El rally Dakar asiste a un aut¨¦ntico ¡®thriller¡¯ entre Sainz y Loeb
Los dos candidatos a la victoria en coches protagonizan un bonito duelo en la v¨ªspera de la etapa decisiva del rally, con el franc¨¦s acerc¨¢ndose a 13 minutos del espa?ol en la general
Cuando dos pilotos se juegan de t¨² a t¨² el rally Dakar, el ritmo que imprimen sobre el terreno resulta diferencial a simple vista. Los giros son m¨¢s violentos, la polvareda mucho m¨¢s densa. La sensaci¨®n sobre la arena es de gas a fondo, infinitamente superior a la de los dem¨¢s en ese mismo punto de paso. S¨¦bastien Loeb ya avis¨® que su t¨¢ctica ser¨ªa pisar lo m¨¢ximo posible el acelerador, y Carlos Sainz no se qued¨® corto para salvar una d¨¦cima etapa que por momentos se le complic¨® bastante. El ¡®thriller¡¯ entre excompa?eros de equipo, amigos y leyendas de los rallies vivi¨® otro episodio del serial en una especial de 371 kil¨®metros con salida y meta en los preciosos ca?ones de Al Ula, un escenario tan dram¨¢tico como el desenlace de la 46? edici¨®n de la prueba reina del rally-raid.
Guerlain Chicherit se llev¨® la etapa con un tiempo de 3h19m27s, pero fue el duelo a cuchillo entre Sainz y Loeb el que mantuvo en vilo a todo el vivac. Ambos llegaron lejos del ganador, el primero 22? a 24m48s y el segundo 17? a 17m17s, despu¨¦s de sufrir reveses que ni pintados para un guion de Hollywood. La distancia entre ambos ahora es de 13m22s a favor del espa?ol.
El suspense arranc¨® incluso antes del inicio de la etapa, cuando el franc¨¦s tuvo que parar en mitad del enlace por carretera hasta el comienzo de la especial por un problema hidr¨¢ulico en su Prodrive. Solvent¨® la papeleta a tiempo y lleg¨® al control de salida tan solo cinco minutos antes del horario establecido. Luego, fue tambi¨¦n ¨¦l el primero en pinchar durante la etapa y ceder tiempo en la general. El nueve veces campe¨®n del mundo de WRC se quej¨® en la l¨ªnea de meta del gato hidr¨¢ulico de su veh¨ªculo, que se estrope¨® en el peor de los momentos. ¡°Sufrimos dos pinchazos y hemos tenido que subir a unas piedras para poder cambiar la rueda de atr¨¢s, habremos perdido m¨¢s de 15 minutos en ello¡±, lament¨®. Entre las desgracias de su jornada, tampoco le quedaba bater¨ªa a su pistola para acelerar el proceso del cambio.
El Audi del espa?ol, sin embargo, tuvo tambi¨¦n sus problemas, y tres pinchazos torcieron el relato en su contra cuando todo remaba a su favor. En un abrir y cerrar de ojos, Sainz sinti¨® de nuevo el aliento de su perseguidor, que lleg¨® a colocarse a tan solo cuatro minutos en la general a mitad de etapa. La mala suerte, en esta ocasi¨®n, no se ceb¨® contra el madrile?o, que adem¨¢s dio el susto al desaparecer del mapa en el tramo inicial por un fallo de funcionamiento de su GPS. La ayuda de su compa?ero Mattias Ekstr?m, que le cedi¨® dos ruedas para minimizar da?os, fue esencial. Tambi¨¦n le alcanz¨® para arrimar el hombro St¨¦phane Peterhansel. ¡°Sin esas dos ruedas, Carlos deber¨ªa haber esperado al cami¨®n de asistencia, es bueno sin duda tener a los tres veh¨ªculos en carrera¡±, subray¨® ¡®Monsieur Dakar¡¯. Ese hipot¨¦tico hubiera sido su sentencia.
El resto lo puso el madrile?o para salvar los muebles y llegar con la ventaja t¨¢ctica y temporal a la pen¨²ltima y decisiva etapa del rally. ¡°Ha sido una etapa de much¨ªsimas piedras, mucho m¨¢s de lo que esper¨¢bamos. Hemos visto que hemos adelantado a Loeb y yo iba despacio, sin tomar ning¨²n tipo de riesgo, y aun as¨ª hemos pinchado tres veces... ?Es que no sabes qu¨¦ hacer! Yendo despacio, pinchas; vas r¨¢pido y pinchas igual¡±, comentaba el madrile?o, frustrado y enrabietado con Romain Dumas, a quien fue a buscar tras cruzar la l¨ªnea de meta por no haberle dejado pasar durante un buen rato cuando claramente imprim¨ªa un ritmo superior sobre la trazada.
Las piedras preocupan a los competidores
La respuesta de Sainz en el tramo final este mi¨¦rcoles fue demoledora, una defensa f¨¦rrea de su liderato que le permiti¨® recuperar siete minutos en apenas 40 kil¨®metros para mitigar las ganancias de Loeb. ¡°Esperaba perder m¨¢s tiempo, hubo un momento que perd¨ªamos como 16 minutos¡±, constataba. ¡°Al final de la etapa hemos ido bien, atacando, a pesar del polvo¡±. Ahora, el franc¨¦s acecha a poco m¨¢s de 13 minutos cuando llega una de las jornadas m¨¢s se?aladas de la edici¨®n de 2024. La und¨¦cima especial, un calco inverso a la segunda etapa del a?o pasado, que arruin¨® la carrera por el exceso de pinchazos a un mont¨®n de favoritos, ser¨¢ el escenario previo a la meta definitiva del rally en Yanbu. En aquel escenario perdi¨® Loeb toda opci¨®n de competir por el Touareg, mientras que Sainz tambi¨¦n las pas¨® canutas, pero salv¨® entonces su liderato sobre Nasser Al-Attiyah, a la postre ganador de la anterior edici¨®n. La organizaci¨®n prev¨¦ algunos cambios de ¨²ltima hora que reducir¨¢n el recorrido de 480 a 420 kil¨®metros. Salir tan atr¨¢s, reconoci¨® el espa?ol, puede ser muy positivo ante la escabechina que se espera. Loeb tambi¨¦n har¨¢ lo mismo, as¨ª que no habr¨¢ ventaja en este sentido m¨¢s all¨¢ de la ausencia de compa?eros para el aspirante franc¨¦s.
Todo ello prev¨¦ un desenlace espectacular, con los fuegos artificiales preparados ya en el afilado pedregal y David Castera, director de la prueba, frot¨¢ndose las manos con la expectativas generadas. Sven Quandt, jefe del proyecto de Audi, que busca su primera y ¨²ltima corona tras solo tres a?os de proyecto, defini¨® estos d¨ªas el recorrido del jueves como una aut¨¦ntica loter¨ªa, y en el Dakar solo se reparte un ¡®Gordo¡¯. Sainz espera llev¨¢rselo por cuarta vez en su trayectoria, mientras que Loeb aspira a su primer entorchado en el ¡®rally de rallies¡¯ despu¨¦s de ocho intentonas. El espect¨¢culo est¨¢ servido cuando quedan dos etapas.
Ricky Brabec, en motos, gan¨® la s¨¦ptima etapa de diez posibles para Honda tras otra exhibici¨®n de trabajo en equipo de la f¨¢brica japonesa, que aspira a colocar a tres de sus pilotos en el podio. El estadounidense es m¨¢s l¨ªder y cuenta con un colch¨®n de 10 minutos sobre Ross Branch (Hero), perseguido de cerca por Adrien Van Beveren y Nacho Cornejo en aras del triplete de la marca del ala dorada.
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