Mendilibar: el triunfo de lo simple
El t¨¦cnico ha demostrado ser mucho m¨¢s que un salvador: recogi¨® a un equipo sin alma que hab¨ªa olvidado lo sencillo que a veces puede ser el f¨²tbol y ahora, pocas semanas despu¨¦s, el Sevilla parece otro
M¨¢s de 2.200 km separan Zald¨ªvar de Budapest. Y m¨¢s de 90 minutos separan a Jos¨¦ Luis Mendilibar de la gloria. Su primer t¨ªtulo europeo aguarda en el Puskas Arena. Cuando el Sevilla anunci¨® su llegada hace poco m¨¢s de dos meses lo hizo con la idea de haber fichado a un salvador. Un entrenador que sab¨ªa moverse en el barro y que era experto en situaciones complicadas. No le faltaba raz¨®n. Aunque Mendi ha demostrado ser mucho m¨¢s que eso. Recogi¨® a un equipo sin alma ni identidad, a s¨®lo dos puntos de la quema y a un grupo de jugadores que hab¨ªa olvidado lo sencillo que a veces puede ser el f¨²tbol.
Ahora, pocas semanas despu¨¦s, el Sevilla parece otro. Un equipo reconocible, con jugadores que vuelven a sentir el esp¨ªritu de Nervi¨®n y sobre todo, el esp¨ªritu de la Europa League. Y todo lo consigui¨® un t¨¦cnico que les record¨® el ABC del f¨²tbol. As¨ª es su f¨®rmula, sin estridencias, sin tonter¨ªas, simplemente con la naturalidad que le caracteriza.
Mendilibar es un t¨¦cnico de la vieja escuela que cuando carga la escopeta sabes que te has metido en un l¨ªo. Un tipo ca?ero donde los haya, ni amigo del VAR ni de los trajes, pero que cae bien, por su sencillez, por su sinceridad al hablar. Dice lo que piensa y piensa lo que siente. En la sala de prensa es una bendici¨®n para los periodistas.
No es buen negociador de la intensidad, el esfuerzo y el trabajo. Es m¨¢s, esas tres caracter¨ªsticas le han llevado donde est¨¢. Eso lo tienen claro todos los jugadores que pasan por sus equipos: Lanzarote, Eibar, Athletic Club, Real Valladolid, Osasuna, Levante, Alav¨¦s y, finalmente, Sevilla.
A sus 62 a?os, Mendilibar lo es todo, padre y profesor. En una ¨¦poca en la que los jugadores se ti?en el pelo de rosa y llevan toda la piel tatuada, ¨¦l propaga sin saberlo el odio eterno al f¨²tbol moderno. Hasta el propio Pepe Castro reconoci¨® que los futbolistas no entend¨ªan lo que quer¨ªa Sampaoli: ¡°Que los jugadores jueguen cada uno en su posici¨®n y que se hagan cosas l¨®gicas. En el f¨²tbol todo est¨¢ inventado, hay cosas que se pueden mejorar, pero hay cosas que son tan l¨®gicas que hay que hacer lo normal¡±. As¨ª es Mendi, un entrenador normal que est¨¢ consiguiendo algo extraordinario.
Tendemos a creer que los t¨ªtulos dicen muchas cosas. Y as¨ª es. Ahora s¨®lo falta que nos pongamos de acuerdo con lo que entendemos por un t¨ªtulo. Porque lo que ha conseguido el t¨¦cnico vasco en poco m¨¢s de dos meses en Sevilla bien podr¨ªa equivaler a uno.
Nadie quiere a la Europa League como la quiere el Sevilla. Nadie la cuida tanto, ni la mima con m¨¢s cari?o. Nadie la mira como ¨¦l y, aunque enfrente est¨¦ el rey de las finales, el autodenominado The Special One, el Sevilla no se cansa de acariciarla.
Llegados a este punto, no podemos obviar el elefante que hay en la habitaci¨®n. Pase lo que pase esta noche, Mendi se ha ganado a mucha gente que no confiaba en este ¡°tontolaba¡±, como dijo ¨¦l mismo. Pero su renovaci¨®n con el Sevilla parece ir supeditada al t¨ªtulo que esta noche est¨¢ en juego. Para m¨ª, ya se la ha ganado con creces, independientemente del resultado en la final. La victoria dice muchas cosas, pero seguramente la derrota dice mucho m¨¢s. Ojal¨¢ el Sevilla escriba otra p¨¢gina en su idilio con esta competici¨®n, pero, de no ser as¨ª, el t¨¦cnico ya ha ganado.
El triunfo de lo simple. Eso es Jos¨¦ Luis Mendilibar.
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