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![PSG](https://as01.epimg.net/img/comunes/fotos/fichas/equipos/small/49.png)
Choupo-Moting encumbra al Bayern y elimina al PSG
El 1-0 del sucesor de Lewandowski asegura el pase a cuartos a los b¨¢varos y destroza al equipo de Neymar, Messi y Mbapp¨¦, incapaz de marcar en toda la eliminatoria
![Champions League: Choupo-Muting fusila a Donnarumma](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/BA37SAFG6RU5AAO26AEKTK5RTE.jpg?auth=335c3d1deceecc1f3c0a816d7c1a85f8fab6ff2ff2092a33e3ce38b0c673e0c1&width=414)
![Diego Torres](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F905d2291-3bc7-4951-9b10-14c4000df79f.png?auth=71540af241da7b2d45e7ccd8aac79de09feb0b15263f9f39b72b24c67ae654b5&width=100&height=100&smart=true)
Maxim Choupo-Moting se disfraz¨® de Lewandowski para meterse en el engranaje del Bayern y marcar el gol que revent¨® la eliminatoria m¨¢s trascendental de los octavos de la Champions. Se clasific¨® el laborioso Bayern por un global de 3-0. Abatido ¡ªuna vez m¨¢s, y con m¨¢s estr¨¦pito¡ª qued¨® el proyecto del emir de Qatar, el Paris Saint-Germain, que pasar¨¢ a la posteridad por haber hecho los dos fichajes m¨¢s caros de una industria que nadie infl¨® con m¨¢s ah¨ªnco, hasta reunir a los tres futbolistas m¨¢s brillantes de la segunda d¨¦cada del siglo. Ni un solo gol consiguieron marcar Messi, Mbapp¨¦ y Neymar en el curso de los m¨¢s de 180 minutos disputados.
![Bayern](https://as01.epimg.net/img/comunes/fotos/fichas/equipos/large/170.png)
![PSG](https://as01.epimg.net/img/comunes/fotos/fichas/equipos/large/49.png)
La onda expansiva de la puesta en escena suele marcar el devenir de los grandes partidos. El Bayern anunci¨® una salida en tromba. Una ola roja de presi¨®n, de convicci¨®n, de seguridad. Lo de siempre en este equipo tan sentimental que necesita inyectarse adrenalina en los primeros minutos para encarrilar los partidos. No sucedi¨® as¨ª. Tal vez inhibidos por el temor a perder la ventaja lograda en la ida, quiz¨¢s bajo la gigantesca losa mental que supone abordar una eliminatoria tan grande en la primera semana de marzo, en octavos de final, con tan poco que ganar, el equipo alem¨¢n se qued¨® a medio camino en todos los avances. No acab¨® de estirar la presi¨®n y sum¨® atacantes con cautela. En las primeras maniobras del partido sus tres centrales se apelmazaron con Kimmich y Goretzka a modo de red de seguridad, m¨¢s pendientes de lo que pasar¨ªa si perd¨ªan la pelota que de concentrarse en la b¨²squeda del gol. La presencia inquieta de Mbapp¨¦ y Messi, muy activos en todos los cap¨ªtulos, les debi¨® alarmar. Pas¨® el tiempo. Y el tiempo sin goles hizo da?o en la moral de los alemanes.
La salida en falso del Bayern oxigen¨® a los jugadores del PSG, que se vieron con tiempo para iniciar las jugadas gracias a la contribuci¨®n del excelente Verratti, un centrocampista soberbio para hacer con naturalidad todo aquello que asusta a Kimmich y Goretzka, feroces para correr detr¨¢s de la pelota pero t¨ªmidos para pedirla cuando es su equipo el que necesita iniciar la circulaci¨®n en aprietos. Sin las incursiones de Davies por el carril izquierdo y los apoyos de Mussiala, los ataques del Bayern se entorpec¨ªan entre las l¨ªneas adversarias, como si sus futbolistas pasaran por un puente de madera al que le faltaran traviesas. Un paisaje ins¨®lito que dio esperanzas al PSG. Apoyados en la palanca de Verratti, los expedicionarios no precisaron de grandes combinaciones para llevar el miedo al campo contrario. Primero, con una dejada de Fabi¨¢n a Mbapp¨¦, luego con un env¨ªo largo de Marquinhos, y m¨¢s tarde con una jugada de Fabi¨¢n con Mendes, dejaron solos a Mbapp¨¦ y a Messi en tres ocasiones mano a mano con Sommer. Gan¨® el portero. La doble parada que le hizo a Messi enmudeci¨® al estadio. Oliver Kahn debi¨® congratularse de haberlo fichado cuando este invierno se lesion¨® Neuer.
Entre que el Bayern sobreviv¨ªa m¨¢s que jugaba y el PSG se manejaba bien a la contra, el partido se encauz¨® hacia el mediocampismo. Durante la primera parte prevaleci¨® la prudencia. La lesi¨®n de Marquinhos, sustituido por Mukiele a la media hora, rest¨® aplomo a la defensa del PSG y esto no tuvo consecuencias inmediatas pero a la postre fue decisivo. En las contadas ocasiones que el equipo franc¨¦s se lanz¨® a presionar a campo contrario provoc¨® estragos. Como cuando antes del descanso Hakimi se abalanz¨® sobre Sommer y el portero, desesperado porque Goretzka no se mov¨ªa para desmarcarse, acab¨® entregando el bal¨®n a Vitinha. El portugu¨¦s remat¨® a puerta vac¨ªa. La tribuna grit¨® espantada. Cuando el bal¨®n atravesaba la raya de gol apareci¨® De Ligt para desviarlo. El central holand¨¦s redonde¨® su soberbio marcaje a Messi con una intervenci¨®n paranormal.
La ca¨ªda de Verratti
El partido se hab¨ªa puesto decididamente a favor del PSG cuando arranc¨® la segunda mitad. Lejos de su velocidad de crucero, el pujante Bayern se hab¨ªa metido en una huella de cabras. Dudaban todos menos Mussiala, el joven prodigio, incansable. Ca¨ªa una llovizna persistente y la hinchada mojada contemplaba el espect¨¢culo con aprensi¨®n. Solo se o¨ªan los c¨¢nticos de los franceses en lo alto del tercer anillo cuando se desencaden¨® la crisis. Sucedi¨® que Mukiele, aturdido en su ¨¢rea por un avance general de los atacantes del Bayern, levant¨® la vista y vio al de siempre, corriendo como un poseso para que le diera la pelota. Era Verratti, el pilar del equipo, ofreciendo una ayuda a los menesterosos, como es su costumbre. Lo que no advirti¨® Mukiele ni quiso ver el intr¨¦pido Verratti fue que le asechaban M¨¹ller y Mussiala como lobos. Que Mukiele decidiera entregarle la pelota a su compa?ero en lugar de desembarazarse del peligro con un patad¨®n fue una imprudencia que dinamit¨® la eliminatoria. M¨¹ller fris¨® la falta, pero el ¨¢rbitro dej¨® seguir. Verratti cay¨® al suelo sin el bal¨®n, Mussiala asisti¨® a Maxim Choupo-Moting, y el camerun¨¦s nacido en Hamburgo fusil¨® a Donnarumma.
No result¨® extra?o que un duelo librado b¨¢sicamente sin la pelota acabara resuelto tras un error provocado. Lo raro fue la identidad del ejecutor. Que Choupo-Mouting sentenciara al equipo m¨¢s opulento que existe tuvo un sentido ir¨®nico y esot¨¦rico. A sus 33 a?os el nueve se ha ganado el r¨®tulo de jornalero. Pas¨® por el Hamburgo, el Stoke, y el Maguncia, antes de acceder a instancias que no parec¨ªan hechas a su medida. A nadie se le escaparon sus limitaciones t¨¦cnicas. Fue objeto de burla, especialmente en Par¨ªs, donde jug¨® entre 2018 y 2020. ¡°Quien se burle de Maxim no entiende nada de f¨²tbol¡±, dijo M¨¹ller el martes, cuando alguien le pregunt¨® por el modesto compa?ero que ocupaba la posici¨®n del nueve. Nada menos que el puesto que le leg¨® Lewandowski, el mayor goleador de la ¨²ltima d¨¦cada en el Bayern.
Cuando Gnabry anot¨® el 2-0, cumplido el tiempo reglamentario, el estadio entonaba sus canciones m¨¢s felices. Hab¨ªan renacido los seguidores b¨¢varos despu¨¦s de una noche de espanto. Justo a tiempo de asegurar el pase a cuartos por encima de Messi, Mbapp¨¦ y Neymar.
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