Para bien y para mal, la Champions
El tener la obligaci¨®n de conseguir algo nunca me ha parecido ni positivo ni estimulante, sino todo lo contrario. Si ¡®tienes que¡¯, mal empezamos. Y con el Manchester City pasa eso

Nadal tiene que ganar Roland Garros. Y Alcaraz tiene que ser su heredero. Messi tiene que volver al Bar?a. Pogacar tiene que brillar en el Tour de Francia. Un canterano tiene que triunfar en el primer equipo. Y el Manchester City de Guardiola tiene que ganar la Champions.
El tener que nunca me ha parecido ni positivo ni estimulante, sino todo lo contrario. Lo percibo como algo impuesto que tiene que ver m¨¢s con las expectativas que los dem¨¢s ponen en ti que en la propia realidad. Si tienes que, mal empezamos. Y con el Manchester City pasa eso.
Hace un mes, en la previa de la eliminatoria que les enfrentaba al RB Leipzig, Guardiola tuvo que responder a la en¨¦sima cuesti¨®n sobre si ganar o no el t¨ªtulo definir¨ªa su trabajo en el club ingl¨¦s. Porque a Guardiola se le pide ganar esta competici¨®n desde el d¨ªa que pis¨® M¨¢nchester por primera vez: ¡°En mi primer partido de Champions aqu¨ª me preguntaron si hab¨ªa venido para ganarla. Si entrenase al Real Madrid, que es algo que no va a suceder, entender¨ªa esa presi¨®n, pero por mucho que progresemos eso es algo que no cambiar¨¢¡±. Pep no tard¨® mucho en darse cuenta de que la opini¨®n p¨²blica pondr¨¢ nota a su etapa en el Etihad en funci¨®n de si es capaz de ganar o no la m¨¢xima competici¨®n continental. Para bien o para mal, la Champions lo marca todo.
La llegada de Haaland no ha hecho m¨¢s que acrecentar esa obligaci¨®n que muchos ponen sobre sus hombros. El noruego es la pieza que les faltaba. Ahora s¨ª, ?c¨®mo no van a ganar la Liga de Campeones? Con la cantidad de buenos jugadores que tiene. Con el dinero que se han gastado. Con lo bien que juegan. Como si el f¨²tbol fuesen n¨²meros y no sentimientos.
Como si se pudiese explicar con un atisbo de cordura el Madrid de las remontadas. O la gesta del Oporto de Mourinho en 2004 que les llev¨® a la cima del f¨²tbol europeo. O el 6-1 del Bar?a al PSG. O la Champions que le birl¨® el Liverpool a Ancelotti siendo entrenador del Milan. O el 90 y Ramos. Las haza?as no entienden de cl¨¢usulas ni l¨®gica ni siquiera de justicia divina, por mucho que nos empe?emos. Si buscas en Google cu¨¢ntas Champions ha ganado el Manchester City la cifra que sale es cero. Pero ni la raz¨®n ni el resultadismo entienden de obligaciones cuando suenan los acordes de esta competici¨®n.
Para m¨ª, el Manchester City es el favorito para ganar esta edici¨®n de la Liga de Campeones pero no tiene que. No cumplir con esas expectativas y esa obligaci¨®n conlleva a que muchos hablen de fracaso, decepci¨®n o frustraci¨®n. Quiz¨¢s esto sea porque no se pone en valor lo dif¨ªcil que es ganar este t¨ªtulo. El ejemplo m¨¢s cercano lo vemos con el Real Madrid, que despu¨¦s de ganar tres veces seguidas la competici¨®n hizo habitual lo excepcional.
El City tiene a Guardiola, a Haaland, a De Bruyne y un f¨²tbol por el que merece la pena pagar una entrada. Pero no tiene la Champions. Y a ellos se les aplica lo mismo que a las redes sociales. Si no lo publicas, no ha pasado. Si no triunfa, poco importa c¨®mo juegue. El 3-0 con el que viaja a M¨²nich deber¨ªa ser definitivo para llegar a la antesala de la final. Pero hemos quedado que la cordura aqu¨ª no tiene cabida.
Europa no entiende ni de entrenadores ni de jugadores ni de estilos. Entiende de momentos. Veremos si ha llegado el suyo.
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