Diego Pescador, la nueva perla del ciclismo colombiano, dispuesto a lanzar su ca?a

Como obligada a la fantas¨ªa y el ensue?o por su paisaje, la escasez de ox¨ªgeno en la alturas de los p¨¢ramos andinos y el sol que pica duro en la tierra fr¨ªa de Boyac¨¢, y pese a la rigidez militar de su organizaci¨®n, el pelot¨®n del Tour Colombia acoge alegre a ciclistas como ?scar Sevilla, 47 a?os y sumando, m¨¢s colombiano que albacete?o ya, que llega a las salidas, m¨¢s color y magia, en una chiva (medio de transporte colectivo con grandes ruedas, casi de tractor, capaces de superar pendientes imposibles sobre firmes irregulares) tra¨ªda desde Medell¨ªn, y luego se fuga, o como Alejandro Ga¨ªnza, que es de Tarifa y corre en un equipo marroqu¨ª, jugaba al tenis de mesa de peque?o y descubre mundo y da peso a sus sue?os de ciclista en carreras como la Vuelta a Mauritania, rectas interminables en el desierto azotadas siempre por el viento, que para ¨¦l, tarife?o, es un viejo amigo que le habla al o¨ªdo, y los abanicos.

Son el cupo ex¨®tico, que completar¨ªa feliz Alejandro Valverde, quien acompa?a a sus Movistar en la aventura colombiana y, incapaz de quedarse quieto, saca su bici y sale a correr un par de minutos despu¨¦s del pelot¨®n por la misma carretera. Dice Nairo que en el autob¨²s, en el hotel, Valverde, una especie de coach, es la voz que habla en el o¨ªdo, y al murciano, de 44 a?os, le parece que cada vez le cuesta menos no pensar en seguir siendo ciclista, que cada vez tiene menos monos, pero un d¨ªa le dice Ur¨¢n que por qu¨¦ no se pone un dorsal y corre en lugar de su compa?ero Andrey Amador, que debi¨® irse a casa, y Valverde tarda unos segundos en darse cuenta de que no va en seio. Tanto le habr¨ªa gustado.

Los bichos raros salpimentan una carrera que los ciclistas colombianos se toman muy en serio.

Est¨¢ Harold Tejada, de 27 a?os, ciclista de la generaci¨®n perdida, que corre en el Astana, donde lleg¨® de la mano de Superman L¨®pez y Vicente Belda, y gana la etapa en Santa Rosa Viterbo, donde cay¨® un gigante meteorito hace m¨¢s de 200 a?os y el herrero lo convirti¨® en magn¨ªfico yunque de piedra. No hab¨ªa ganado nada de profesional Tejada, pero en la salida de Paipa estaba su mam¨¢, Gladys Canacu¨¦, que fue alcaldesa de su ciudad, Pitalito en el Huila, y le dio la fuerza necesaria para que se infiltrara en la fuga y para ser el m¨¢s fuerte en la llegada. Y es l¨ªder. Tercero en la etapa, tras el italiano Piccolo, y segundo en la general, Sevilla.

Y en el podio final, se?orial en un sill¨®n que parece un trono, Valverde preside la entrega de premios, y no puede evitar la carcajada cuando sube Sevilla a recibir maillot de mejor extranjero. Se levanta y corre a abrazar entre carcajadas al que fue su compa?ero en el Kelme hace m¨¢s de 20 a?os.

Est¨¢n las figuras de la ¨²ltima d¨¦cada, a?osos, canas, cojeras, cansancios, Nairo Quintana, Egan Bernal, Rigo Ur¨¢n. Y est¨¢ la afici¨®n casi rezando, por dios, por dios, por un sucesor digno, otro Nairo, otro Lucho, otro Cochise, otro Egan.

Y hablan todos con deseo de j¨®venes que prometen, y dicen muchos nombres, pero todos repiten uno, el de Diego Pescador, que en septiembre pasado, cuando a¨²n ten¨ªa 18 a?os, se escap¨® a lo Pogacar a 50 kil¨®metros de la meta de la etapa reina del Cl¨¢sico RCN, Alto de Minas nada menos, y les gan¨® a todos. ¡°S¨ª, yo creo que la afici¨®n est¨¢ sufriendo bastante, que est¨¢ todo bastante duro, y digamos que cuando tan joven empiezas a ganar varias cosas ahorita hay mucho tema de redes y uno ve comentarios en los que ya te quieren hacer campe¨®n desde muy joven¡±, dice, voz suave, reposada, tan tranquilo, Pescador, que es de tierra cafetera y de palmas de cera, de Quimbaya en el Quind¨ªo, atleta de fondo de los ocho a los 12 a?os, y ciclista desde entonces porque es la afici¨®n de su padre, que tiene comercio de botas y ropa para los trabajadores de los cafetales, y su t¨ªo le dej¨® una bici antigua, casi de hierro, de los a?os 90, con los cambios en palancas en el cuadro, y empez¨®. ¡°Realmente es un proceso largo. Y hemos visto el caso de los ¨²ltimos j¨®venes que lastimosamente han regresado aqu¨ª a Colombia al a?o de haberlo intentado en Europa. Lo ideal es irse lento pero seguro¡±.

Como los j¨®venes de su edad en Europa, la generaci¨®n marcada por los vuelos de Remco, profesional a los 18, Pescador, que cumpli¨® 19 en diciembre pasado, es ciclista porque quiere ser campe¨®n. Busca la gloria deportiva, no solamente la supervivencia econ¨®mica. ¡°Yo veo un Remco, yo veo un Pogacar, y pienso que como que tienen un don, que nacen para ser ciclistas¡±, dice Pescador. ¡°En mi caso yo, para andar mucho, tengo que entrenar muy duro, y yo pienso que es m¨¢s duro surgir aqu¨ª, en esta parte del mundo, en Latinoam¨¦rica por la falta de apoyo, dig¨¢moslo as¨ª, y en Europa tienen un biotipo m¨¢s cicl¨ªstico y tambi¨¦n tiene muchas carreras. Los dos meses que estuve all¨ª corriendo de juvenil corr¨ªamos casi cada ocho d¨ªas, y aqu¨ª en Colombia en esas categor¨ªas hay muy pocas carreras, cuando lo que te pone a andar duro son las carreras¡±, dice Pescador, que el pasado a?o corri¨® en Europa con todos los mejores en el Giro de Sicilia, y fue el ciclista m¨¢s joven en terminarlo en la historia de la carrera, y su corredor m¨¢s admirado, fuera de Nairo, el ¨ªdolo de toda Colombia, es Alberto Contador por su inconformismo, sus ataques. ¡°Pero me motiva ver a Ayuso, a Remco, a Pogacar, a Egan, que gan¨® el Tour a los 22. Si ellos pueden, yo tambi¨¦n puedo, con mucho trabajo, con mucha disciplina, y ese es mi camino. Voy encaminado a eso y espero lograrlo¡±.

Habla de ellos, quiere ser ellos, y los exploradores de los equipos WorldTour, que no quieren dejar escapar ninguna joya de menos de 20 a?os, tambi¨¦n lo piensan, y los Movistar y los Ineos ya le han hecho oferta, pero en realidad querr¨ªa ser Alberto Contador. ¡°Mis victorias casi han sido todas han sido en solitario y me va mejor cuando pica hacia arriba, pero siempre he atacado de lejos¡±, dice Pescador, que corre en el GW Erco de Luis Alfonso Cely. ¡°Y hay un ciclista que es el ¨ªdolo para m¨ª que es Alberto Contador, que siempre hac¨ªa sus emboscadas de lejos a 80, 100 de meta. Digamos que creo que es mi estilo¡±.

Le conocen por eso en Colombia, y m¨¢s a¨²n por su forma de celebrar sus victorias, como si solo quisiera ganar en solitario para tener tiempo de, al llegar a la meta, levantarse sobre los pedales y hacer el gesto del pescador que lanza la ca?a y recoge el sedal despu¨¦s de que picara el salm¨®n. Y quiz¨¢s el s¨¢bado, en el Alto del Vino, 2.800m al lado de Bogot¨¢, pesque la gran presa, y sonr¨ªa.

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