I?aki Williams renace con sus goles para vencer a la Real
Un doblete del mayor de los hermanos a¨²pa a un Athletic que se arrima a Europa
Se habla mucho de los hermanos Williams en las ¨²ltimas semanas, y no es para menos. Al mayor, I?aki, que llevaba meses de sequ¨ªa, se le ha abierto el grifo de repente y ahora no para. Marc¨® ante Osasuna en la Copa, despu¨¦s en Cornell¨¢ para dar la victoria al Athletic y lo hizo por partida doble para sentenciar el derbi vasco, lleno de pasi¨®n como siempre, y que se lo llev¨® el equipo m¨¢s determinado a hacerlo. La Real no sali¨® tan convencida, pese a su mejor clasificaci¨®n liguera, y lo acab¨® pagando en el lugar que m¨¢s duele: San Mam¨¦s.
Solo falt¨® el barrillo de los a?os ochenta en un derbi con colmillo y sirimiri. Nadie esconde la pierna en el duelo entre Athletic y Real, aunque tampoco nadie la sac¨® a pasear m¨¢s de la cuenta. El equipo de Valverde, que pretende remontar hacia los puestos europeos, tom¨® la iniciativa desde el principio, con una presi¨®n que consegu¨ªa ahogar la salida realista. Remiro lanz¨® varios balones a la banda ante la imposibilidad de combinar en corto con sus centrales, y esa ferocidad local enardec¨ªa a la grada, que siempre pide intensidad, aunque a veces no reciba respuesta.
Con Vesga y Dani Garc¨ªa, descomunal, reba?ando balones antes de que la Real atravesara la divisoria, el Athletic jug¨® en campo donostiarra, aunque no se acerc¨® con peligro hasta el minuto 25, cuando en el en¨¦simo robo, Nico Williams, algo desplazado, recibi¨® para disparar. Remiro pudo desviar a c¨®rner. Tuvo trabajo el portero navarro, que a la media hora vol¨® para neutralizar el disparo desde fuera del ¨¢rea de I?aki.
Pero de esa jugada naci¨® el gol del Athletic en el saque de esquina posterior, que lanz¨® Nico, pein¨® Vesga y el mayor de los Williams, despu¨¦s de fallar el primer control, remat¨® a la segunda desde muy cerca, para jolgorio rojiblanco. Casi no hab¨ªa respondido hasta ese momento la Real, en la que Silva se multiplicaba para oxigenar su medio del campo. Con esa clase que le desborda, trataba de jugar a un toque, pero la defensa bilba¨ªna siempre encontraba ayuda en el eje para desactivar las llegadas de los txuriurdin.
Quiso Imanol cambiar el guion en la segunda parte. Retir¨® a Gorosabel, desbordado por los Williams, y tambi¨¦n a Brais, que empieza a padecer mal de altura y se desvanece all¨¢ donde brill¨® hace unos meses. Salieron a cambio el cumplidor Aritz y el chispeante Barrenetxea. El equipo donostiarra tuvo otro aire en el regreso, y cont¨® con una doble ocasi¨®n para empatar, pero Barrene y Kubo se encontraron, en la misma acci¨®n, con los brazos inabarcables de Unai Sim¨®n.
Tambi¨¦n movi¨® la banca Valverde para sosegar el juego con el marcador a favor, y aunque el Athletic se dej¨® querer en su campo, andaba al acecho para matar a la contra. Lo consigui¨® despu¨¦s de que Nico tocara el bal¨®n hacia Ra¨²l Garc¨ªa, que en una maniobra genial cruz¨® de izquierda a derecha, donde recibi¨® I?aki. Y, sin demasiado ¨¢ngulo, le peg¨® un zapatazo al bal¨®n que super¨® a Remiro. Otro remate y otro gol del mayor de los Williams, que ahora hace f¨¢cil lo que antes tanto le costaba.
No se acab¨® el partido con el marcador tan favorable para el Athletic, porque la Real se empe?¨® en no rendirse, aunque los bilba¨ªnos manejaban la situaci¨®n. S¨®lo con el reloj cerca del minuto 90 pudo estrechar el marcador un disparo de Cho que repeli¨® de nuevo Unai Sim¨®n, que en el descuento le regal¨® un bal¨®n en el saque a Barrenetxea, al que el disparo se le march¨® a la grada.
El Athletic fue el que mejor manej¨® todas las situaciones del partido; supo apretar cuando deb¨ªa, y aflojar en los momentos oportunos. Por eso se llev¨® un duelo apasionante. Supo controlar la pasi¨®n.
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