¡®Au revoir, monsieur Benzema¡¯

Saber c¨®mo y cu¨¢ndo irse de un lugar no es sencillo. Elegir el momento adecuado antes de que te inviten a salir suele convivir con la tentativa de alargar lo bueno un poco m¨¢s. No saber calibrar si es demasiado pronto o demasiado tarde lo puede estropear todo. Pero Benzema ha sabido cu¨¢ndo era el momento para despedirse del Real Madrid. Como quien hace una bomba de humo en una discoteca. Se ha ganado elegirlo y el dinero saud¨ª, irrechazable, tambi¨¦n ha ayudado en esa elecci¨®n.

Aunque esta no ha sido su mejor temporada, a Karim se le recordar¨¢ por las cinco Champions, los 25 t¨ªtulos en 14 temporadas, por ser el segundo m¨¢ximo goleador de la historia del club y por haber formado parte de un equipo que ha marcado una ¨¦poca. Todo es fruto de una relaci¨®n duradera que, como todas, ha tenido sus altibajos. Su inicio en el Madrid no fue una balsa de aceite. Lleg¨® rodeado de las dudas de quienes no le ve¨ªan el nivel suficiente. Esos interrogantes se acabaron convirtiendo en cr¨ªticas por su rendimiento. El gato no fue un apodo cari?oso, sino m¨¢s bien de mofa. Con los a?os, el felino se convirti¨® en le¨®n.

El Real Madrid, y sobre todo, su presidente, le han mostrado su amor durante todos estos a?os. Incluso cuando ni el f¨ªsico ni la punter¨ªa le acompa?aban. Con los a?os madur¨® y nadie le podr¨¢ negar nunca que supo estar siempre en el lugar en el que le tocaba estar. El amor se declara de muchas formas. No hay un manual qu¨¦ diga cu¨¢l es la forma correcta, ni cu¨¢l es la mejor. Y su amor al club blanco, que le llam¨® cuando s¨®lo ten¨ªa 21 a?os, lo expres¨® sabiendo adaptarse a cada momento.

Fue un actor de reparto y aguard¨® a la sombra de Cristiano, quiz¨¢s por timidez, hasta que el portugu¨¦s enfil¨® la puerta de salida. Dio un paso al frente cuando todo el mundo esperaba a Bale. El franc¨¦s se erigi¨® como el 9 del Madrid, un papel nada f¨¢cil y muchas veces ingrato. Pas¨® a ser actor principal, aunque con un car¨¢cter distinto del de los delanteros convencionales.

Cuando uno se va de una relaci¨®n puede hacerlo de dos formas: dej¨¢ndolo todo como un elefante en una cacharrer¨ªa o con la elegancia con la que lo ha hecho el galo. Se va de la misma forma en que ha vivido las ¨²ltimas 14 temporadas: discreto, manteniendo un perfil bajo y sin estridencias.

Su despedida ha sido una alegor¨ªa de su paso por la Casa Blanca. Sobre el c¨¦sped fue un adi¨®s fr¨ªo, carente de emotividad, quiz¨¢s por la sorpresa de haber conocido la noticia de su salida esa misma ma?ana. O tal vez fue por el momento. En este caso, Ancelotti no supo encontrar el adecuado. El cambio lleg¨® demasiado pronto, justo despu¨¦s de marcar su ¨²ltimo gol en el Bernab¨¦u. Su salida del verde qued¨® deslucida, como si no fuese un adi¨®s, sino un hasta la vuelta de las vacaciones.

A nivel institucional, el adi¨®s fue junto a Florentino P¨¦rez y con los 25 t¨ªtulos ganados. Un discurso de tres minutos, y ni una l¨¢grima, ha sido todo lo que hemos visto de ¨¦l. Un final muy a la francesa. Como decir adi¨®s sin despedirse. Porque una retirada a tiempo es una victoria. Au revoir, monsieur Benzema.

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