, disput¨¢ndole el triunfo a Tadej Pogacar, el m¨¢s grande de ahora, en la Strade Bianche, en el Giro de Lombard¨ªa. El Movistar le quiere tener siempre consigo cumpliendo un papel que tiene que inventar, y comprueba, aliviado y tranquilo, que sin ¨¦l el equipo tambi¨¦n gana, Gaviria, Guerreiro, Jorgenson... ¡°Estoy bien. En Sierra Nevada hemos hecho entrenamientos duros con Enric Mas, Oliveira y otros, y he estado a la par de los compa?eros. ?Soltarles? No, no. Son corredores buenos y Enric ya sabemos c¨®mo anda. Pero logro estar con ellos, disfrutando y anim¨¢ndolos, y haciendo de todo. Lo echo de menos, porque toda la vida he estado compitiendo, y como sigo entrenando y sigo estando bien de forma, pues cuesta m¨¢s, pero tambi¨¦n da gusto verlo en el coche¡±.

Y en ?beda, en la salida de la Cl¨¢sica Ja¨¦n, entre los olivos, ah¨ª sigue Valverde, que debuta como copiloto en el coche del director del Movistar, Txente Garc¨ªa Acosta. ¡°Intentar¨¦ aportar todo lo que se pueda, y ayudar. Me estoy sintiendo c¨®modo y poco a poco ir¨¦ sinti¨¦ndome m¨¢s c¨®modo viendo cu¨¢l va a ser mi rol. Es un nerviosismo diferente del que sent¨ªa compitiendo en bicicleta, un gusanillo en el est¨®mago que es bonito¡±, dice Valverde. Y Txente, gran gregario como ciclista, recuerda el viejo dicho, ¡°gran ciclista, mal director¡±, y explica que los que m¨¢s han sufrido como corredores entienden mejor a todos y tienen que trabajarlos mentalmente m¨¢s para exigirles y motivarlos. ¡°Hombre¡±, responde Valverde. ¡°A m¨ª me duelen tambi¨¦n las piernas, ?eh? Y siempre duelen est¨¦ m¨¢s adelante o m¨¢s atr¨¢s, pero, s¨ª, quiz¨¢s vea la carrera con otra perspectiva, porque yo siempre estaba disputando al final, y, a lo mejor, cuando vas en el coche te dice, ¡®?c¨®mo puede ser que se quede este corredor aqu¨ª?¡¯, pero, bueno, al final, comprendo que son humanos, y que hay corredores que tienen que estar para el final y otros para el principio¡±.

El ni?o que es Valverde se emociona y expresa sus deseos, hacer la Strade Bianche en coche, y la Par¨ªs-Roubaix, que nunca la ha hecho, ni en bicicleta. ¡°Pero, de momento, todav¨ªa no he decidido si voy a ser director en el futuro. Acabo de bajarme y quiero disfrutar de la bici de otra manera¡±, dice. ¡°Y estando de director, disfrutas, pero la tensi¨®n, los viajes y todo son igual o m¨¢s que cuando era corredor. Y todav¨ªa creo que es pronto. De momento, no¡­¡±

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