Jamal Murray: el socio ideal de Nikola Jokic
El hist¨®rico primer t¨ªtulo de la NBA de los Denver Nuggets no solo ser¨¢ recordado por el genio inmortal que lo comanda, tambi¨¦n por el mejor complemento posible para su impacto
¡°Me vais a traspasar, ?verdad?¡±. Michael Malone, t¨¦cnico de los Nuggets, recordar¨¢ aquellas palabras toda la vida. Jamal Murray (Ontario, Canad¨¢, 26 a?os), quien las pronunci¨®, apenas pod¨ªa contener las l¨¢grimas durante aquel trayecto de autob¨²s en el que, camino del aeropuerto para volver a Denver, imaginaba su trayectoria deportiva desmoronarse. Era un 13 de abril de 2021. La noche anterior Murray hab¨ªa sufrido, en cancha de los Golden State Warriors, una grave lesi¨®n en el ligamento cruzado de su rodilla izquierda. Tem¨ªa que, en sus circunstancias, el proyecto prescindiese de ¨¦l.
¡°Le abrac¨¦¡±, reconoc¨ªa Malone hace unas semanas. Antes de ser tajante. ¡°Eres nuestro jugador, te queremos y te ayudaremos no solo a volver, sino a hacerlo siendo incluso mejor¡±, le replic¨®, aplacando toda duda interna de un hombre que, hasta entonces, parec¨ªa no concebirlas. Un hombre que un a?o y medio m¨¢s tarde, a mediados de octubre de 2022, volver¨ªa a competir. Y que hoy, solo unos meses despu¨¦s de ese retorno, es campe¨®n de la NBA con sus Denver Nuggets, que han obtenido el primer campeonato de su historia.
Aquella ser¨ªa la ¨²nica ocasi¨®n en la que el base dejar¨ªa de lado su mentalidad de hierro, asomando fragilidad. Porque su car¨¢cter siempre result¨®, de hecho, casi ingobernable en cuanto al esfuerzo. Tim Connelly, el hombre que le eligi¨® en el draft (2016) y principal ejecutivo de los Nuggets hasta el a?o pasado, llegar¨ªa a reconocer que hubo un momento en el que nadie en la franquicia pod¨ªa evitar que Jamal entrenase (de m¨¢s) por su cuenta. ¡°Parar solo por estar cansado es algo que no acepto¡±, les dec¨ªa el jugador, una y otra vez. Dieron su caso por imposible.
Murray no es sino el reflejo que su padre, Roger, tuvo del aura de Bruce Lee, figura que le hechiz¨® de por vida. El mito, para ¨¦l, se alejaba de las artes marciales hasta convertirse en una influencia masiva sobre el modo en el que afrontar cada experiencia o desaf¨ªo vital. ¡°Le ve¨ªa como un superhombre, por su aproximaci¨®n mental y compromiso para lograr sus objetivos¡±, reconocer¨ªa. Y bajo aquel embrujo de disciplina y ruptura de l¨ªmites educ¨® a su hijo.
A los siete a?os, Jamal ya ten¨ªa que anotar treinta tiros libres seguidos antes de finalizar su entrenamiento. Cada fallo, por supuesto, reiniciaba la cuenta. El ejercicio trabajaba no solo la t¨¦cnica sino, sobre todo, la resistencia mental, la lucha contra la frustraci¨®n. Ya de ni?o, antes que tel¨¦fono m¨®vil o videojuegos Jamal experimentaba la meditaci¨®n, pr¨¢ctica que hoy domina cual maestro.
Los entrenamientos de Roger para su hijo pon¨ªan sobre la mesa el dilema moral de d¨®nde deb¨ªa ponerse el l¨ªmite. Uno que, en su caso, directamente no exist¨ªa. Sesiones de tiro en condiciones de nieve y viento, ascenso de colinas corriendo hacia atr¨¢s, dominadas en casi cualquier sitio posible, sentadillas con una taza de caf¨¦ sobre el cu¨¢driceps ¨Cpara no derramar una sola gota¨C o manejo de bal¨®n sobre el hielo. Porque el invierno, en Canad¨¢, es duro. Pero la disciplina de Jamal era (y es) de titanio.
As¨ª crecer¨ªa un joven que interioriz¨® esos h¨¢bitos, el sacrificio absoluto como forma de vida, hasta el punto de la incredulidad permanente en quienes le trataban. En una ocasi¨®n Rowan Barrett, ejecutivo de la Federaci¨®n de Canad¨¢, le prohibi¨® hacer sesiones extra durante una concentraci¨®n, por temor a que sufriese alguna lesi¨®n. Como medida disuasoria, le confisc¨® todos sus pares de zapatillas. Al d¨ªa siguiente le contar¨ªan que Jamal fue visto, por la noche, entrenando descalzo.
No es complejo imaginar que, para alguien as¨ª, permanecer dieciocho meses sin competir resultase la peor de las torturas. Pero el regreso de Jamal super¨®, como vaticinar¨ªa su t¨¦cnico, cualquier expectativa. Como perfecto escudero del genio, Nikola Jokic, elegido MVP de las Finales de la NBA, Murray ha estado sobresaliente. Consagr¨¢ndose como uno de los mejores jugadores de per¨ªmetro del mundo.
Tras promediar m¨¢s de 32 puntos por partido en las Finales de Conferencia ante los Lakers, Murray despleg¨® ante Miami su versi¨®n m¨¢s creativa, en la direcci¨®n, llegando al punto m¨¢s ¨¢lgido en el clave cuarto encuentro de las Finales ante los Heat, disputado en Florida, donde reparti¨® 12 asistencias sin perder un solo bal¨®n, la tercera cifra m¨¢s alta de pases de canasta sin error, en un encuentro de la serie por el t¨ªtulo, desde que hay registro (1978). Y respondiendo, de paso, al reto de ejercer como l¨ªder sin Jokic, cargado de faltas personales en el tramo decisivo del duelo.
Su nexo con el serbio es celestial y, traducido en su pick&roll, una jugada de culto. Seg¨²n recordaba el analista Michael Pina, ninguna otra pareja ha ejecutado tantas veces esa acci¨®n, durante los Playoffs, en el ¨²ltimo lustro. M¨¢s de un millar. Un dato a¨²n m¨¢s asombroso considerando que Murray y Jokic solo han coincidido en tres de esos cinco a?os. Este curso, el citado d¨²o ha generado 1,26 puntos por posesi¨®n en esas acciones, un dato muy por encima del equivalente al mejor ataque de la historia de la NBA. Es una acci¨®n que, ejecutada por ellos, no conoce remedio.
¡°Es muy duro cuando los dos jugadores de un equipo se complementan de forma tan perfecta¡±, apuntaba Erik Spoelstra, t¨¦cnico de los Heat, durante la eliminatoria. Un exjugador de ¨¦lite como Tracy McGrady calificar¨ªa esa acci¨®n, la de 2x2 entre ambos, como la mejor del baloncesto moderno.
Un portento t¨¦cnico ajeno a la presi¨®n
En su d¨ªa Murray confesaba, a la periodista Jackie MacMullan, que junto a Jokic ¡°lo mejor es que ni nosotros sabemos qu¨¦ va a pasar¡±, aludiendo a la imprevisibilidad del t¨¢ndem, quiz¨¢s la m¨¢s potente de sus virtudes. Porque al lado de Jokic, un cerebro supers¨®nico, Denver encontr¨® el mejor complemento posible: un portento t¨¦cnico ajeno a toda presi¨®n.
¡°Vive para esos momentos. Disfruta en ellos¡±, apuntaba Malone, su ¨²nico t¨¦cnico durante su carrera NBA. Durante esa trayectoria, de hecho, Murray eleva su promedio anotador m¨¢s de ocho puntos en las eliminatorias (25,2) con respecto a lo visto en fase regular, la diferencia m¨¢s alta de la historia para jugadores con al menos 30 encuentros de Playoffs.
Animal competitivo como pocos, Murray entendi¨® pronto que, pese a su formaci¨®n como alfa, como perfil ind¨®mito sin l¨ªmite alguno, coexistir junto a Jokic y en el majestuoso entramado colectivo de los Nuggets le reservar¨ªa ese hueco en la gloria para el que tanto ha trabajado. Uno, adem¨¢s, preferencial. El de mejor socio imaginable para el jugador m¨¢s valioso del planeta.
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