L¨¦on Marchand bate el r¨¦cord mundial m¨¢s inaccesible de Michael Phelps

L¨¦on Marchand viaj¨® al reino perdido de Michael Phelps, mat¨® al drag¨®n y regres¨® con sus colmillos hilados como cuentas alrededor del cuello cuando este domingo en el Mundial de Fukuoka bati¨® el r¨¦cord mundial m¨¢s resistente de la historia de la nataci¨®n en la final de los 400 metros de estilos combinados. El propio Phelps, que hab¨ªa ostentado la plusmarca desde 2002, le rindi¨® homenaje llev¨¢ndole el oro hasta el podio y alzando su brazo en reconocimiento de la gesta. Marchand, p¨¢lido y pasmado de tanta felicidad, acababa de recortar la marca de 4m 3,84s a 4m 2,50s. La Marsellesa nunca son¨® m¨¢s prepotente.

El 15 de agosto de 2002, en Fort Lauderdale, Florida, Phelps cre¨® un universo propio. Un ecosistema s¨®lo apto para su supervivencia. Ese d¨ªa, el nadador estadounidense comenz¨® a batir el r¨¦cord mundial de los 400 metros estilos hasta llevarlos a una frontera aparentemente inaccesible para seres humanos que no estuvieran provistos de un car¨¢cter feroz, dos metros de altura y dos metros de envergadura, entre otras caracter¨ªsticas biol¨®gicas dif¨ªciles de reunir en un solo organismo. Cuando en los Juegos de 2008 estableci¨® su ¨²ltimo r¨¦cord en la especialidad equivalente al decatl¨®n acu¨¢tico (4 minutos 3 segundos 84 cent¨¦simas) las condiciones de la prueba se hicieron insoportables para el resto de los nadadores en busca del l¨ªmite. El sucesor parec¨ªa imposible de localizar. Lo encontr¨® Bob Bowman.

Bowman, que hab¨ªa entrenado a Phelps durante toda su carrera, viv¨ªa tranquilo a cargo del equipo de nataci¨®n de la Universidad de Arizona, en las afueras de Phoenix. Pocos rincones resultaban m¨¢s inh¨®spitos en el concierto de la nataci¨®n universitaria estadounidense que aquella piscina en medio del desierto. Los saguaros, los cactus gigantes, coronaban las colinas que rodeaban Tempe, sede de la universidad, y daban relieve monumental al paisaje de Paradise Valley, el barrio de mansiones en el que se hab¨ªa instalado el propio Phelps con su familia tras dejar la m¨¢xima competici¨®n. El equipo de la universidad prosperaba lentamente y Bowman buscaba emociones fuertes cuando en 2021 detect¨® un talento inquietante en Toulouse: un bracista descomunal capaz de nadar muy bien la mariposa. Un h¨ªbrido. Un caso raro. Era Marchand, que acept¨® la invitaci¨®n y emprendi¨® la mudanza.

Marchand, que tiene una estatura de 1,83, por debajo de la media del concurso, pose¨ªa cualidades poco aparentes pero explosivas. Llevaba un a?o instalado en Arizona cuando se consagr¨® como doble campe¨®n mundial de 200 y 400 metros estilos en Budapest. Este domingo en Fukuoka super¨® todas las previsiones. Espoleado por el formidable Carson Foster, el mismo adversario que lo empuj¨® hacia el oro en el Mundial de 2022, el franc¨¦s experiment¨® una de las transformaciones m¨¢s dif¨ªciles que se recuerdan: el virtuoso de la braza no se limit¨® a perfeccionar la mariposa, sino que la elev¨® a la categor¨ªa de arte.

Ah¨ª donde Phelps sobresal¨ªa provisto de unas piernas relativamente cortas que le permit¨ªan ahorrar energ¨ªa en el primer 100, el franc¨¦s se las ingeni¨® para desplazarse m¨¢s r¨¢pido afinando la t¨¦cnica del nado subacu¨¢tico en la salida y los virajes, otro de los segmentos de la prueba en los que su predecesor logr¨® avances ins¨®litos. ¡°Tengo que emplear el primer parcial de 100 metros mariposa para comenzar la prueba relajado, ahorrando energ¨ªa¡±, dijo en L¡¯Equipe, antes de volar a Fukuoka. ¡°La clave ser¨¢ el primer viraje, en donde s¨ª tengo que empujar fuerte la pared para comenzar a acelerar y ganar tiempo a los dem¨¢s¡±.

¡°Michael estaba muy impresionado¡±

Marchand lider¨® la carrera de punta a punta a lo largo de la secuencia mariposa, espalda, braza y libre. Hostigado de cerca Foster, nad¨® los primeros 50 metros en 25,77 segundos, apenas una cent¨¦sima por debajo de su marca en Budapest y cuatro cent¨¦simas m¨¢s lento que Phelps en 2008. Pero al voltear, se empuj¨® con las piernas y sali¨® disparado. Sus 15 metros de nado subacu¨¢tico le elevaron m¨¢s all¨¢ del universo de Phelps en el que hab¨ªa sido uno de sus terrenos favoritos. Cuando rompi¨® la superficie iba lanzado. Como impulsado por un resorte, cubri¨® su segundo largo de mariposa en 28,89s, un segundo m¨¢s r¨¢pido que en Budapest y medio segundo m¨¢s r¨¢pido que Phelps en los Juegos de Pek¨ªn.

Marchand mejor¨® su nado de espalda para recortar otro segundo, mantuvo la excelencia en la braza, y remat¨® el 100 libre, su estilo m¨¢s d¨¦bil, con una liger¨ªsima mejora camino de la ¨²ltima pared y de un podio en el que le esperaba su vecino en Phoenix. ¡°Michael¡±, confes¨® Marchand, tras la ceremonia; ¡°me ha dicho que estaba muy impresionado. Y que conoce un truco que me ayudar¨¢ a mejorar mi transici¨®n de braza a libre para ir m¨¢s r¨¢pido todav¨ªa¡±.

El r¨¦cord le coloca en la mejor y en la peor de las posiciones. ¡°Tendr¨¦ que trabajar mucho mentalmente¡±, dice. Tiene 21 a?os y los Juegos de Par¨ªs le esperan para encumbrarle con la gloria debida al h¨¦roe nacional o aplastarle bajo la presi¨®n.

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