Elegir entre Messi y Guardiola
La gente corriente no tiene por norma el renunciar voluntariamente a la felicidad y locos, lo que se dice locos de manual, o de diccionario, suele haber muchos menos de los que a primera vista nos pueda parecer
Me pregunto qu¨¦ tipo de circunstancias personales pueden esconderse tras ese no rotundo al regreso de Messi que demasiados aficionados del Bar?a verbalizan estos d¨ªas sin pesta?ear, preferentemente en redes sociales, que es el entorno donde estos peque?os y peligrosos narcisistas acostumbran a mostrar su verdadera personalidad. A fin de cuentas, la gente corriente no tiene por norma el renunciar voluntariamente a la felicidad y locos, lo que se dice locos de manual, o de diccionario, suele haber muchos menos de los que a primera vista nos pueda parecer.
¡°Me llamo Patrick Bateman. Tengo veintisiete a?os. Me gusta cuidarme, sigo una dieta equilibrada y un programa de ejercicios riguroso. Por la ma?ana, si tengo la cara un poco hinchada, me pongo una mascarilla relajante mientras hago flexiones. Ahora llego hasta mil y, por cierto, espero que Leo no regrese al Bar?a este verano¡±, algo as¨ª. Deslizar que no somos perfectos o, simplemente, que tenemos nuestras rarezas (nuestros peque?os matices, como el protagonista de American Psycho) podr¨ªa ser la postura m¨¢s honesta cuando uno se apunta a la deriva de negar a Messi esgrimiendo razonamientos perfectamente est¨²pidos, por m¨¢s que Joaqu¨ªn Sabina hiciese con ellos canci¨®n: ?qu¨¦ hay de malo en querer volver al lugar donde has sido feliz? Espero que alguien repare en lo inconsistente del argumento y en lo imprudente de recibir consejos ¡ªsobre la felicidad, ni m¨¢s ni menos¡ª por parte de un afamado colchonero.
?Y elegir entre el regreso de Messi y el de Pep Guardiola? Pues suponiendo que tal cosa fuese posible ¡ªy aceptando que no hay manera humana ni divina de unirlos en sagrado matrimonio¡ª, la cosa se complica. Entonces s¨ª pondr¨ªamos en liza a la l¨®gica, que es la ¨²nica con gracia y potestad para romper los empates emocionales. A favor de Messi juegan los recuerdos m¨¢s recientes, como ese Mundial de Qatar en el que fue capaz de capitanear la locura fratricida de un pa¨ªs entero hasta el delirio final de levantar la copa en bata de casa. En contra del argentino, una edad que se acumula inexorable y pesar¨ªa en favor de Guardiola, que ya no viste de corto y se puede permitir el lujo de tirar los a?os de diez en diez a la basura, como este martes frente al Bayern. ¡°Emocionalmente estoy destrozado¡±, dijo nada m¨¢s terminar el partido. Lo cierto es que le pones un marco al televisor y te parece estar viendo el famoso retrato de Dorian Gray.
?Puede ocurrir que el fracaso les haya sentado de perlas a ambos? Puede ocurrir. Un gran poder conlleva una gran responsabilidad, como se dec¨ªa en Spiderman, y los dos grandes iconos de la historia reciente del Bar?a se ven obligados a convivir, cada cierto tiempo, con extra?os debates que intentan poner en duda, ya no su val¨ªa como profesionales, sino el hecho mismo de que uno haya cambiado el f¨²tbol para siempre y el otro lo ha dominado durante casi dos d¨¦cadas. ?Qu¨¦ se dir¨¢ de Messi cuando acepte vestir una camiseta por dinero, sin retos ni gloria? ?Y de Guardiola, si en un futuro m¨¢s o menos cercano ocupase el banquillo de la actual Roma? Asociar la palabra fracaso a los mismos protagonistas, jam¨¢s a quienes ejercieron como n¨¦mesis, nos pondr¨ªa sobre la pista del posible diagn¨®stico. Y para su tratamiento, nada como el m¨¦todo Bateman, protagonista de American Psycho: ¡°Deber¨ªas tomar m¨¢s litio o Coca-Cola Light. Un poco de cafe¨ªna podr¨ªa sacarte de esa depresi¨®n¡±.
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