El yin yang de Cortina: robar los muros de Flandes como los tres fant¨¢sticos
Juan Antonio Flecha le cuenta al ciclista asturiano la filosof¨ªa del surfista Gerry L¨®pez para aconsejarle c¨®mo asaltar el domingo el Tour de Flandes, el gran monumento del ciclismo salvaje
Mi¨¦rcoles, cuatro d¨ªas antes del Tour de Flandes. Se levanta un poco mal. Ha dormido mal. No necesita que el anillo Oura que registra todos los datos de su sue?o se lo diga. V¨®mitos. ¡°No, no son nervios. Debe de haber un virus por ah¨ª, algo que te deja un d¨ªa vomitando, y as¨ª toda la noche¡±, dice Iv¨¢n Garc¨ªa Cortina, quinto el viernes pasado en el GP E3 de Harelbeke, el gran aperitivo del d¨ªa grande en Flandes. Por delante, los tres fant¨¢sticos que lo ganan todo, Wout van Aert, Mathieu van der Poel y Tadej Pogacar, y tambi¨¦n, se supone, ganar¨¢n ma?ana. ¡°Juegan otra liga¡±.
Es la semana m¨¢s importante del a?o para muchos ciclistas y m¨¢s aficionados que peregrinan entre campos que empiezan a verdear junto a caminos rurales de piedra empinad¨ªsimos con nombres que quitan el hipo, Paterberg, Koppenberg, Quaremont, y colman los sue?os, y agitan banderitas amarillas con leones negros rugientes. Lo era para Juan Antonio Flecha, perito en piedras, el ¨²nico ciclista espa?ol que ha sido podio, peleando con Tom Boonen y Fabian Cancellara, los fant¨¢sticos de entonces, en la carrera que los aficionados de todo el mundo llaman De Ronde.
¡°Es normal que tenga nervios, es normal. Yo la semana antes, el lunes antes, ya estaba que no dorm¨ªa. Y dec¨ªa, ?c¨®mo, c¨®mo, pues? O sea, dec¨ªa, ?qui¨¦n me ha mandado a m¨ª a ser ciclista? Y era todo, o sea, ?por qu¨¦ estoy aqu¨ª? ?No? Dices, ?para qu¨¦? ?Para pasarlo mal? ?Por qu¨¦ yo por una carrera puedo estar una semana con estos nervios?¡±, dice Flecha, 15 a?os despu¨¦s de su apogeo flamenco. ¡°Y bueno, es un tema psicol¨®gico y yo escrib¨ªa, o sea, yo me acuerdo, al principio no, o sea, los primeros a?os no, pero cuando ya empec¨¦ a tener la responsabilidad, estaba una semana, o sea, estaba una semana que ya lo notaba. Y dec¨ªa, me cago en la leche, Flandes. Y yo qu¨¦ s¨¦, yo escrib¨ªa, o sea, yo cog¨ªa una libreta y me pon¨ªa a escribir y no paraba. Escrib¨ªa chorradas. O visualizaba, o dec¨ªa, bah, no, me convenc¨ªa, no s¨¦ d¨®nde quiero estar, o sea... Porque por dentro era tal la energ¨ªa que me crec¨ªa que ten¨ªa que salir por alg¨²n lado, ?no?¡± Ciclismo de salvajes.
Iv¨¢n Garc¨ªa Cortina, que quiere ser el Flecha de estos a?os, y habla con ¨¦l, y es su amigo, e intenta absorber su sabidur¨ªa, tiene una libreta que rellena y actualiza despu¨¦s de terminar cada Tour de Flandes que disputa, y a los 27 a?os ya ha corrido cinco, y relee lo que escribe y lo estudia antes de correr el siguiente, que ser¨¢ el sexto, el domingo 2 de abril. ¡°Cada carrera vamos ah¨ª apuntando y.¡ parece una tonter¨ªa, pero leer cada a?o esa misma carrera antes de correrla te da muchas pistas, de c¨®mo puede desarrollarse¡±, dice el ciclista asturiano del Movistar que en sus ¨²ltimas tres participaciones ha terminado sucesivamente 24?, 23?, y 22?. ¡°Anoto sobre todo las presiones y los desarrollos, si me equivoqu¨¦ o no, y despu¨¦s un poco el resumen de la carrera, d¨®nde eran los momentos clave, o si com¨ª demasiado poco la noche anterior o en carrera y me qued¨¦ vac¨ªo, pues... un poco todo y los momentos clave tambi¨¦n. Y ya sabes que para estar delante en un punto clave pues igual tienes que estar 20 kil¨®metros antes delante ya, porque si no, ya sabes que no vas a estar. Entonces es saber eso, d¨®nde hay que estar delante y luego mantener la posici¨®n. Aunque eso me cuesta trabajo tambi¨¦n, pero bueno...¡±
Ning¨²n espa?ol en activo tiene quiz¨¢s ni la experiencia ni el amor que derrocha el asturiano por la carrera de los 18 muros, los 273 kil¨®metros y seis tramos de pav¨¦s que los belgas llaman el Campeonato Mundial de Flandes y que los mejores ciclistas de mundo temen y desean, Flandes y el domingo siguiente la reina del pav¨¦s, la Par¨ªs-Roubaix del bosque de Arenberg y el Carrefour de l¡¯Arbre. ¡°El primer recuerdo que tengo es de cuando era juvenil y despu¨¦s de correr una carrera en Santander est¨¢bamos comiendo antes de volver a Asturias y pon¨ªan en la tele la Par¨ªs-Roubaix. Fue la que gan¨® Van Summeren [en 2011, los a?os de Flecha] despu¨¦s de estar escapado 60 kil¨®metros¡±, dice Cortina. ¡°Pero luego, mi amor creci¨®, sobre todo, por haber estado en el Klein Constantia, el equipo de j¨®venes del Quick Step, con el que corr¨ª, en 2016, muchas carreras en Flandes¡±.
Habla bastante con Flecha Cortina, la misma pasi¨®n, la misma mirada, y Flecha le examina, le da consejos, trucos, y le cuenta historias, leyendas que a ¨¦l le llegan al fondo, le conforman, y quiere transmitir. Le env¨ªa fotos de un croissant con pistachos para darle envidia y de un caf¨¦ de Londres llamado Panache, para explicarle c¨®mo son Tadej Pogacar, Wout van Aert o Mathieu van der Poel, los fant¨¢sticos de ahora, y c¨®mo tiene que ser ¨¦l, con ataques guiados por el desprecio al miedo, ataques locos, osados, lo que los comentaristas de la televisi¨®n francesa alaban gritando quelle panache!, seguramente en el segundo paso por el Viejo Quaremont, cuando empiezan los ¨²ltimos 60 kil¨®metros en un rinc¨®n de Flandes que en el mapa parece una lata de lombrices retorcidas, y llegan Paterberg y su canal¨®n, y Koppenberg, y los muros m¨¢s duros, y vuelta a empezar. Y le hace una videollamada en la que acaba hablando de surf, la otra pasi¨®n que les une, y Flecha lo practica en Haw¨¢i. ¡°Qu¨¦, c¨®mo est¨¢s, qu¨¦ tal, c¨®mo lo ves y tal. ?l ten¨ªa todo a punto en la libreta, y yo le dec¨ªa, vale, pero ?c¨®mo te ves, no?¡±, cuenta Flecha. ¡°Y me dec¨ªa, bueno, pues me veo justo detr¨¢s de los tres mejores, ?no? Le detect¨¦ un poco ciertas debilidades, y le dije, mira, esto yo lo har¨ªa as¨ª, no, tienes que estar aqu¨ª as¨ª, con ellos, y como s¨¦ que como buen asturiano le gusta el surf, le expliqu¨¦, le dije, dije, mira, hay una peli que se llama El Yin Yang de Gerry L¨®pez¡±
Gerry L¨®pez fue un surfista hawaiano que empez¨® a hacer surf en California y cuando volvi¨® a Haw¨¢i lleg¨® y domin¨® la Pipeline en la costa norte, la ola asesina. El yin yang es Gerry L¨®pez, yogui, zen y sangre. Paz en la orilla, tibur¨®n en las olas, con las que se funde, y pobre con el que se ponga en el medio, porque le salta, le roba la ola, y ya de viejo hace la pel¨ªcula y comienza pidiendo perd¨®n a todos a los que les salt¨®, les robo la ola. ¡°Saltar olas a otra gente es un poco como robar, y si robas lo suficiente, y yo rob¨¦ mucho, te haces un experto muy bueno¡±, dice en la pel¨ªcula L¨®pez recordando los a?os 70. ¡°El yoga era amor, comprensi¨®n. Mi poco armonioso comportamiento con los dem¨¢s surfistas se ve¨ªa compensado por mi b¨²squeda de armon¨ªa con las olas¡±.
Flecha le dice a Cortina que todos los fant¨¢sticos, Pogacar, Van Aert, Van der Poel son Gerry L¨®pez, y que ¨¦l tambi¨¦n tiene que serlo como tambi¨¦n lo fue ¨¦l ante Boonen o Cancellara, y que les tiene que saltar en los muros, robarles la posici¨®n, meter codos. Y Cortina quiere creerle, pero no llega. ¡°Pero Flecha entraba en esa liga, la liga de arriba, yo creo, ?no? Siempre estaba cerca del podio o de la victoria. Aunque no ganara mucho, estar ah¨ª ya era mucho, y yo no me veo como ¨¦l¡±, dice. ¡°Y no es cuesti¨®n de colocaci¨®n solo, es cuesti¨®n de piernas¡±. Y explica c¨®mo en el GP E3, en el muro en el que ataca Van der Poel y rompe todo, y solo le siguen Van Aert y Pogacar un poco m¨¢s tarde, justo en ese momento ¨¦l estaba intentando arrancar. ¡°Esos tres juegan en otra liga, juegan con nosotros. Cuando arrancan, si te fijas en la tele yo estaba intentando arrancar, quer¨ªa probar, anticiparme. Iba a tope, 700 vatios, y ellos me salen por el c¨®rner a triple velocidad...¡±, dice. ¡°C¨®mo puede ser. Menudos talentos¡±.
Flecha, que se las sabe todas, le responde, le recuerda lo que le dijo Frank Vandenbroucke, que llamaba al Tour de Flandes una carrera bastarda porque no siempre el que est¨¢ mejor, m¨¢s fuerte gana, igual no lo luce porque no se ha colocado bien¡ Y vuelven a empezar.
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