Socorro para el f¨²tbol espa?ol
Los vertidos del pestilente ¡®caso Negreira¡¯ tienen en vilo a un espect¨¢culo sin grandes estrellas, limitado en el mercado y con las estad¨ªsticas m¨¢s inquietantes de las grandes ligas
Los vertidos del caso Negreira, el pestilente prestige derramado sobre el f¨²tbol espa?ol, tiene en vilo a un sector ya de por s¨ª afligido ante semejante mancha de desprestigio universal. El f¨²tbol patrio navega con m¨¢s turbulencias que galas sobre el campo. Sin grandes estrellas, con el Bar?a y el Madrid tan poco versallescos, predominan las mesas redondas por la fetidez de las sospechas arbitrales, los sainetes del VAR, los arrestos al iracundo Vinicius, el juego vietnamita de Gavi, las chusqueras grescas de los principales dirigentes institucionales¡ Del espect¨¢culo en s¨ª, del fet¨¦n, migajas. M¨¢s ruido que f¨²tbol, del que seduce, no del que da carrete para las broncas de bar o de plat¨®. Falta un relato futbolero, mayor esplendor. Mayor refulgencia de un f¨²tbol al que la selecci¨®n por bandera no da vuelo siquiera ante Jap¨®n y Marruecos, que no son el Brasil de Pel¨¦.
Ya ni con cl¨¢sicos por delante. El ¨²ltimo fue deprimente. El l¨ªder, el Bar?a, portada eterna del antiresultadismo, se ancla hoy golito a golito con las cuerdas como refugio. El gen cul¨¦, el estilo por delantera, es ahora una cuesti¨®n menor. El Madrid, resultadista como ninguno, ya no tiene el marcador como coartada. De remontador a ser remontado. De 31 puntos en las primeras 11 jornadas a 22 en las 13 ¨²ltimas. El pasado 16 octubre se impuso en el cl¨¢sico liguero y dej¨® al Bar?a a cinco puntos por el retrovisor. Hoy le alejan nueve de un rival tan efectivo como deste?idas est¨¢n sus esencias. Un Bar?a que en la semifinal copera en Chamart¨ªn remiti¨® a los tiempos de trinchera a ultranza de Nereo Rocco, Helenio Herrera o Jos¨¦ Mar¨ªa Maguregui. Enfrente, un Real desconcertante, un d¨ªa porque s¨ª, otro porque no, en el que no enhebran del todo los pretorianos y los opositores.
Los dos grandes vectores del f¨²tbol espa?ol, ¨¢rbitros al margen, ci?en sus debates a la caducidad o no de Benzema, Modric y Kroos; al bajonazo prematuro de Ansu Fati y la renovaci¨®n o no de Busquets. Uno cuelga de Vinicius, el otro de Araujo. No despega Ferran, no acaban por consolidarse Camavinga y Tchouameni. Est¨¢ en al aire el futuro de Nacho, Ceballos y Asensio. A Lewandowski (34 a?os) le queda tan poco recorrido como a Benzema (35). Y Hazard, un fantasma en Valdebebas, el ¨²ltimo fichado con alfombra hollywoodiense, ya no tiene un pase. Pese al ¨²ltimo chasco con Mbapp¨¦, al Real, aun con el Bernab¨¦u 3.0 en volandas, se supone que le queda tesorer¨ªa para perfilar otro ciclo, levante o no la 15? -capaz ser¨ªa, pese a su bacheado tr¨¢nsito-. El Bar?a apenas cuenta con calderilla, calce o no un doblete dom¨¦stico que enjuague su f¨²tbol rampl¨®n.
Tras 24 jornadas en Espa?a, 26 en la Premier y la Ligue 1, 25 en la Serie A y 23 en la Bundesliga: Manchester City, Bayern y PSG -todos con 66 tantos-, Arsenal (59), N¨¢poles (58), M¨®naco (55) y Marsella (49) brindan m¨¢s que Bar?a (46) y Madrid (47). El gripado Liverpool ya suma 47, como el Dortmund, y el renqueante Tottenham, 46, los mismos que el Inter, el Leipzig y el Lille.
En la segunda escala espa?ola tampoco se ha dado un estir¨®n. El tercer m¨¢ximo goleador es el Atl¨¦tico (38), tan productivo en vanguardia como el encomiable Girona. Por m¨¢s que en el homenaje a Simeone el equipo se empachara a goles como no suele con el austero cholismo dominante. Y dos ilustres como el Sevilla y el Valencia se angustian en la zona siberiana de la clasificaci¨®n. Brotes de la Real y el Betis¡ Van y vienen el Athletic y el Villarreal. Al resto poco m¨¢s se le puede exigir, ni al fresco Rayo, al combativo Mallorca, al rebajado Celta, al pujante Osasuna, al indefinido Espanyol, a los resistentes C¨¢diz y Almer¨ªa o al guadiana Getafe. Al Elche, tan prematuramente fundido, le cabe su empe?o por no claudicar del todo.
En la ¨²ltima jornada cuatro partidos con 0-0. Como dir¨ªan los castizos, con cuatro bostezos: Real-C¨¢diz, Rayo-Athletic, Osasuna-Celta y Betis-Madrid. Almer¨ªa, Mallorca y Valencia tambi¨¦n de barbecho. Es decir, once equipos se quedaron mustios.
No hay apenas fosforescencia. Cuesta dar con el podio individual del campeonato, ni siquiera centellean los que aparcan de momento en el trono colectivo. La Liga, salvo excepcionales palancas, por fin est¨¢ regulada con mano firme en lo financiero, pero precisa m¨¢s f¨²tbol y menos bronca. El vac¨ªo de Messi y CR es infinito, ya no son tiempos de zidanes y los iniestas no florecen cada mes. La inmensa mayor¨ªa de los clubes, que no pueden abrirse paso en los grandes mercados, debieran poner mayor ¨¦nfasis en la formaci¨®n, la del barrio y la acad¨¦mica.
Pero hay otros actores que ayudar¨ªan a mejor el juego. En gran parte, en manos de los ¨¢rbitros est¨¢ que haya mayor fluidez y menos crispaci¨®n. Faltan ¨¢rbitros exfutbolistas, aunque fueran de patio de colegio. No todo es falta, no todo es tarjeta, no todo requiere una infinita monserga. Y claro, ayudar¨ªa sonrojar al futbolista trampa que tanto abunda. Los datos de Opta son tan elocuentes como inquietantes. La Liga no solo tiene el menor promedio goleador entre las cinco grandes (2,42 por partido). Lidera el ranking de amarillas (4,97), el de rojas (0,40 -?20 en la Premier por 97 en Espa?a!-, el de faltas (26,42 por encuentro) y con el mayor tiempo total de juego (98,15 minutos) resulta que es la de menor tiempo efectivo (53,62). Est¨¢ en juego la Liga. Y sobrevuela la Superliga.
Suficientes evidencias para el socorro. Y para releer al eterno Eduardo Galeano: ¡°Yo no soy m¨¢s que un mendigo de buen f¨²tbol. Voy por el mundo, sombrero en mano, y en los estadios suplico una linda jugadita por amor de Dios. Y cuando el buen f¨²tbol ocurre, agradezco el milagro sin que me importe un r¨¢bano cu¨¢l es el club o el pa¨ªs que me lo ofrece¡±.
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