Real Madrid Club de Nada
Pudiendo dejar que las cosas cayesen por su propio peso, como en la Champions, el club blanco opt¨® con el v¨ªdeo de respuesta a Laporta por una v¨ªa que apenas lo distingue de los dem¨¢s: la de hacer algo o, peor todav¨ªa, la de hacer mucho
¡°El Madrid te mata con nada¡±, se lament¨® Marc Cucurella nada m¨¢s terminar el partido. Y la nada result¨® ser una jugada cuasi perfecta, con el bal¨®n volando de un pie a otro mientras Cucu y sus compa?eros acompa?aban el desfile con la mirada llena de globos. Una jugada en la que intervinieron todos los futbolistas en liza del equipo blanco ¡ªThibaut Courtois no cuenta, es un astronauta¡ª y algunos m¨¢s que ya no estaban sobre el campo como Karim Benzema, Toni Kroos, Fernando Redondo y Rafael Mart¨ªn V¨¢zquez. La nada fue otro gol de Rodrygo entrando con parsimonia en el est¨®mago de la porter¨ªa, como hace mi primo cuando nos jugamos el honor al Pro Evolution Soccer y aprovecha la ocasi¨®n para chulearse delante de nuestras madres. En las ¨²ltimas 13 temporadas, la nada ha clasificado al Real Madrid para semifinales de la Liga de Campeones hasta en 11 ocasiones.
¡°Nada, hijo. No est¨¢n los tiempos para andar comprando nada¡±, sol¨ªa contestar do?a Carmen Polo cuando alg¨²n cobista del movimiento preguntaba si pensaba ofertar por alguna de las gargantillas o sinfonieres que tanto llamaban su atenci¨®n en aquellas visitas guiadas a joyer¨ªas y tiendas de antig¨¹edades. Era mujer austera, la esposa del dictador, pero no tanto como para no dejar constancia de los objetos que le llenaban el ojo en espera de futuras y prontas ofrendas por parte de los comerciantes. No eran pocos los que disfrutaban con aquel expolio selectivo de la madre del r¨¦gimen, de ah¨ª que agradecieran sus visitas como mejor les pareciera. La mayor¨ªa, sin embargo, apenas pod¨ªan resignarse, empaquetar el bot¨ªn con cierto esmero y trabajar el doble en los meses venideros para tratar de compensar, sin grandes dramas, aquel impuesto carmelino. Desde el revisionismo pueril y de trazo grueso aplicado por el Real Madrid esta misma semana, tambi¨¦n estos pobres desgraciados merecer¨ªan el calificativo de franquistas.
El v¨ªdeo fake difundido por el club blanco se atreve, sin ning¨²n rubor, a manosear la historia de un club secuestrado por la dictadura durante d¨¦cadas ¡ªm¨¢s tarde se secuestrar¨ªa ¨¦l solo¡ª y cuyo presidente hab¨ªa sido emboscado, detenido y fusilado por tropas golpistas durante la guerra. Pensar¨ªan sus dirigentes que se trataba de una respuesta proporcionada al exabrupto de Laporta, pero no lo es. O no deber¨ªa serlo bajo ninguna circunstancia. Por eso basta un breve repaso a las adhesiones recibidas para caer en la cuenta de que el v¨ªdeo provoc¨® un efecto contrario al pretendido: el aplauso un¨¢nime de la ultraderecha y el neofascismo. Pudiendo no hacer nada y dejar que las cosas cayesen por su propio peso, como en Londres, el club blanco opt¨® por una v¨ªa que apenas lo distingue de los dem¨¢s: la de hacer algo o, peor todav¨ªa, la de hacer mucho.
¡°Nada¡±, me aconsej¨® mi abuelo la tarde que me arroj¨® por la borda de su gamela mientras canturreaba Angelitos Negros, de Antonio Mach¨ªn. Era un madridista de los que ya quedan pocos, sospecho, tan seguro de sus afectos que ganaba casi todos sus duelos con apenas evitarlos, en especial los planteados por dos hijos que se hicieron del Bar?a por llevar la contraria y hacerse los interesantes. ¡°?Y t¨² consientes esto? ?No piensas decir nada?¡±, lo acosaban sus amigos en el bar cuando los otros elevaban el tono. Y entonces se miraba las u?as mi abuelo, machaba con un movimiento leve del carrillo y respond¨ªa con la ¨²nica palabra que siempre se ha necesitado para explicar al Real Madrid de manera definitiva: ¡°Nada¡±.
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