Iribar

Yo llegaba, no s¨¦ ni c¨®mo ni s¨¦ con qui¨¦n pero, supongo, no imagino otra opci¨®n, que era en coche con mi padre al volante, al aparcamiento de las instalaciones del Athletic en Lezama. Yo solo s¨¦ que, para m¨ª y mis sue?os, era como viajar al metaverso. Vamos, como una realidad paralela a la que se me permit¨ªa acceder, pero a la que no pertenec¨ªa.

Se abri¨® la puerta, un pasillo largo me esperaba cuando all¨ª al fondo se recort¨® una imagen que casi cegaba la luz y una voz, c¨¢lida, acogedora y, un punto exigente, me dijo: " Ongi Etorri Andoni¡± (bienvenido Andoni).

Yo nunca hab¨ªa hablado con Iribar, quitando 15 segundos en ¨¦xtasis en Zarauz cuando yo ten¨ªa 12 o 13 a?os y le ped¨ª, bueno se lo pidi¨® mi t¨ªa, un aut¨®grafo y no fui capaz de levantar la vista y solo escuch¨¦ esa voz que ahora me acog¨ªa en el seno de aquella m¨¢gica escuela que era para m¨ª Lezama y su m¨ªstica.

Con Iribar, perm¨ªtanme que le llame ?ngel, aprend¨ª, primero, de que iba eso de ser portero. Del concepto de la seguridad, de la tranquilidad, de la eficacia, de resolver los problemas de forma sencilla, simple, as¨ª como si todo fuera fruto de la casualidad, como sin darse importancia pero haciendo sentir a los tuyos que ¨¦ramos imbatibles y los rivales que ¨¦ramos inexpugnables. A m¨¢s presi¨®n mayor calma. Pero que ah¨ª, justo donde yo cre¨ªa que se acababa la tarea, es donde empezaba el asunto de dar un pase con ventaja para tus laterales, tus centrocampistas, tus delanteros, con un saque largo ventajoso o con un env¨ªo con la mano firme, r¨¢pido, preciso y hasta delicado. Aprend¨ª que se es portero tambi¨¦n cuando el bal¨®n est¨¢ al otro lado del campo y tu equipo ataca porque es el ¨²nico momento en el que los defensas te pueden escuchar y entender por qu¨¦ en el fragor de la defensa no hay escucha ni duda, solo determinaci¨®n, solo acci¨®n.

Con ?ngel supe que eso de llevar el 1 en la camiseta del Athletic Club era un legado m¨¢gico, una herencia maravillosa y pesada, m¨¢s que pesada exigente, muy exigente, enormemente exigente porque la centenaria historia de tan singular club estaba marcada por esos que elevaron la posici¨®n de portero a los altares, esos en los que otros equipos, otras aficiones tiene colocados los goleadores nueves o los m¨¢gicos dieces. Y que cuando te pon¨ªas la camiseta del 1 t¨² te convert¨ªas en uno de ellos, todos esos mitos te acog¨ªan en su congregaci¨®n, para apoyarte, para exigirte, para demandarte estar a la altura del reto.

Hace muchos a?os que en una de nuestras conversaciones ?ngel me pregunt¨® sobre el color que quer¨ªa para jugar los partidos (no hab¨ªa entonces ni paleta inmensa ni obligaciones de marketing, solo un color que te defin¨ªa), y yo le dije que negro, austero, discreto y firme como la imagen que yo ten¨ªa de Iribar portero. ?ngel me mir¨®, sonri¨® con gesto c¨¢lido y me liber¨® del compromiso dici¨¦ndome que mi obligaci¨®n era definir mi imagen, no como la de un nuevo Iribar sino como un incipiente Zubizarreta. Yo opt¨¦ por el verde (esto tiene otra historia que dejamos para otro d¨ªa) y as¨ª fui vestido por esos campos de Dios con alguna excepci¨®n, por ejemplo ese a¨²n recordado d¨ªa contra Nigeria.

?ngel cumple 80 a?os el 1 de marzo y el Athletic ha propuesto, os ha propuesto porteros, vestir de negro ese fin de semana, 3, 4, 5 de marzo, para recordarle, para homenajearle, para agradecerle o, para simplemente y como recomienda Juan Carlos Unzu¨¦, otro portero, decirle que le queremos mucho.

Y hasta yo, a quien ?ngel le recomend¨® otra tonalidad, tengo mi camiseta negra lista para ese fin de semana. Eskerrik asko ?ngel.

Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.